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Mis ojos se abrieron cuando las voces de afuera no paraban de hablar

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Mis ojos se abrieron cuando las voces de afuera no paraban de hablar. Mi brazo se movió un poco, seguía abrazada a Javier y él seguía abrazado a mi.

Sonreí, recargué mi mentón en su pecho admirando su cara. Eran tan bonito, su boca un poco abierta, su nariz perfecta y redonda... Tus ojos y lo mejor, sus pestañas.

Acaricié su cabello entre mis dedos, con cuidado y sin intención de despertarlo. En verdad estaba enamorada de él, era increíble que lo siguiera estando después de tanto pero... Así era.

Javier abrió los ojos lentamente y miró hacia abajo conectando sus ojos con los míos. Sonrió y por reflejo sonreí.

— ¿Te divertias acosándome mientras dormía? —preguntó, solté una risa y asentí.
— estaba admirando lo precioso que eres, no seas malagradecido —contesté, sentí que sus brazos me soltaron, así que me levanté.

Me estiré y me puse los tenis esperando a que él hiciera lo mismo, efectivamente, se sentó y se puso los tenis. Me giré un poco para tomar mi teléfono, sentí que la piel de Javi se tocó con la mía, apreté las cejas y lo miré.

— ¿Javier es en serio? —pregunté divertida, me había desabrochado las agujetas.
— ¿Qué? —preguntó haciéndose el desentendido.
— Por dios, sigues siendo un crio de cinco años —dije revolviéndole el cabello y saliendo de la casa, detrás de mi salió él y sus padres nos miraron con ternura.

— ustedes... —comenzó su madre pero Javier detuvo las insinuaciones de inmediato.
— No madre, solo dormimos juntos porque Elisa tenía miedo —recalcó, sonreí un poco por fuerza y me senté en cerca de Yerar.

Bueno, también yo tenía que entender que Javier era "novio" de Bárbara. Y que si yo había terminado con Harry no lo obligaba a él a terminar con ella.

Suspiré, y me recargué en la silla, en el respaldo.

— ¿Alguna vez has ido a la cima de este lugar? —preguntó Yerar, negué.
— cuando era niña siempre quise ir con Javier, pero jamás nos dejaron ir, decían que era peligroso —respondí— ¿Tú has ido?
— El año pasado vinimos aquí los chicos y yo, y sí... Solo hay un par de botellas rotas y colillas de cigarro, pero se ve increíble la vista —dijo alzando los hombros— ¿Quieres ir? —preguntó, asentí.

Nos levantamos, los chicos ya no estaban, solo estaban los padres de Javier y nosotros dos.

Caminamos lento colina arriba hasta la cima, dónde efectivamente solo habían botellas rotas, cigarrillos fumados y algunos cartones.

— Increíble —dije riendo— esto es como el mayor tabú que he tenido en toda mi infancia, me siento emocionada y decepcionada a la vez —confesé, Yerar sacó un cigarrillo y me tendió su cajetilla.
— ¿Fumas? —preguntó, asentí y cogí uno. Me acerqué un poco a él, puso la punta de su cigarro junto a la punta del mío ambos con el cigarro en la boca. Unimos nuestras frentes y él encendió los dos al mismo tiempo.

Luego los separamos y sonreímos, tomé el cigarro con los dedos mientras que lo fumaba y me sentaba en el suelo.

— dime algo Elisa —comentó Yerar sentándose a mi lado— ¿Te gusta Javier? Digo... Sé que se reencontraron hace unas semanas nada más pero... Ya sabes —sonreí y lo miré, en parte era demasiado sospechoso que él hablara de pronto sobre eso, pero no tenía razón para negarlo. No me gustaba negar las cosas.
— Sí, en verdad que sí —confesé y pude notar la felicidad en su rostro— pero creo que Javier y yo... Ya sabes, éramos mejores amigos y ahora estamos tratando de recuperar esa cercanía, yo creo que Javier jamás me verá como otra cosa, sabes? Lo veo así, siempre me protege, se preocupa por mi... Pero en una manera amistosa, como si fuese yo su hermana o algo —alcé los hombros— No hay nada amoroso de él hacia mi.
— yo creo que Javier sí que siente algo por ti pero ahora está muy perdido en la vida, y la presencia de Barbara aquí no ayuda nada —sacó el humo de su boca— jamás me ha caído bien esa chavala pero por más que se lo he dicho a Javier pues... No lo entiende —alzó los hombros— pero tú te ves como una linda chica, no creo que quieras usarlo solo por la fama como ella.
— Para nada, yo ni siquiera sabía que es famoso, y me da gusto que lo sea pero no pretendo crecer gracias a él... Yo quiero ser famosa por mis propios méritos —sonreí
— ¿Ah sí? —me miró— ¿Y que haces? ¿Cantas o algo así?
— No, escribo, mi padre es escritor y yo también lo soy... De hecho he venido aquí solo para terminar mi libro, cuando termine me iré de vuelta a Londres —alcé los hombros, Yerar me miró un poco triste.
— ¿Entonces no te quedarás por mucho tiempo? —negué
— yo creo que sí, porque no he podido escribir ni una mierda... —reí— he escrito unas 300 palabras desde que llegué aquí a España —solté una risita— pero está bien... Tampoco es que quiera irme tan pronto.
— Bueno, pues igual si te quedas por mucho podrías salir con Javier, digo... Se nota que serían una pareja increíble, se llevan de maravilla —sonreí, esperaba con todas mis fuerzas que eso pudiera pasar.

La luna iba cayendo mientras que nuestros cigarretes se consumían en nuestras bocas, yo miraba las estrellas esperando ver algo interesante, tratando de distraer la atención al hecho de que Javier me veía como amiga constantemente me lo dejaba claro.

Aunque tratando de seguir con la ilusión de que quizás y solo quizás también le gustaba, porque podía ser.

Cerré mis ojos y suspiré, apagué mi cigarro y me levanté, me estiré un poco y abrí mis ojos.

— Quieres que bajemos a con los demás? —pregunté, asintió y se levantó caminando a la par de mi hasta donde estaban los demás.

Tan pronto llegamos nos topamos con la hermosa imagen de Javier comiéndose a Bárbara. Yerar alzó la ceja confundido y yo suspiré.

Lo sabía, lo mío con Javier no sería en esta vida.

Frío - Bnet (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora