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Mis ojos se abrieron lentamente, anoche me había quedado con Yerar y con Tomás hasta que amaneció charlando cerca del lago, luego cada uno de nosotros fue a su casa y nos dormimos

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Mis ojos se abrieron lentamente, anoche me había quedado con Yerar y con Tomás hasta que amaneció charlando cerca del lago, luego cada uno de nosotros fue a su casa y nos dormimos.

Me estiré un poco, mis ojos ardían, necesitaba dormir más. Pero bien sabía que tenía que levantarme porque nos iríamos en la mañana.

Me levanté y comencé a guardar mis cosas en la mochila, una vez que terminé todo y que se quedó ordenado salí de mi casa, los chicos estaban igual de muertos que yo.

- Hey, el zombie número tres ha salido de su casa -dijo el padre de Javier, reí un poco. Yerar pasó su mano por mis hombros y me pegó a él.
- Tenemos que admitir que hasta en Zombie, Elisa se ve radiante. -dijo Tomás, sonreí y me tallé los ojos. Javier suspiró y siguió comiendo.
- ¿Te sirvo comida Elisa? -preguntó la madre de Javier, negué.
- No, no tengo hambre -respondí.

Anoche había llamado a Simon para contarle lo que había pasado, me prometió una tarde de hermanos tan pronto como volviese a casa. Dijo que compraría helado, que veríamos Friends y que me esperaría con sus brazos abiertos.

Honestamente, estaba ansiosa de volver pero más que nada... Porque ya no quería ver a Javier. Me dolía verle con ella todo el tiempo.

Suspiré un poco mientras que me mordía el labio arrancando los pequeños pellejitos de este, tenía esa manía desde niña y me era imposible deshacerme de ella.

Javier me miró por unos segundos, unos segundos en que conectamos miradas. Luego, volvió a evitarme la mirada y besó la cabeza de Bárbara. Yo solo me aguanté las lágrimas y miré a otra parte.



Yerar llevaba mi maleta en mano, yo iba detrás de él un poco apenada. Que Javier cargara mis cosas era menos vergonzoso porque le conocía, porque era mi mejor amigo... Pero Yerar no, aún así, me hacía sentir bien y le agradecía mucho.

- gracias -dije cuando se giró a mirarme- y a ti también Tomás por ayudarme a recoger mi casa de acampar -dije sonriente, los dos chicos me sonrieron.

Caminamos hasta la puerta, Barbara y Javier iban en los asientos de atrás, abrazados y medio durmiendo.

Me recargué en la ventana y cerré mis ojos, mejor sería que me durmiera todo el camino. Así no tendría que verlos a ellos.

Me puse los auriculares, puse mi música en aleatorio. Empezó a sonar "A song about being sad" de Rex Orange County, genial, para nada deprimente.

Suspiré y me deje llevar por los paisajes, por los árboles y por el sonido de la música mientras que pensaba en que pronto estaría en casa con mi hermano.



Sentí que me sacudían, abrí mis ojos con dificultad. Miré por la ventana, estábamos cerca de mi casa.

- te dejaremos a ti primero Bárbara, luego iremos a dejar a los demás -dijo la madre de Javier, alcé la ceja... Tenía entendido que ella vivía en casa de Javi.

Nos detuvimos fuera de un edificio alto, Bárbara abrió la puerta, le besó los labios a Javier haciendo muy evidente su amor. Luego se apartó del coche y nosotros avanzamos.

Suspiré, las lágrimas amenazaron con salir aunque me las guardé por completo. No podía llorar así de la nada o todos pensarían que estoy loca o algo así.

Afortunadamente, el auto llegó de prisa a mi edificio, Harry estaba parado afuera con el teléfono en la mano, justo empezó a sonar mi celular con una llamada entrante suya. Reí, vaya conexión.

No contesté, solo miré a los padres de Javier.

- gracias por invitarme al viaje, me divertí mucho -dije sonriente- chicos, tienen mi número si quieren salir pueden llamarme -dije mirando a los otros dos, luego miré a Javi- nos vemos luego Javi, me avisas cuando es tu compe -dije muy apenas con un nudo en la garganta y bajé del auto, tomé de la parte trasera mi mochila y me alejé del auto.

Harry sonrió y se acercó a abrazarme, metí mi cabeza en su pecho escuchando que el auto se iba, sollocé un par de veces y sentí a Harry acariciar mi espalda.

- Simon me contó lo que pasó -susurró- lo lamento Elisa, en verdad -me apretó más.
- es mi culpa por creer que podía volver después de años y encontrar el mismo Javi que tuve en la infancia -me limpié la nariz con la mano- ¿Y mi hermano? ¿Dónde está? -pregunté, Harry sonrió.
- Fue al supermercado, le dije que llegarías primero que él, he ganado 10 euros -soltó una risa, reí un poco y entramos al apartamento.



Mientras que yo dejaba las cosas en mi habitación, escuché la puerta de la casa y una voz femenina que me parecía conocida.

Alcé la ceja y salí de mi pieza topándome con mi hermano con las cosas del mercado y una chica castaña que me sonaba muy peculiar.

- Elisa, mira a quien encontré en el supermercado -dijo mi rubio hermano sonriente- a Sibel -abrí mi boca, claro... Claro que era Sibel.
- No te veía desde hace tanto -Dijo Sibel sonriente- pensé que sería bueno venir a saludarte -alzó los hombros, me acerqué a darle un abrazo.

Sibel había sido siempre mi amiga en la escuela, jamás me despedí de ella lo cual fue horrible y triste.

- perdóname por no despedirme, en verdad lo siento -susurré, ella negó y soltó una risa.
- no importa, le di mi número a tu hermano, ahora tengo que irme a casa pero podemos quedar otro día -dijo ella sin dejar de sonreír, asentí.
- claro, eso seguro -dije sonriente y le besé la mejilla como siempre.
- Bien, entonces nos vemos -se dió la vuelta, pero Simon como todo un caballero dejo las bolsas en el suelo y la acompañó a la salida del edificio.

Yo solo sonreí, bueno... Al menos algo salía bien de volver, había recuperado el contacto con Sibel.

Suspiré y me senté en el sofá, Harry se sentó a mi lado y me tomó la mano. No dejaba de sentirme mal.

Frío - Bnet (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora