¿Un fin?

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Zoe

Luz.

La luz me cegaba, era difícil abrir los ojos. Parpadee algunas veces acostumbrándome a la luz y entonces abrí los ojos por completo.

Vi su cabello rojo y sus ojos llorosos, su cara de asombro al verme.

—Oh, Dios...—Habló Dorian, lanzándose a mí.

—Dorian, espera, deja que se estabilice.

Traté de reincorporarme, quité la máscara que cubría mi boca y nariz.

—¿Qué... pasó?

Mis padres, Carlota, Dorian, Mateo y Vanessa estaban ahí, viéndome, todos con los ojos llorosos.

—Oh, cariño.—Dijo mamá llorando, abrazandome.

De repente, una bolita de mis padres y Carlota, estaban quitándome el oxígeno.

—¿Alguien va a explicarme?

—Solo nos diste el susto de nuestra vida, rubia.—Dijo, y Vanessa rió.

Dorian me sonrió a lo que yo correspondí la sonrisa entre los brazos de mis padres, necesitaba hablar con él. Mis ojos se desviaron al moreno a su lado, quien me veía con arrepentimiento, también necesitaba hablar con él.

—Mam¡AUCH! ¡mamá, mi brazo!

—Oh, lo siento, cariño.

Reí, no estaba al tanto de porqué estaba con un brazo roto en el hospital, pero se sentía bien tenerlos cerca.

—Vamos chicos, dejemosla con sus padres.

—Pero...—Reprochó Dorian

—Anda, camina.

Carlota salió con los chicos, dejándome a solas con mis padres, bien, necesitaba hablar con ellos ¿Había una persona con la que no tuviera que hablar?

—¿Qué me pasó?

—Un carro te atropelló, cariño, tuvieron que reanimarte pero ya estás bien y es lo único que importa.—Dijo mamá acariciando mi cabello.

—Mucha información.—Dije, tratando de asimilar.

Oh, bueno, casi muero.

—Papá, mamá... Yo... Quería hablar con ustedes sobre lo que pasó el otro día.

—Tranquila, Zo, no tenemos que hablarlo ahora.

—En verdad quiero hacerlo... Quiero que sepan que no estoy molesta con ustedes, sé que quieren lo mejor para mí y es una gran oportunidad para ustedes también... Yo siempre los apoyaré... Lo siento por todo.

—Mi amor, sabes que nosotros te apoyaremos en todo también, ven aquí.

Papá me abrazó por el lado contrario al yeso, se sentía bien estar bien.

—Martin, hay que dejar que la vean sus amigos.

—Oh si, el chico pelirrojo se quedó aquí toda la noche, Zo, es un gran amigo.

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