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La alarma suena, dejándome saber que es hora de salir. Reviso por séptima vez que traigo todo mi armamento en donde debe estar. Las manos me tiemblan mientras trato de abrir la puerta. Todos corren hacía el hangar dónde las grandes armas se encuentran. Tomo las que tienen mi nombre en ellas y Cinco se acerca a mi.

—Suerte. Trata de regresar en una pieza.— Lo miro confundida.

—¿Tú no vienes?— Respondo.

—Alguien tiene que quedarse a cuidar la operación desde aquí. Te estaré vigilando por las cámaras y por aquí.— Dice señalando en pequeño audífono. Asiento y continuo recargando las balas.

Siento mi corazón acelerarse con cada minuto que pasa y los pensamientos negativos me inundan. ¿Y si la explosión lo mata a él? ¿Y si alguien muere por mi culpa? No puedo soportar otra muerte en mi nombre. No creo que pueda soportarlo más.

Seis se acerca a mí. —Vamonos.— Dice y caminamos juntas hacía el auto designado para nuestro grupo. Somos seis en el equipo, Seis, cuatro chicos que no conozco, una chica quee podría matar con la simple vista, y yo.

Seis conduce y yo respiro para tranquilizarme.

—Tranquila princesa, hacemos esto siempre.— Uno de los chicos me habla. Por aquí no le caigo bien a muchas personas, y esas me llaman "princesa" y honestamente lo odio.

Le sonrió como puedo y unos minutos después llegamos a nuestro lugar de espera. Tenemos que esperar a que el primer grupo entre y coloque la bomba. Después que la bomba explote, el segundo y el tercer grupo irá a detener a toda la seguridad del otro lado de la cárcel para que nosotros podamos entrar por River. El quinto grupo lo sacará de ahí mientras nosotros salimos cómo podamos. Y eso es solo resumido, hay muchas cosas que pasaran ahí dentro, y afuera.

Seis se gira para verme. —Recuerda. Un movimiento en falso y todo sale mal.— Sus palabras solo me ponen más nerviosa.

La voz de Cinco en mi audífono habla. —El primer grupo ha entrado. Esperen a que la bomba detonen.— Siento como las paredes se me cierran. Falta poco.

Todos miramos con atención la cárcel desde el lugar donde estamos. Unos minutos después vemos salir a uno de los integrantes del primer grupo salir y mi primer pensamiento es que todo ha fallado y debemos de salir de aquí lo más rápido posible.

Pero de repente, siento el suelo temblar. Una enorme explosión sucede frente a nosotros.

Me deja sin vista y oído unos segundos, pero soy jalada por alguien hacía afuera y comenzamos a correr.

—¡Entren, entren, entren!— La voz de Cinco me habla al oído y visualizo a Seis corriendo delante de mí a pesar de las máscaras que llevamos puestas.

Entramos por un pequeño orificio en la pared y Seis nos indica que paremos. Nos indica que guardemos silencio y ella mira al rededor para revisar que no haya ningún policía alrededor. Me trato de tranquilizar mientras eso sucede.

Nos indica que podemos seguir y corremos por un largo pasillo con puertas de metal. Trato de mirar de reojo por las ventanas pero no consigo ver nada. La alarma sonando por todos los pasillos me atornilla los oídos.

Después de correr por lo que parece un completo laberinto, llegamos a la zona. Una puerta de metal con el letrero "Alto riesgo, no entrar" en ella. Uno de los chicos coloca una pequeña bomba en la cerradura y corremos para escondernos. Esta explota y me mareo de nuevo, pero me reincorporo. Entramos a la sección y cinco puertas de un material extremadamente pesado se exparsen por la habitación.

—Avrey, la llave.— Corro hacía el escrito en el centro y con toda la fuerza en mi, rompo la cerradura del cajón. Cinco llaves estan frente a mi y tomo la que dice "Alderidge, R." Se la arrojo a Seis y ella busca de puerta en puerta la indicada.

—¡Aquí!— Dice la otra chica.

Seis abre la puerta de la celda y mis ganas de correr hacía dentro y sacarlo de ahí yo misma son enormes. El quinto grupo entra por la puerta y de repente, las balas comienzan a ser disparadas. La seguridad ha llegado. Recargo mi ametralladora y comienzo a disparar cómo puedo. Alguien me jala del brazo y corremos hacía afuera tratando de cubrirnos. Dispararmos desde afuera y seguimos corriendo.

¡Grupo cuatro, salgan de ahí!— Cinco grita en mi oído. Corro tan rápido como puedo y por fin logro salir de la cárcel. Sigo a mi equipo de nuevo a nuestro auto y entro como puedo. Me retiro la máscara y me doy cuenta que me está dando un ataque de pánico.

Seis maneja fuera de ahí y yo respiro. —Tranquila princesa...

—¡Callate!— Le digo al chico. Lo menos que necesito es sus burlas. Estas bien, estas bien.

Coloco mi mano en mi corazón y me concentro en mi respiración. Ya he hecho mi parte, ahora todo está en manos de los demás. He hecho todo correctamente y ahora sólo queda esperar.

Llegamos a la guarida y al entrar corremos hacía en centro de trabajo donde Cinco se encuentra.

—¿Qué ha pasado? ¿Está bien?— Digo más nerviosa que nunca.

—Ya han salido de ahí, pero no nos responden. No sabemos si River viene con ellos o no. Sólo queda esperar.

Lo miro con una lágrima amenazando con salir. Seis me toma la mano. —Esta bien. Estoy segura.— Dice reconfortandome.

Y esos han sido los minutos más largos de mi vida entera.

Stolen Keys | (completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora