El amor es...?

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Zoe.

Caminé hacía el coche intentando borrar la escenita de hace unos minutos.

La castaña de ojos oscuros que ahora bien sabía que se llamaba Laura, se había llevado casi a rastras a su pelirrojo mejor amigo ¿No le bastaba con mi mejor amigo alías mi amor platónico desde los siete?

Después de la desastrosa fiesta, Mateo se quedó a ayudarme a recoger mientras me contaba acerca de como había conocido a la chica por la que tenía cierto interés, el cuál no catalogaba cómo cien por ciento romántico, según sus palabras.

¿A quién engaño?

El moreno hablaba maravillas de la chica, se le notaba a una milla de distancia que comenzaba a sentir cosas por ella y lo peor (solo para mí) es que era correspondido, y cómo si no bastara, se estaban conociendo para llegar a algo.

Al parecer eran vecinos, cosa no relevante, ya que hoy en día ¿Quién realmente tiene alguna relación o amistad con sus vecinos? Si a caso se darán los buenos días. Aquí la gran coincidencia fue que la chica asiste al mismo colegio que nosotros y no solo eso, también comparten clases y si no me lo había dicho es porque al principio solo era una conocida pero, cito sus palabras, "Ahora es más que eso"

¿Qué rayos significaba eso? Tal vez él piense que no recuerdo como me mandó a la friendzone, pero aunque no lo recordara ¡Él ahora sabe lo que siento! ¿No puede sentir una mínima pizca de consideración por mis sentimientos?

Suspiré disgustada en el asiento trasero del coche, pensar en los sentimientos y situaciones confusas me provocaban dolor de cabeza.

El amor es... ¿Cómo es? No, la pregunta correcta sería ¿Qué es el amor?

Llegué a casa agradeciéndole a Mario, el canoso chofer.

Entre a la casa y estaba frivolamente vacía, era una casa perfecta, no era una mansión pero tampoco era pequeña, era de dos pisos y cada uno era suficientemente espacioso para pasar como una casa grande y bonita, pero estaba vacía y fría. Me dirigí a la cocina esperando encontrar a Carlota, pero no estaba allí y recordé que los lunes salía más temprano para tener más tiempo con su nieta, quien siempre la visitaba después de clases los lunes.

Salí de la cocina y subí a mi habitación, puse mi mochila en mi escritorio y cerré poniéndole el pestillo. Me cambié el horrible e incómodo uniforme por la ropa más grande que encontré y ordene mi cabello en una pequeña coleta baja, pues los mechones cortos no daban para mucho. Me aventé a la cama, tomé el teléfono y sonreí ampliamente.

Había conseguido guardar el número de Dorian, ya que él ni si quiera estaba viendo si me metí a instagram o no, que confiado. Vi el número y lo registré simplemente como "Dorian" , mandé un mensaje y esperé animadamente su respuesta.

El chico era interesante. El día del armario, él me escuchó y se sintió como si alguien comprendiera mis sentimientos, solo esperaba poder despejar mi mente.

Dorian: ¿Quién eres?

Yo: Tu amiga del armario.

Dorian: ¿Cómo haz conseguido mi número?

Dorian: ¿Ahora somos amigos?

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