*~2~*

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—Eres un monstruo! -la mujer me arrastraba por los pasillos.
—No es cierto mamá -ella me abofeteo.
—Como me llamaste?!
—Y-yo lo siento
—Me contradijiste y me llamaste mamá -sonrío de una manera escalofriante- tendrás dos castigos.
—No... no por favor -intentaba zafarme de su agarre.
—Kai!
—Si señora? -un muchacho de 19 años llego a nuestro lado con una mascarilla negra y unos guantes.
—Llévala a jugar. 
—Sera un placer
—Y kai -el se volteo a verla- no le digas a a mi padre.
—No osaría traicionarla.



Chisaki me llevo hasta una habitación, estaba oscuro, solo se filtraba la luz de unas pocas velas.


—Bien -encadeno mis manos y piernas- ¿comenzamos a jugar?
—No -me inyecto un líquido- Kai por favor.
—No llores, quiero escucharte gritar y suplicar -dio el primer latigazo- amo que tu madre me permita castigarte -otro latigazo- escucharte llorar -otro- gritar -otro- suplicar que pare -otro- verte sangrar -varios mas- y volver a regenerarte.
—AAahhhhaaaaaa!!

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—DETÉNTE!!

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—Neesan!!

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—NO MÁS!!

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—Nee-San despierta!!

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—Eri! -me levante sobresaltada del suelo.
—Nee-san estas bien? -pregunto desde su habitación.
—Si, tranquila, solo fue una pesadilla.
—Segura?
—Si, comenzamos con el plan.


Eri y yo nos encontrábamos en las celdas o como preferimos llamarlas nuestra habitación, la suya se encontraba frente a la mía.

Hoy era el día, definitivamente lo era, hoy escaparemos de este infierno.

Hace unos días fingí estar enferma para recuperar la fuerza suficiente para poder poder escapar de este sitio, ya que siempre termino sin energía las las torturas que me dan o drogada para que no ocupe mis koseis; mire a Eri quien asintió al verme en posición


—Neesan, Neesan! -grito desesperada- ayuda alguien! -escuché los pasos de los guardias venir a toda velocidad- p-por favor... snif.... ayúdenla.

—Qué le pasó?

—Estábamos hablando... snif... cuando se desmayó de la nada... snif.

—La llevare con Kurono-sempai para que la revisen.

—Bien.

—Ayúdame para sacarla.


Los dos guardias abrieron mi celda y se acercaron a mí, antes de que me pudieran a tomar los golpee con fuerza, convertí en mis manos en puños de gorila y los volví a golpear dejándolos inconscientes en menos de cinco segundos; tome la tarjeta de uno de ellos y abrí la celda de Eri.


—Muy buena actuación.

—Gracias Nee-san.

—Andando.


Me saqué mi vestido blanco, se lo pasé mi hermana y me transforme en un chita, Eri se subió a mi lomo y salimos corriendo por los pasillos; con mis sentidos felinos esquivamos a las personas que circulaban por allí hasta que escuchamos como uno de los muchos secuaces de Chisaki alertaba a todos de que nos habíamos escapado por lo que me transforme en humana, Eri me paso mi vestido el cual me coloqué rápidamente y entramos a una habitación donde no había nadie, escuché como se iban acercando hacia nosotras.


Tu voz (Izuku y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora