34

740 77 61
                                    

Estaba sumamente emocionada porque me quedaba demasiado poco para terminar mi libro, estaba segura que si me ponía a trabajar hoy mismo lo terminaría, había acordado con Javier que nos veríamos esta noche para hablar de algo que le emocionaba y qu...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba sumamente emocionada porque me quedaba demasiado poco para terminar mi libro, estaba segura que si me ponía a trabajar hoy mismo lo terminaría, había acordado con Javier que nos veríamos esta noche para hablar de algo que le emocionaba y que era al parecer importante para su carrera. No tenía idea que podía ser, para ser honesta.

Ahora mismo, estaba esperando a que Simon y Sibel llegaran del supermercado con el desayuno, porque tenía hambre y cuando tenía hambre mi cerebro no pensaba bien, así que no quería escribir mis últimas palabras así. Honestamente no tenía ganas de que el libro terminara con un final algo flojo, era mi primer libro y me emocionaba de sobremanera.

Miré mi celular por un segundo viendo que tenía algunos mensajes de mi padre, de Javier y de Sibel. Mi atención se centró en Javier primero, al que le respondí de prisa para poder pasar a Sibel que solo quería saber si me gustaba la salsa soya en la comida china.

Finalmente, abrí los mensajes de mi padre, quería verme más tarde para hablar de algo referente al libro, estaba un poco nerviosa porque aunque era mi padre, era muy exigente y no publicaría algo que no fuese bueno, aún si lo escribía su hija.

Y no era que no confiara en mi, yo sabía que tenía talento, pero quería demostrárselo a mi padre con más que premios de la escuela.

La puerta se abrió mostrando la sonriente cara de Simon, con la linda Sibel detrás, ellos me miraron fijamente y dejaron la puerta abierta.

— cierren la puerta, o qué no ha entrado su cola? —pregunté con gracia y ellos negaron.

— ¡SORPRESA! —gritaron los dos y por la puerta entró mi padre dejándome estática. No esperaba verlo aquí después de algunos meses sin verlo, pero me alegraba igual, digo... Era bueno tenerlo de vuelta en mi día a día.
— mi niña preciosa, ven aquí —pidió el obteniendo como respuesta que yo corriera a sus brazos cuál nena de 6 años y me abrazara a él. Era tan alto como Simon, y me encantaba que mis abrazos siempre fuesen yo rodeando sus costillas.

Sentí que como siempre me acarició el cabello, y yo me perdí por sus caricias en mis hebras doradas y cerré mis ojos.

Yo era sumamente feliz estando con mi padre porque incluso cuando vivía en Londres y extrañaba a mi mejor amigo, el amor de mi vida, mi ahora novio Javier, mi padre era lo que siempre había querido en la vida, era mi familia, con él y Simon tenía una estabilidad y el amor de familia que anhele toda mi infancia luego del abandono de mi madre.

Esa época había Sido horrible, yo era una niña a penas y me costó mucho entender que mi madre no volvería nunca porque me había dejado, quizás que sin la mamá de Javi no habría podrido seguir normalmente, ella fue la madre que necesité y en verdad le agradecía eso.

— Por dios, ¿Qué haces aquí papá? No te esperaba para nada —me separé un poquito de él para mirarlo a los ojos.
— bueno, un pajarillo me dijo que estabas por terminar el libro y pensé que un logro tan especial merecía que me tomara unas vacaciones de tanto trabajo y viniera hasta acá para estar contigo en esto —respondió, sonreí ampliamente, ahora sí que quería terminar ese libro, sin duda.
— dios, eres el mejor papá del mundo, te adoro mucho —volví a pegarme a su pecho mientras lo escuchaba reír un poquito. No podía estar más orgullosa, en verdad tenía la mejor familia, esto era perfecto.



— punto —escribí en mi laptop el último punto de mi libro sintiendo que todo dentro de mi se sentía completo, me había esforzado tanto en esto que ahora mismo me sabia súper bien terminar.
— he leído tus avances, muy buenos, muy románticos, es que hasta parece que estuvieras enamorada y todo —dijo mi padre poniendo sus manos en mis hombros— toma, celebremos esto —me pasó una copa de vino tinto, suspiré.

Era momento de decirle a mi padre que tenía novio, seguro se lo tomará bien, Javi es el mejor chico del mundo, no podría enojarse con él.

— Pues lo estoy, papá —su cara de sorpresa me puso nerviosa— tengo novio, ¿Recuerdas mi mejor amigo del que te hablaba de niña? —hice una mueca, él asintió— Javier es el mejor chico, nos queremos demasiado.
— el chico de la foto que subiste el otro día... —asentí— me encantaría conocerlo primor, pero no tiene sentido, una vez que volvamos a Londres tendrás tanto por hacer que no tiene sentido que sigas teniendo un novio acá, imagino que terminarás con tu romance efímero, no?

En ese momento todo dentro de mi se perdió... Tendría que renunciar al amor de mi vida para lograr mis sueños? ¿Qué clase de decision de mierda era esa?

No pude responder nada, seguí perdida por un buen rato. ¿Cómo iba a explicarle a Javier que otra vez le iba a dejar? es que no quería, pero tampoco iba tirar a la basura todo el trabajo que le había puesto a sacar este libro.

Era demasiado difícil.



Mi mirada estaba por todas partes, no podía concentrarme, estuve así desde que Javier pasó por mi al apartamento para ir a la cena, todo el camino al restaurante, todo el tiempo.

Incluso él que se veía tan bien, no podía lograr que yo me concentrara.

— Te veo distraída, mí amor, ¿estás bien? ¿Necesitas algo? —tomó mi mano por encima de la mesa, lo miré...

Cómo iba a poder hacer llorar a esos ojitos otra vez? Me dolía el alma, me dolía la vida.

— Tengo algo que decirte... —mencioné, y aunque moría por saber lo que él tenía por decirme, no podía dejarlo contarme con esa carita de ilusión que seguro tendría, dejarlo subir su emoción para luego bajarla al decirle que yo no estaría con él más porque tenía que vivir mi propio sueño.

Era una egoísta hija de puta.

— dime, Linda, para eso estamos acá, para hablar de la vida —sonrió, intenté hacer lo mismo, pero no salía nada.
— Javi lo siento mucho, en verdad lo hago —mi voz de rompió instantáneamente y más al ver cómo él mismo sabía que venía algo malo— tengo que volver a Londres, lo siento Javi, pero tenemos que terminar y dejar de vernos —cerré mis ojos, aunque al abrirlos lo ví a él con las lágrimas en los ojos... No quería hacerlo, no quería dejarlo, no podía seguir viendolo así.

Me levanté sin dejar de llorar.

— lo siento Javi, pero tengo que irme —solté y me di la vuelta caminando fuera del lugar y cogiendo un taxi a casa.

Vaya mierda de vida.

Frío - Bnet (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora