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Ya eran más de las 12 de la noche, y hasta ese momento, Gael no había dejado de cuidar el estado de Lucius, en efecto, la fiebre era alta y el estado inconsciente no lo mejoraba, Aunque poco a poco el sueño se hacía presente no podía dormir y distraerse, al menos hasta que Lucius despertara.

—Si tan solo hubieras prestado atención... —Negó Gael con la cabeza mientras retiraba el paño húmedo de la frente de Lucius.

Pasaron algunos segundos en silencio mientras el más joven buscaba el otro paño para reemplazarlo, pero un suave suspiro lo detuvo. —De haber seguido tu sugerencia, por supuesto ahora mismo estarías... recostado bajo mi cuerpo... mientras tus labios dejan salir sonidos cada vez más intensos... eso es lo que habría pasado de seguir con tu sugerencia. —La voz sonaba gruesa y desgastada, entrecortada y jadeante, pero sería imposible no reconocerla.

Gael guardó silencio unos segundos mientras su cuerpo se mantenía congelado y su mente trabajaba más lento de lo normal al no encontrar una forma de responder. El silencio se extendió por un buen rato hasta que el menor, pudo volver a su habitual línea de pensamiento, sin verse afectado por las palabras de Lucius, al menos en la superficie.

—Estar presente en esta época del año es lo lógico, no estaba fuera de lugar el que preguntara algo así, es mejor que pasar por algo como esto, una consecuencia de los supresores. —Respondió Gael mientras tomaba el nuevo paño y sin más se enfrentaba al rostro adormilado de Lucius y dejaba el paño sobre su frente.

—Precisamente porque es lógico, ese es el problema. —Las palabras fueron serias, sin una pizca de vacilación y esto logró que Gael flaqueará y que su actitud y comportamiento tranquilo se tambaleará.

—No entiendo de que hablas... —Pregunto mientras su mente intentaba procesar cada palabra.

—Nuestro contrato, debe terminar aquí Gael. Ya te enseñé todo lo que se, me disté lo que quería en ese momento, ambos ganamos pero eso... esto... —Habiendo recuperado un poco de fuerzas, Lucius se señaló tanto a sí mismo como a Gael. —Se acabo.

En ese instante Gael sintió como su cuerpo se enfriaba a una velocidad alarmante y su rostro perdía, aun así, ante la mirada fija de Lucius, solo se reflejaban unos ojos increíblemente fríos reflejo de una clara negativa a su idea. —¡Oh!, ¿entonces es así? —La sorpresa que se escuchaba en la voz de Gael no era acorde con su imagen increíblemente fría, o lo rígido de su postura. —Supongo que es lo correcto, para usted, quien ya obtuvo lo que quería. —Sus ojos se estrecharon mientras el color de este cambiaba y las rendijas gatunas ocupaban el lugar de los ojos humanos. —Si esa fuera su lógica, concejal, ciertamente no me opondría, pero yo aun no tengo lo que quiero, por el contrario, parece que todo lo que he hecho solo ha servido para una cosa. —Lentamente Gael se inclinó con cada palabra sobre el cuerpo de Lucius, mientras su cuerpo su voz mantenía el mismo tono, sus manos se posaron sobre el pecho desnudo del mayor para evitar que en cualquier momento se alejara. —Parece que se acerca el momento de definir mi futuro aquí y sabes que, nunca sentí que estuviera tan lejos de alcanzarlo.

La imagen de Chole con ese ataque de tos en su habitación y después, sus palabras, todo parecía demasiado irreal, el alto concejal, estaba llegando a sus últimos momentos, podría pasar su puesto a otro y según todo lo que Gael había hecho últimamente, él podría ser elegido, pero no, al parecer Chole, ya tenía en mente a alguien y ese no era el, después de tanto...

—No seré desechado por ti, tendré mi lugar con o sin tu ayuda, este contrato continuara no tienes excusas válidas para mí. —Dijo rotundamente Gael mientras su rostro se encontraba a escasos centímetros del de Lucius y su pecho chocaba a cada respiración el de su mayor, notaba el aroma que desprendía su cuerpo y el calor que emanaba de él, cada vez mayor. —Siempre obtengo lo que quiero, si ya no te agrada mi cuerpo, no importa, no necesito que me toques o si quera que me mires, si ya no complazco tus deseos, y prefieres buscar a alguien más, hazlo, pero recuerda, esto no se acaba hasta que yo ocupe el lugar de Chole.

La Manada: Amanecer Oscuro [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora