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La música que habían puesto era bastante relajante, la verdad

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La música que habían puesto era bastante relajante, la verdad... Hasta me gustaba.

— ¿Y como descubriste a este chico? Es genial —dijo Yerar, todo el camino habían ido ellos dos hablando todo el tiempo. Y no quería estar celoso, pero me era imposible no estarlo.
— El chico iba a mi colegio, llegué a verlo un par de veces por el bachiller, y me gustaba lo que hacía, pero nunca nos hablamos demasiado, tiempo después descubrí que tenía música en YouTube... Y bueno, se volvió un poco popular entre la gente y luego el FIFA tomó una canción suya para el juego —sonrió, parecía como orgullosa— y su carrera despegó...
— Bua, que brutal. —contesté— ¿Qué canción salió en el FIFA?
— Es está, mira —tomó el celular que controlaba la música y puso la canción.
— Ahhhh, claro, ya decía yo que le conocía la voz de algún lado, es buenísimo el chaval —dijo Yerar emocionado— gracias por traerlo a mi vida, ¿Como dices que se llama?
— Rex Orange County —respondió Elisa, mis padres detuvieron la camioneta
— Bajen a estirarse un poco chicos, aún falta un poco para llegar. Si quieren hacer del baño será mejor que lo hagan aquí —dijo mi madre, Elisa abrió la puerta y bajó con el celular en el oído. Barbara rodó los ojos y bajó también recargandose en la camioneta y encendiendo un cigarrillo.

— no sé que le ves, es una rubia pija —dijo la castaña mirando a Elisa que caminaba de un lado a otro hablando por el móvil. Sonreí, llevaba un short de mezclilla azul corto con flores. Una camiseta blanca y encima una camisa de botones azul.
— es una chica increíble, que sea o no una pija me da igual —alcé los hombros, realmente Elisa siempre había sido una niña de casa. No sabía de barrio, de mundos bajos, era rica e inglesa. Era lo menos barrio que había conocido— aún así, déjala en paz Barbs, no te ha hecho nada —dije serio. Ella me miró.
— ¿Ah no? —suspiró— y alejarme al chico que me gusta? Eso no lo hizo? —miré a otra parte— porque antes de su llegada eras feliz conmigo, incluso pensé que... —sus ojos se humedecieron, y pasó saliva— no tiene caso ni decirlo —se limpió la nariz, tiró su cigarrillo y se alejó a dónde estaba Tomas.

Bufé y cerré mis ojos un poco frustrado, en verdad me cansaba pensar en Bárbara, y me odiaba a mi mismo por haberle hecho creer que algo podía pasar entre nosotros.

— ¿Estás bien? —preguntó esa dulce voz que me alegraba los oídos. Abrí mis ojos topándome con la resplandeciente sonrisa de Elisa, sus ojos verdes me miraban intrigada y su cabello rubio volaba un poco por el aire. Sonreí
— Sí, ¿Y tú? —pregunté
— También, llamé a Simon para decirle que estábamos aquí, en verdad le preocupa pensar que estoy aquí sola sin él. Es muy protector conmigo —respondió, reí y asentí.
— lo sé —dije— recuerdo la de veces que te asustó a los chicos de la escuela —ella soltó una risa.
— siempre fuiste el único chico que él permitió que se me acercara —dijo, reí y asentí.
— y Harry —solté, Elisa suspiró y asintió un poco más neutra, miró al suelo pensativa... ¿Había dicho algo malo?

Quizás ella había terminado con Harry...

— ¿Pasó alg... —me interrumpió el gritó de mi padre
— ¡TODOS ARRIBA, DEBEMOS SEGUIR! —Elisa miró arriba y subió al auto. Ahora ella quedó al centro, con Yerar y conmigo al otro lado.
— Bien, allá vamos otra vez —dijo mi padre y comenzó a avanzar.

Elisa se quedó mirando sus manos un poco pensativa.

Suspiré y miré a mi ventana, mejor sería que me durmiera y que me olvidara de todo.



— Ay pero mira, si es como cuando eran críos —dijo la voz de mi madre, abrí uno de mis ojos viendo delante de mi las caras de mi padre y mi madre y de Yerar sonriente.

Me traté de levantar, pero tenía una Elisa dormida encima. Mi brazo la tenía rodeada y ella tenía sus dos manos rodeadas en mi torso mientras que su cabeza descansaba en mi brazo.

Sonreí un poco y la miré, era tan bonita cuando dormía... Cómo en los viejos tiempos.

— hemos llegado, despiertala —pidió mi padre y ambos salieron del auto, Yerar me miró emocionado.
— Estás enamorado de ella hermano, lo veo a leguas —dijo, le hice una seña de que se callara con la mano y él rió.
— Hablamos más tarde sobre esto, vale, no quiero que despierte y nos escuche —pedí, realmente no iba a negar que estaba enamorado de ella, creo que era obvio que lo estaba.

Moví un poco a Elisa, esta comenzó a abrir sus ojos mostrándome el verde brillante de sus pupilas, sonrió un poco y se enderezó. Luego se estiró un poco haciendo sonar sus huesos.

— Hemos llegado —dije, Elisa asintió y me miró
— sigues siendo la almohada más cómoda para dormir en viajes —dijo con la voz de recién levantada, reí un poco— gracias por dejarme dormir sobre ti.
— No creo que le moleste que duermas sobre él, iba tan dormido como tú —respomdió mi amigo, Elisa soltó una risa
— hey, como cuando éramos niños —comentó feliz, sonreí al verla. Su felicidad se transmitía.

— bien, debemos bajar porque las casas de acampar no de pondrán solas —dije tratando de desviar la atención porque como siguiera sonriendo se me haría costumbre.

Bajamos los tres del auto y fuimos por las maletas, como siempre hacia y por caballerosidad tomé la maleta de Elisa en mis manos junto a la mía.

— gracias Javi, pero no es necesario —respondió ella mirándome desde su baja estatura. Negué
— no es nada, ni siquiera pesa —le dije y seguimos caminando juntos.

Todos nos miraban, mis padres y Yerar con la misma felicidad en la mirada, esa felicidad que seguramente les causaba mi sonrisa provocada por una rubia.

Tomás un poco serio y Bárbara molesta por completo. De sus orejas salía un humo invisible, estaba haciendo una rabieta.

Miré a Elisa, tan sonriente, tan feliz, siempre alegre, siempre resplandeciente... Eran como polos opuestos.

Frío - Bnet (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora