16 años

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29 de agosto del 2035
Francia
Cocina del castillo
09:00 AM

29 de agosto del 2035FranciaCocina del castillo09:00 AM

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Mal terminó de preparar el batido de fresas, a su lado, Ben estaba recortando las esquinas de un sándwich de crema de maní y jalea

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Mal terminó de preparar el batido de fresas, a su lado, Ben estaba recortando las esquinas de un sándwich de crema de maní y jalea.

Era el décimosexto cumpleaños de Aegon, algo muy importante para todos en la familia y querían que fuera perfecto.

Ella no podía creer lo rápido que había crecido, aún lo veía como al pequeño bebé que lloraba en la madrugada solo porque la extrañaba.

El siempre brillante Aegon, su pequeño solecito, se había convertido en un gran príncipe que deslumbraba a todos a su alrededor.

—¿Seguirá dormido? —escuchó que se preguntaba Ben.

—Probablemente —respondió, a pesar de saber que su esposo estaba hablando solo—, lo escuché hablando hasta tarde con su novia.

Ben sonrió enternecido, bien podría ser el presidente del club de fans de Aegon y Elizabeth, porque siempre se ponía así cada vez que se los mencionaban.

—Espero que a los gemelos no se les ocurra hacerle alguna broma hoy —suspiró su esposo.

—No te preocupes, ya negocié con ellos —colocó el vaso en una bandeja, dejando espacio para el plato con el sándwich.

Ben se apoyó contra la encimera de la cocina, justo a su lado.

—Pensé que no te gustaba negociar con terroristas —bromeó, poniendo el plato en la bandeja.

Mal puso los ojos en blanco y le sonrió, esa sonrisa que solo reservaba para él y que siempre lo hacía derretirse.

—Decidí hacer una excepción por hoy.

Tal y como esperaban, Aegon seguía dormido

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Tal y como esperaban, Aegon seguía dormido.

Mal se sentó a su lado y le quitó el cabello sudado de la frente, desde bebé tendía a transpirar mientras dormía.

—Aegon, despierta mi vida —lo llamó con dulzura.

—¿Hmmm? —murmuró con sueño, removiéndose un poco.

Ben puso la bandeja con el desayuno en el escritorio de Egg, para tener las manos libres

—Buenos días, dragón —le movió un poco la pierna para despertarlo.

Los ojos grises de Aegon se abrieron y brillaron de inmediato al ver a sus padres.

—Hola, mamá —murmuró con una sonrisa, bostezando en medio de la oración—, hola, papá.

—¡Feliz cumpleaños, príncipe! —lo felicitó Ben.

—Gracias, papá.

Mal le acarició un poco más el cabello, era castaño como el de Ben, pero tan espeso como el de su padre.

Aegon era una mezcla perfecta de sus padres y abuelos, pero sin parecerse a ninguno de ellos en particular. Eso le gustaba, su hijo no tenía que vivir bajo la sombra de nadie.

—Feliz cumpleaños, mi vida —le besó la frente—, que cumplas mil años más.

Aegon presionó la cara contra su pierna, sonriendo con pereza.

—No digas eso, mamá —murmuró risueño—, imagina lo insoportable que sería de viejo milenario, mis hermanos me dejarían en un asilo.

—No se llevan tantos años, todos terminarían en el mismo asilo —lo observó con atención, notando, tal vez por primera vez, lo mucho que había cambiado su hijo. Su cara había perdido la redondez infantil y toda la grasa que tenía de bebé, podía ver la barba incipiente que empezaba a salirle, tendría que afeitarse de nuevo.

—Me compadezco de los que vayan a trabajar en ese asilo —comentó Ben—. Siéntate, te hicimos el desayuno.

El príncipe se restregó los ojos para espantar el sueño, e intentó acomodarse con ayuda de su madre.

—No tenían que hacerlo —volvió a bostezar—, ¿dónde están mis hermanos?

Mal le puso una almohada detrás de la espalda para que pudiera apoyarse mejor.

—Aún están durmiendo, creo —no los había revisado desde temprano, pero ellos eran demasiado ruidosos como para pasar desapercibidos, por lo que supuso que aún no habían despertado, o al menos no deseaban levantarse de la cama.

—Come, campeón —le apremió Ben—, te espera un gran día.

Y así sería, pues Auradon esperaba con impaciencia celebrar el cumpleaños de su futuro rey, lo que nadie sabía fuera de su familia y amigos, era que Aegon daría un gran anuncio ese día.

Aún no asumiría el trono, a pesar de tener la misma edad que tenía su padre cuando se convirtió en rey.

Quería hacer muchas cosas antes de asumir esa responsabilidad, quería estudiar, viajar y terminar de madurar.

Cuando llegara el momento, estaría emocional y psicológicamente preparado, pero mientras tanto, sus padres seguirían siendo los reyes.

—En serio, gracias —dijo después de darle el primer mordisco al sandwich.

—No tienes que agradecernoslo —Mal lo abrazó por los hombros.

—Te amamos, Aegon —le sonrió Ben.

Siempre se aseguraban de recordárselo, querían que su hijo supiera que podía contar con ellos cuando fuera necesario.

—Lo sé —le devolvió la sonrisa a su padre, dejando entrever los hoyuelos que había heredado de su madre—, yo también los amo.

—Lo sé —le devolvió la sonrisa a su padre, dejando entrever los hoyuelos que había heredado de su madre—, yo también los amo

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¡Hoy es el cumpleaños de Aegon! 🎉🎉🎉

Es el único al que le he definido la fecha de nacimiento y es el que más pronto va a aparecer en "Our once upon a time",  por eso decidí escribir esto.

Creo que nunca había escrito algo centrado en él siendo tan grande, así que es un momento muy especial.

Relatos de una familia real (Primera versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora