[Miércoles 18 de Marzo, 2020]
Mi nombre es Jeon Jungkook y soy el actual director de una empresa multimillonaria. Mi padre había fallecido hacía unos días, dejándome en herencia la empresa familiar con tan sólo 21 años. Podría decirse que esta situación me ayudó a madurar y a hacerme responsable con mis quehaceres ya que mi madre nos abandonó cuando era pequeño, por lo que crecí solo con mi padre. Sin embargo, también me obligó a abandonar diversos hobbies que hacía antes del fallecimiento de mi padre, como lo era cantar, componer canciones o practicar deporte diariamente, entre otros, pero no tenía ningún problema con eso, ya que el trabajo de la empresa, aunque tedioso, me parecía que era entretenido.
La empresa Jeon's companies se estaba volviendo bastante famosa y conocida, por lo que no podía dejar en la ruina todo el trabajo y esfuerzo de mi padre. Pero cargar con el apellido "Jeon" por la calle a veces me hacía querer enterrar la cabeza en el suelo. No había día que pasase en el que alguna persona que me reconocía me asaltara, o bien para idolatrarme, o para amenazarme y "sugerirme" renunciar a la empresa cuanto antes. Al parecer el gran crecimiento de la empresa perjudicó a otras, lo que afectó también a sus trabajadores, pero no había nada que hacer, siempre habría alguien al que no le guste o no acepte tu trabajo, así que yo no iba a soportar el odio o las desgracias ajenas, y no por ello iba a renunciar a lo que mi padre y abuelo tardaron tanto en levantar. Comprendía a los que podrían haber perdido el trabajo por el crecimiento de mi empresa, pero la solución no era, para nada, torturar al director, no era su culpa, y menos la de su hijo, que la había heredado. En vez de irse quejando por la calle amenazando podrían poner los pies en el suelo y comenzar a buscar una nueva forma de ganarse la vida.
Cuando mi padre vivía, la empresa se dedicaba principalmente a producir prendas de ropa en almacenes a lo largo de todo el país, pero a medida que se iba haciendo más famosa y producía más dinero y beneficio, mi padre comenzó a tener el sueño de ampliarla. Lo que él quería era invertir en empresas más pequeñas, daba igual a lo que se dedicaran, lo que quería era ayudar a hacerlas crecer y solo recibir una pequeña proporción del beneficio que obtuvieran. Para ser el director de una empresa tan popular, ese sueño fue muy criticado por sus asesores y compañeros, pero mi padre, al igual que mi abuelo, siempre antepuso la solidaridad y la humanidad antes que al dinero. Apenas pudo hacer algunos trámites para poner en práctica su sueño cuando un infarto al corazón le arrebató la vida mientras dormía.
Yo, al heredar su empresa y convertirme en el nuevo director, me comprometí a terminar lo que mi padre y mi abuelo habían comenzado. Afortunadamente, dejaron varios escritos y contratos con los que me era más fácil seguir sus pasos, además de que la mano derecha y asesor de mi padre, Kim Seokjin, también sabía de sus planes, por lo que también me dejaba aconsejar por él, ya que tenía más experiencia en ese ámbito.
Llegué cansado a casa arrastrando los pies. Me senté, o más bien, me tiré en la cama tirando todas las cosas que traía a un lado y me quedé mirando el techo. La casa que me había comprado iba mejorando, pero aun así, necesitaba algunas reformas de las que no podía encargarme por falta de tiempo y energía.
Cerré los ojos frustrados restregando mis manos sobre mi rostro tratando de olvidar el día tan cargado, estuve revisando contratos y haciendo llamadas a algunos almacenes nuestros que tenían problemas de abastecimiento o técnicos. Los que dicen que el trabajo de oficina suele ser menos pesado y cansado que otros, es que no saben lo que es dirigir una empresa de este calibre. Y así, con pensamientos estresantes, acabé dormido con miles de papeles esparcidos a mi lado, esperando a que alguien los rellenara.
[Jueves 19 de Marzo]
A la mañana siguiente me desperté por los leves rayos del sol que se colaban por la ventana indicando un nuevo día. Sobé mis ojos y me incorporé mirando a ambos lados algo confundido, ladeé levemente la cabeza para luego levantarme y mirar los papeles que, extrañamente, se encontraban perfectamente ordenados en el escritorio. Me quedé un rato comprobándolos, asombrándome al ver que estaban rellenos y sin ningún error.
— ¿Qué mierda? ¿Cuándo...? — Eché mi pelo hacia atrás con ayuda de mi mano y suspiré pesadamente.
Al parecer, el día anterior hice mucho más de lo que recordaba realmente. Guardé los papeles en los archivos y bajé a desayunar. Necesitaba concentrarme, estaba comenzando con unos contratos muy importantes para la empresa y no podía descuidarme.
[Martes 31 de Marzo, 2020]
De ese día ya habían pasado unas cuantas semanas, todo siguió igual, no ocurrió nada fuera de lo normal, lo que me hizo llegar a pensar que aquella noche simplemente estaba demasiado cansado y llegué a olvidarme de haber rellenado los papeles antes de dormir. Yo ya tenía mi rutina hecha, pero había momentos en los que notaba que había cosas arregladas o limpias que no recordaba haber hecho. Me estaba volviendo loco, el trabajo estaba terminando conmigo.
En ese momento acababa de llegar a casa, estaba rendido de tanto ajetreo por la oficina, nunca tenía un momento de descanso, siempre surgía algún problema, o bien de los almacenes, de los trabajadores o algún que otro trámite mal hecho. Nada más entrar en mi casa fui al salón, tiré mi abrigo y todo lo que tenía en mis manos al sillón y me dejé caer en el sofá boca arriba, acabé cerrando los ojos llevando mi mano a mi cabeza algo estresado por todo el día.
— Quiero desaparecer... -murmuré acompañado de un suspiro y abrí mis ojos viendo una grieta en el techo por posibles humedades. Genial, otra cosa de la que tenía que ocuparme.
Después de llamar a un albañil y citarle para que se encargara de la grieta, subí a mi habitación para acabar un trabajo pendiente, pero me sorprendió ver un papel que no estaba ahí antes... Al leerlo me extrañé más.
"Ve a descansar, yo me ocupo de la casa"
Miré a ambos lados y me di la vuelta con el ceño fruncido buscando al responsable.
– ¿Quién anda ahí? – Pregunté buscando por la habitación algún indicio de alguna persona mientras arrugaba el papel en mi puño.
– Genial, para acabar el día, se me cuela un loco en la casa – Me revolví el pelo agobiado dejando el papel arrugado en el mismo sitio donde lo encontré. – ¡O sales ya o llamo a la policía! – Amenacé sacando el móvil de mi bolsillo y enseñándolo al aire, esperaba que eso hiciera salir al intruso. Seguí mirando alrededor desconfiado, buscando algún indicio de por dónde podrían haber entrado, pero no veía nada fuera de lo normal.
– Aunque les llames no me podrán ver, te acabarán tomando por loco... – Escuché una voz cerca de mí pero no veía a nadie. Me quedé observando el lugar del que se suponía que venía aquella voz, pero no había nadie...
– No te asustes por favor, no quiero hacerte daño, solo quiero vivir en mi casa... – Noté como el sonido de la voz iba moviéndose por la habitación hasta mi cama, pero no podía localizar de donde provenía exactamente, haciéndome fruncir el ceño demasiado desorientado por la situación.
De un momento a otro, un cuerpo apareció frente a mí, haciendo que me quedara estático en el sitio sin dar crédito a lo que tenía delante.
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Si quieres leer el capítulo paralelo en la versión de Taehyung, búsca la historia de m_c97jk con el mismo título.
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Déjame verte [JJK + KTH] (Ver. Jk)
FanficJeon Jungkook es un adolescente que recibe en herencia la gran empresa "Jeon's companies" de parte de su padre. Un puesto difícil de afrontar, sin embargo, eso se puede complicar todavía más cuando el fantasma de Kim Taehyung se le aparezca en su nu...