Friendzone✔

Un perdón no es suficiente.

Zoe

Estaba tendida en la cama, estúpido sábado, estúpida vida.

Ya había pasado una semana de lo ocurrido en el concurso, semana en la que Dorian no había hablado conmigo y mucho menos respondido mis mensajes.

Lo entendía, estaba bien si decidía alejarse, si yo hubiera sido lo suficientemente valiente para alejarme de Mateo luego de sufrir su rechazo, tal vez nada de esto hubiera pasado, tal vez hubiera podido olvidarlo y regresar a ser amigos sin que me doliera estar si quiera en la misma habitación.

Pero Dorian es valiente, Dorian es fuerte y si piensa en su bienestar, Dorian no debió enamorarse de mi... Dorian no debió acercarse tanto, no debió atreverse a confundirme, no debió meterse en mis pensamientos y volver todo aún más complicado.

Y yo no debía echarle la culpa.

Tenía que hacer algo y tenía que hacerlo bien, porque ahora estoy segura de lo que siento.

Dorian me gusta, me hace sentir bien, me ayuda, me escucha y más importante que cualquier cosa... Con él me sentía yo misma, me sentía comprendida y segura de mí.

Mateo... Mateo era mi mejor amigo pero no me escuchaba hacía mucho tiempo, no se interesaba en mí y ahora, ni siquiera estaba segura de que me conociera. Tenía que aclarar las cosas, tenía que ser honesta para terminar con las mentiras y por primera vez hacer las cosas bien.

Tenía que recuperar a Dorian y demostrarle que no solo pensaba en mí, demostrarle que ya no sentía más que amistad por Mateo... Y a Mateo tenía que ofrecerle una disculpa después de ser participe de arruinar su relación, necesitaba salvar nuestra amistad antes de que todo se fuera por el caño.

Decidida, salí de mi habitación. Como siempre, mis padres no estaban en casa, solo había una dulce y regordeta mujer haciendo la comida y un cálido chófer que le hacía plática.

Salí de la casa sin que ninguno de los dos se percatara de mi escape, no quería preguntas, no quería que el chófer se ofreciera a llevarme.

Caminé llena de nervios, no había hablado con Mateo desde hace mucho, ni siquiera habíamos hablado del beso, había pensado las cosas en mi soledad y ahora solo quería que todo saliera bien.

...

Caminé hacía la puerta, comenzaba a tener miedo de como pudiera reaccionar, pero no era momento de acobardarme.

Toqué la puerta, tal vez muy en el fondo, esperando que nadie abriera.

—¿Hola?—Dijo Mateo apenas la puerta se abrió.

—Hola...

—¿Pasa algo?—Cuestionó, esta vez dejándome pasar a su hogar.

—En realidad... Si.

—Mis padres no están, pelearon y ambos salieron ¿vamos a mi habitación?

—Necesito hablar contigo.

—Oh... Claro, siéntate.—Dijo, palmeando el espacio a su lado en el sillón.

Me senté en el sillón de enfrente ¿Realmente lo iba a hacer?

—Zo... Si es por lo del beso, yo-