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Harry iba serio en el asiento de copiloto mientras que yo iba atrás mirando a la nada por la ventana

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Harry iba serio en el asiento de copiloto mientras que yo iba atrás mirando a la nada por la ventana.

Suspiré y me tallé la cara con mis manos. Estaba cansada, frustada y no quería dar explicaciones a un chico que, aunque sí entendía su molestia, no era nada mío y no podía exigirme una fidelidad que no habíamos acordado. Además, por algo tan tonto como una charla con Javier.

A penas llegamos a casa bajé del coche y entré a casa sin decir nada. Solo caminando hasta mi habitación para poder darme una ducha y dormir.

Cerré la puerta de mi cuarto tras pasar y comencé a desprenderme de mi ropa, saqué mi camiseta primero y mientras me quitaba el short ponía la música en mi teléfono.

Me metí en el baño y terminé de desvestirme para luego abrir la ducha y dejar que el agua me mojara el cabello. La mente era traviesa, y en la mía solo habían imágenes de Javier con esa chica... Mis ojos sintieron de pronto la necesidad de estar en sincronía con el resto de mi cuerpo y se mojaron también.

Mi llanto se disimulaba con el agua de la regadera, pero yo sabía que lloraba y era suficiente para preguntarme qué mierda pasaba. No podía seguir enamorada de Javier, ¿O sí?

— Elisa —abrí mis ojos ante la voz de Harry del otro lado de la puerta— ¿Podemos hablar? —preguntó... Suspiré, cerré la llave del grifo y me llené el cabello de champú.
— me estoy duchando —dije cortamente, tenía que hablar con él. Si en verdad seguía enamorada de Javier no podía mentirle a Harry y hacerle creer que le quería si no era así. Mejor era hablarlo y dejar lo nuestro en una amistad simple y ya— cuando salga voy a verte —continué
— bien, te espero en mi habitación —respondió y lo siguiente que escuché fue la puerta. Lo mejor sería darme prisa.



Caminé por el pasillo a pasos lentos y silenciosos, llevaba mi pijama puesta con una camisa grande de mi hermano además de que solo llevaba calcetines pero sin zapatos.

Toqué ligeramente en la puerta de Harry, no quería despertar a mi hermano y que se pensara que iba a otra cosa. Este me abrió un poco decaído y me dejó pasar.

Me paré junto a su cama y me giré a verlo, este me miraba un poco triste y apenado. Supongo que sabía a qué venía.

— Harry —suspiré, pasé saliva y me aguanté las lágrimas para poder seguir hablando— no quiero que pienses que no te quiero porque no es así, te quiero mucho —me acerqué— la cosa es... Que no te quiero de la manera en que tú me quieres a mi, y sé que es mi culpa que tú creyeras que entre nosotros podía pasar algo porque yo fui quien te dió las señales de que podía ser así. —me miró con sus ojos azules y noté que había un par de lágrimas cayendo— la cosa es que me he dado cuenta que, aunque hayan pasado los años, aunque no lo haya visto en tantos años... Sigo enamorada de Javier como la primera vez —me mordí el labio— y no quiero seguir fingiendo que nos queremos de la misma forma cuando yo sé que no te estoy dando todo de mi... —le limpié las lágrimas con mis dedos pulgares— lo siento mucho Harry, pero a partir de ahora no podemos ser nada más que amigos —le besé la mejilla levemente y le abracé esperando que él también me abrazara a mi.

Sus manos en efecto me rodearon y, al ser más alto que yo, recargó su cabeza sobre la mía mientras que me apretaba contra su pecho.

Por mucho tiempo él fue un increíble apoyo para mí, pero ahora... Ahora sentía que no podía seguir pretendiendo que algún día me iba a enamorar de él cuando perfectamente sabía que desde hacía ya muchos años mi corazón le pertenecía a alguien.

Me separé de él y suspiré.

— tengo que irme —dije en un susurro y luego de volver a besarle la mejilla salí de su habitación en dirección a la calle. En el camino tomé los tenis más cercanos a mi y una sudadera del sillón que era de mi hermano.

Abrí la puerta y salí en dirección al parque, necesitaba fumar y dejar fluir mis sentimientos sacándolos como tenía que ser.

Me senté en una banca de las más cercanas al centro y saqué mi cajetilla para prender un cigarrillo y ponerlo en mi boca, me puse la capucha de la sudadera y subí los pies a la banca poniéndolos contra mi pecho.

Esta sería, probablemente, la primera vez que este parque me veía llorando, no solía hacerlo mucho y odiaba fumar pero era muy relajante y me ayudaba a sobrellevar la tristeza.

Cerré mis ojos solo fumando cada cierto tiempo mientras que silenciosamente las lágrimas corrían por mis mejillas.

Unos pasos se acercaron haciéndome entrar en estado de alerta instantáneamente, abrí los ojos solo para ver frente a mi a Javier, que también tenía un cigarrillo en la boca y una cara seria.

— no sabía que fumabas —dijo y se acercó un poco más, disimuladamente me limpié las mejillas para que él no se diera cuenta de que yo estaba llorando.
— no suelo hacerlo mucho, pero ahora precisamente no me encuentro muy bien, así que no me mires por favor —miré a otra parte y escondí mi rostro. Lo sentí sentarse a mi lado, nuestros cuerpos se tocaban un poco nada más, se rozaban.
— tú nunca lloras Elisa —su mano me rodeó un poco— por favor no llores, porque eres en mi cabeza la definición de felicidad y siento que todo dentro de mí se deprime el doble cuando no estás sonriendo. —susurró cerca de mi cara, en un solo movimiento quedé contra su pecho y lo abracé como niña pequeña. Su aroma me inundó las fosas nasales con ese particular olor varonil.— te quiero Elisa, aunque haya pasado mucho tiempo... Sigues teniendo el mismo efecto en mi —susurró y me besó la cabeza. Yo solo pude sonreír... Si él supiera que también causaba ese mismo efecto en mi, que yo seguía estando enamorada de él... Joder.

Frío - Bnet (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora