Llegué a mi apartamento con una sonrisa en la cara y una clara mejor actitud. Seguramente me preguntarían que pasa y no estaba seguro si contarles o no.
Cuando conocí a mi grupo de amigos, estaba completamente roto, y ellos me preguntaron por ella, yo les conté toda la historia, toda.
Cómo estaba enamorado de ella, como nos conocimos, como se fue... Les conté casi cada detalle de nuestra relación, así que ellos digamos que no le tenían mucho aprecio porque pensaban que era una mala persona por irse y no tratar de comunicarse de vuelta.
Claro, ellos no saben lo que ahora yo sé y estoy seguro que no creerían su historia.
Entré en el apartamento tratando de esconder mi sonrisa, y claramente mis amigos me miraron al entrar.
— ¿Qué querían tus padres? —preguntó Yerar. Lo miré
— eh... —suspiré, una sonrisa se me escapó y los tres frente a mi me miraron sorprendidos
— ¿Estás sonriendo? —preguntó Bárbara con los ojos bien abiertos y una medio sonrisa en la cara.
— Bro, no te veía sonreír desde hace mucho, ¿Qué pasó? —dijo Tomás, mi otro amigo— es que hasta parece que jamás se hubiese ido la Elisa esa —hizo una mueca— ¿Qué te tiene tan feliz?Suspiré, tenía que ser honesto, eso era obvio.
— Elisa volvió —dije rápido, las caras de mis amigos eran muy distintas entre sí.
Yerar estaba sonriente, emocionado, él era el que mejor entendía la situación y aunque no conocía a Elisa siempre me decía que entendía porque se había ido.
Tomás estaba completamente ido, miraba al suelo con confusión, como si no hubiese entendido una mierda.
Y Bárbara estaba molesta, tenía el entrecejo fruncido y una mueca clara.
— ¿Y por eso estás feliz? —se levantó la última mencionada— ¿Por una piba que te dejó hecho mierda? —se acercó a mi— creí que eras más fuerte Bonet, no puedo creer que vayas a caer tan rápido otra vez —fruncí el entrecejo
— Pero... —traté de decir más fui interrumpido por Tomás que se levantó también
— pero nada Javi, esa chica te hizo pedazos, estuviste muy mal por su culpa y lo sabes —me apuntó— no puedes perdonarla así no más, tiene que demostrar que cambió... ¿Y si se va de nuevo que? —miré al suelo. Era verdad que Elisa nunca habló de quedarse para siempre... Tenían razón, no podía encariñarme con ella tan pronto porque no sabía si ella iba a quedarse. Ya sé había ido una vez y me dejó roto... No me gustaría estarlo otra vez.
— bueno Javi, pero capaz que esta vez no se va, además... Si te hace feliz, te hace bien —sonrió Yerar— así que no tienes porque alejarte de ella...
— no Yerar, ellos tienen razón —me senté con desgano en el sillón. Me habían tumbado el ánimo en segundos— Elisa solo viene por inspiración, seguramente tan pronto como acabe su libro se irá y yo me volveré a quedar aquí con el corazón roto... —bufé— no quiero volver a eso... No podría —confesé, todo sería distinto si ella jamás se hubiese ido.•
•
•Todo el resto del día estuve un poco decaído y triste, sin duda quería a Elisa en mi vida... Pero, quería tener la seguridad de que se quedaría conmigo esta vez.
Eran aproximadamente las tres de la mañana, estaba fumando un cigarrillo en el balcón de la casa y trataba de pensar en lo que haría.
Escuché la puerta tras de mi pero ni siquiera volteé a ver quién era, no me importaba honestamente.
— Hey, ¿Cómo andas? —dijo Bárbara sentándose a mi lado. La miré, ella me quitó el piti de la mano y le dió una calada.
Sabía perfectamente que Bárbara gustaba de mi, ya antes habíamos tenido que ver, un par de besos y un polvo sin importancia, pero bueno...
Fruncí los labios y esperé a que me regresara el cigarro para volver a meter las toxinas en mi cuerpo.
Bárbara se levantó de su silla y se sentó en mis piernas poniendo sus manos en mi pecho y uniendo nuestros labios, yo no moví ni las manos.
— te quiero Javi, ¿Por qué no lo entiendes? —susurró cerca de mi cara, la miré a los ojos y luego le alejé la mirada.
— Lo siento Barbie —la llamé por el apodo de siempre— pero no quiero lastimarte.
— entonces quiereme también, porque me lastima esto... Verte así por una chavala que no te quiere, que ni siquiera te mira —sus palabras dolían la verdad, dolían mucho— y te estás perdiendo de una verdadera mujer, una chica que te quiere en todas y que jamás te dejaría —puso sus manos en mis mejillas haciéndome mirarla...— Quiereme Javi, por favor —suspiré un poco... Tenía razón, Elisa no me quería, y yo no podía seguirla queriendo luego de tantos años sin ella.Una de mis manos fue a parar en su nuca acercándola a mi para besarla en los labios. Mi otra mano, que tenía un cigarro consumiéndose, se posó sobre su culo pegándola más a mi.
— como amigos, vale? —murmuré, no quería una relación, quería a Barbie pero ni ella ni nadie podía hacerme querer una relación.
— está bien —dijo ella agitada y me siguió besando.Dejé mi cigarrillo en el cenicero y me levanté con ella sobre mis caderas. Caminé dentro hasta mi habitación y me recosté sobre la cama con ella debajo pero sin aplastarla.
Mis ojos estaban cerrados y mis manos viajaban por su cuerpo recorriéndolo con las yemas de mis dedos.
Abrí los ojos un poco, su cara de pronto dejó de ser su cara y ahora tenía debajo a la rubia que se estaba apoderando de mis pensamientos.
— te pasa algo? —preguntó con esa voz dulce que tenía pero en un tono agitado, digno de una persona que está cachonda. Parpadeé un par de veces y asentí.
La besé con más pasión, yo sabía que no era Elisa, lo sabía perfectamente era consiente que estaba besando a Bárbara... Pero la imaginación es poderosa y podía permitirme soñar.
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Frío - Bnet (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)
أدب الهواةÉl era frío, serio, poco conversador, siempre lo era con todos... porque se le había ido el único rayo del sol en su vida. Ella era dulce, alegre, parlanchína, pocas veces se le veía mal... pero se vio obligada a alejarse su mejor amigo. Una amist...