Friendzone✔

A veces es mejor rendirse

Zoe

Ahí estaba.

Me encontraba parada frente a las listas para el concurso, pensando en si realmente debería anotarme.

Vamos, es solo un concurso de bachillerato, no es tan importante, tú puedes hacerlo.

Solo es pararte frente a todo el colegio La Paz y cantar... No, era demasiado. Estaba apunto de dar media vuelta e irme, cuando una notificación de mi celular me detuvo.

Dorian: Hey

Dorian: Rubia!!

Dorian: Laura dijo que quería hablar conmigo ¿Nos vemos luego para que te cuente?

Dorian: Creo que ya sé cual es mi sueño.

Dorian: :D

Reí al ver tantos mensajes, me lo imaginaba hablando muy rápido y enredando las palabras como siempre solía hacerlo.

Vi el último mensaje y recordé la conversación que tuvimos el fin de semana en la rueda de la fortuna, recordé sus palabras "No deberías dejar que decida por ti"

Bien, eso haría. Con la mano temblorosa anoté mi nombre en la lista y me encamine a la última clase que compartía con Mateo. Recorrí el aula con la mirada, el chico no estaba por ningún lado.

Me senté en una banca de en medio, como solía hacerlo siempre, esperando a que mi compañero apareciera pronto. La profesora no llegaba y mientras más tiempo pasaba, más me aburría y menos dejaba de pensar en cierto pelirrojo y nuestra plática.

Tomé mi teléfono y marqué su número, saliendo del aula para evitar el ruido ¿por qué le estaba hablando?

—¿Zoe?

—Así es, tonto.

—¿Qué pasa?

—Nada... Solo quería... Responder tu mensaje.

Zoe Mentiras Delgado, me llamaban.

—Oh! Si! Eso... Laura me llamó hace un rato, me dijo que quería hablar algo importante conmigo, no tengo idea de que puede ser... Pero tengo algo de miedo.

—¿Miedo de qué?

—No lo sé...

—¡Tal vez nuestro plan funcionó!

—No lo creo... ¿Mateo no te ha dicho nada?

—No hemos hablado realmente, tu... Linda mejor amiga se ha encargado de mantenerlo lejos.

—Lo sé, rubia...

—¡Debes decirme todo lo que te cuente!

—¿Decirle qué de quién, Zo?

Una voz ronca detrás de mí me hizo soltar un respingo, al voltear me encontré a Mateo, mirándome con curiosidad.

—Te hablo luego, Dorian.