Que tan malo tenía que ser todo como para que en ese momento la mente de Bastian martillara una y otra vez recordándole lo que había hecho y a quien defraudó, lo peor de todo era que en el pasado jamás tuvo cargo de conciencia por sus acciones, al haber recibido tal oferta seguramente la habría aceptado sin rechistar y gozado de la compañía nocturna, pero esta vez dudo.
Probablemente la idea de tener una pareja a la que estaba engañando de alguna manera lo hacía más sensible ante las situaciones que antes creía tan normales. El resentimiento no lo dejaba girar la manija de la habitación.
Un gruñido bajo se escapó de sus labios antes de que pudiera seguir con sus pensamientos. Molesto, así era exactamente como se sentía.
—De nada sirve que te quedes aquí afuera Bastián, es mejor que entres, te des un baño y actúes con normalidad. —Se impulso a si mismo hacia adelanté mientras giraba la perilla de la puerta y la empujaba para ingresar a la habitación.
Al ver el interior la escasa luz del pasillo lo ayudo a reconocer la cama y la figura dormida sobre esta, una imagen que lo calmo e incluso lo ánimo después de un día tan largo, era un imbécil por aprovechar este momento y aligerar la carga de su conciencia. Noto el suero aún conectado al cuerpo de Kaleb, pero había algo más, una presencia sentada al lado de la cama, en la silla justo al lado izquierdo de esta, de inmediato Bastián sr preparó para atacar, su cuerpo se tensiono y como si nada, la persona en la silla no tardó en ponerse de pie y caminar hacia él. El aroma que lo alcanzó fue el de Raisa, la misma que en ese momento hacia su aparición, pero qué tenía una expresión sería y sombría, junto con una mirada aterradora para Bastián.
—Ven conmigo. —Ordeno la loba justo antes de pasar a su lado sin esperar su respuesta o reacción y causándole un escalofrío a lo largo de la columna vertebral, pero no podía negarse, no frente a Raisa. Sin hacer ruido, Bastián se dio la vuelta antes de caminar hacia la puerta y cerrarla tras de sí.
Al salir se encontró con la mirada penetrante y reprobatoria de Raisa, y no mucho después una fuerte cachetada estalló contra su rostro, lo suficientemente fuerte como para hacer que su rostro se girará y una marca roja fuera visible. Lo sabía.
—Me pregunto sí tu madre se sentiría igual de indignada y avergonzada de ti, tanto como lo hago yo en este momento. —Dijo la loba mientras hablaba entre dientes.
—Eso nunca lo sabremos. —Se atrevió a decir el alfa mientras su rostro empezaba girarse para enfrentar de nuevo a Raisa, objetivo que no logro ya que otro golpe en la dirección contraria. Ahora sus dos mejillas se encontraban rojas
—¡Desvergonzado! —Raisa quería gritar a los cuatro vientos lo inconforme que sentía con la actitud de Bastian. Pero su tono de voz se mantuvo controlado, la severidad en sus palabras fue contundente. —¿Como te atreves?, no sólo deberías de haber dejado tus antiguas costumbres por respeto a tu pareja, sino que debiste parar con esa... mujerzuela. Me mentiste al decir que lo habías terminado.
—Yo nunca mentí sobre eso. En ese momento realmente termine todo con Leonora. —Se defendió suavemente el alfa mientras su rostro regresaba a su posición, mirando el rostro de Raisa con su acostumbrada indiferencia, como si no le importara.
—Apestas a sexo y aun así te atreves a mentirme. —Raisa no quería levantar la voz, pero realmente este sentimiento de impotencia la consumía. Alay la había llevado después de que despertara. El zorrito era adorable, pero su sorpresa llegó cuando una de las trabajadoras en la casona le explicó lo que ocurrió con Kaleb, no perdió tiempo en ir a ver al joven quien en ese momento estaba semi consiente siendo revisado por Said, el que le dijo que Bastián había salido a su oficina una hora atrás. Ella ingenuamente salió para llamarlo, pero antes de que tocará la puerta los sonidos acalorados la congelaron en su puesto, su sangre se enfrió y la ira no tardó en llegar, quería creer que no estaba escuchando tales cosas y que su mente e imaginación estaban jugando con ella, pero fue inevitable no perseguir el aroma picante de la pasión. Simplemente tuvo que retroceder y volver con Kaleb, ignorando las preguntas de Said sobre lo que había pasado y despidiéndolo en cuanto terminó con el inconsciente Kaleb. Había esperado en la habitación hasta que Bastián se atreviera a aparecer para explicarse, en ningún momento creyó que se sentiría tan asqueada al ver a su propio hijo, porque si, Bastian era su hijo.
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La Manada: Amanecer Oscuro [EN EDICIÓN]
WerewolfTanto Kaleb como Bastian son forzados a entrar en una unión que pretende ser por conveniencia pero que es mucho más que eso. Sus vidas se llenan de desafíos y tormentosos sucesos que los hará odiarse y amarse hasta un punto sin retorno. Sus vidas co...