04 de Marzo del 2039
Francia
Sala de estar del castillo
05:00 PMBen estaba sentado en su sillón favorito, justo en medio de la sala, de frente a la puerta por la que pronto entraría la pobre alma desafortunada.
Su espada, recién afilada, estaba apoyada casualmente a su lado. Era totalmente conciente de la mirada divertida que le daba su suegro.
—¿Qué pasa? —le preguntó de mala gana.
Su molestia estaba inhibiendo su cautela, ya que en ninguna otra ocasión se atrevería a hablarle así a el dios del Inframundo.
—Nada, nada —respondió, sin inmutarse por su tono.
Resopló con fastidio, y miró su reloj de muñeca por quinta vez.
Su madre, Evie, y su esposa estaban arriba, en la habitación de Myrcella, ayudándola a prepararse para su cita.
Su primera cita.
Hace tan solo unos días él había estado sosteniendola en sus brazos por primera vez, y ahora ella iba a salir con un vago cualquiera.
De acuerdo, estaba exagerando, Michael no era un vago cualquiera. De hecho, el conocía al chico desde siempre, después de todo, tenía la misma edad que sus gemelos.
Eso no lo hacía sentir mejor.
—Es horrible ¿Verdad? —le dijo Hades de repente.
—¿Qué? —cuestionó.
—Sentir que la estás perdiendo.
Lo fulminó con la mirada al escuchar eso, él no estaba perdiendo a su niña, Myrcella pronto se daría cuenta de lo idiotas que eran los chicos y decidiría quedarse soltera por el resto de su vida.
Le sorprendía que no se hubiera dado cuenta ya, la chica tenía siete hermanos, por favor.
—Para mí fue muy diferente, por supuesto —siguió hablando el dios—. Eso no significa que me doliera menos entregar a mi hija el día que ustedes se casaron.
—Mal ya era una adulta, Myrci es una niña apenas.
—En mi opinión, Mal también era una niña, pero siguiendo tu lógica, Myrci está a tres años de convertirse en una adulta.
—¡No... —se atragantó con sus palabras—, es diferente!
—¿Por qué? —interrogó Hades, podía ver en sus ojos que él estaba disfrutando su sufrimiento.
Probablemente el hombre había estado esperando ese momento desde el día en que Myrcella nació.
—Porque yo lo digo —afirmó testarudamente—, y yo soy el rey de todo Auradon, mi palabra es ley.
—De acuerdo, majestad —se burló—. Eso no cambia nada, cuando menos te lo esperes te va a llegar la invitación a la boda, no digas que no te lo advertí.
Malhumorado, volvió su vista hacia la puerta, justo a tiempo para ver entrar al muchacho.
Michael era hijo de un oficial de alto rango del ejército, algo que se notaba mucho en su postura. Caminaba erguido, con pasos firmes, y la cabeza en alto.
En cuanto estuvo en frente de él se reverenció, era totalmente diferente de las reverencias temblorosas e inexpertas que solía ver en otros.
—Buenas tardes, majestad —le dijo, una gran sonrisa se extendía por su rostro—. ¿Cómo se encuentra hoy?
Oh, él realmente deseaba poder odiar a ese chico, pero era tan amable, y educado, y... Bueno en general.
—Bien —mentira, sentía que estaba a punto de morir—, gracias por preguntar.
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Relatos de una familia real (Primera versión)
FanficAviso avisador: Está es una primera versión de una historia que empecé a escribir cuando tenía 12 años, por lo que tiene partes muy cringe, leer bajo su propia responsabilidad. Queda debidamente avisado. (Versión mejorada: próximamente en mi perfil)...