Relatos Yuri ( ꈍᴗꈍ)

[ Reencuentro ] Mei y Yuzu

Yuzu

Nunca pude comprender del todo a Mei.
Supongo que nunca tuve el tiempo suficiente para aprender a hacerlo y convertirme en una experta en lo que a sus sentimientos y a sus expresiones se refería.
Con ella todo se trataba básicamente en la adivinación, en la prueba y en el error.

Hubo momentos en esos años de adolescencia, en los que creí lo había conseguido, pero solo me engañaba a mi misma porque estaba convencida de que ella en verdad me amaba, y eso me era suficiente.
No necesitaba que ella me lo demostrara literalmente o que me lo dijera con palabras.
Yo veía ése amor en sus ojos, apesar de que sus acciones fueran diferentes, e ingenuamente soporté todos esos malos ratos de tristezas y decepciones con esa simple justificación.

Pero la verdad es que a ella jamás la comprendí, y jamás lo haré.
Después de esa imprevista carta con esa horrible despedida, o los días que siguieron después al asistir al colegio y notar en cada rincón su ausencia, o al fin esa fatídica noche en la que me rechazó.
Todo estaba claro.
Yo lo había malinterpretado todo.
Ella no me amaba como yo siempre lo pensé.

Y estaba bien ¿No? Por primera vez Mei había sido sincera consigo misma y conmigo.
No hubieron rodeos ni falsas promesas de amor eterno.
Sólo hubo un "no" lleno de sinceridad y resolución, que aunque me rompió el corazón, me hizo volver lentamente a la realidad, y me hizo darme cuenta de que talvez después de todo, Mei y yo no estábamos hechas la una para la otra.
Así tenía que pasar, y me costó, pero lo acepté.

Eso me repetí a mi misma, ésa noche, mientras salí de la mansión con el anillo apretado entre mis dedos.

Las lágrimas corrían por mis mejillas, y sentía una opresión en el pecho que no me dejaba respirar, pero ya había acabado todo.
Había dado mi último esfuerzo.
Ya no tendría que llorar más por ella y por ése amor que nunca fue lo suficientemente fuerte como para que ella me escogiera a mi en lugar de su herencia familiar.

Sabía que sería difícil, pero no estaba sola. Siempre tendría a Harumin, a Matsuri y a las demás.
Y eso estaba bien.

Es por eso que pude continuar.

En estos diez años nunca tuve noticias de ella. La verdad no me interesaba saber de su vida. Cuando mamá la mencionaba yo simplemente apagaba mi cerebro para no prestarle demasiada atención y así pude continuar con mi tranquila e ignorante realidad.
Sólo he vivido enfocándome en mi carrera de estilista, en mis estudios para ser diseñadora de modas y en mis relaciones amorosas, que apesar de no ser duraderas, al menos no han sido tan traumáticas como lo fue con Mei.
Y éso está bien.
Así estaba sobreviviendo hasta ahora, con esa rutina estaba tranquila y no necesitaba nada más.

O al menos éso creía, porque hoy veré a Mei después de esos diez largos años de no saber nada la una de la otra.

Por eso estoy tan nerviosa, y por eso pienso que jamás comprenderé a Mei; porque ahora, justo en mis manos, tengo una pequeña nota escrita con su estilizada letra en la que me pide que por favor nos veamos en un café para hablar.

Lo ha escrito con toda naturalidad. Como si no hubieran pasado diez años de vida entre las dos en que no supimos nada más una de la otra, y como si hubiéramos hablado tan solamente ayer.

Me gustaría poder sentir enojo hacia ella o sentir cualquier otra cosa más fuerte que no sea este sentimiento cálido recorrerme el cuerpo.
¿Porque a quién engaño?
Estoy muy triste y asustada si, pero también estoy emocionada.
El sólo pensar que podría ver esos ojos violetas una vez más me aceleran el corazón.
Mi pobre estabilidad emocional que había mantenido estos años, se ha desvanecido con una simple nota.
Supongo que después de todo aún la amo...