Born this way

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20 de noviembre del 2040
Francia
Sala de estar principal del castillo
01:09 PM

Recostado perezosamente en el sillón, jugueteó con los mechones morados de su esposa.

Mal inclinó la cabeza y le dirigió una sonrisa, cerrando uno de sus ojos.

—Vas a hacer que me quede dormida.

Plantó un suave beso en su hombro.

—Ese es el plan —le susurró junto al oído.

La reina se retorció, soltando risitas tontas por las cosquillas que él le había generado.

—Basta —lo empujó, tratando de escapar de su agarre.

Envolvió el brazo en torno a la cintura de Mal, aprovechando para hacerle aún más cosquillas.

—Ejem.

Se separaron, jadeando entre risas. De pie en la entrada, se hallaba Murad, observándolos con seriedad.

Se recompuso, preocupado por la expresión de su hijo.

—¿Pasó algo, dragón?

—Sí, mamá, papá —tomó una respiración profunda—, necesito hablar con ustedes.

Ambos lo observaron, expectantes. Tal vez se había peleado en la escuela, o sacado una mala nota en algún examen.

La verdad, no se le ocurría qué otra cosa podría decir Murad, porque hasta donde sabía él, su hijo no tenía ningún problema últimamente.

—Sabes que puedes contarnos cualquier cosa —aseguró Mal.

Murad apretó los labios, como dudando por última vez.

—Soy bisexual —soltó de golpe.

Alzó las cejas, más impactado por el hecho de que les contara que por la noticia en sí.

—Ah —murmuró Mal—, está bien.

Asintió, de acuerdo con ella.

—Gracias, por confiar en nosotros —agregó, para dejar en claro que lo apoyaban.

Sin embargo, lejos de lucir tranquilo, Murad pareció ofenderse.

—¿Eso es todo? —cuestionó.

Él y Mal compartieron una mirada extrañada.

—Pues sí.

—¿No van a llorar, ni nada?

Se encogió de hombros.

—¿Deberíamos hacerlo?

Murad parpadeó, atónito

—Sí, no, no lo sé...

Mal apoyó la cabeza en el hombro de Ben, parecía estar reprimiendo las ganas de reír.

—Es normal, hijo, lo tomamos por lo que es.

El adolescente dió un fuerte pisotón en el suelo.

—¡Tiene que ser una broma!

Se dió la vuelta, echando humo... Literalmente.

—¿Pero qué ocurre? ¿Por qué te molestas?

—Arruinaron mi dramática salida del clóset —gritó desde el pasillo—, gracias, padres.

Mal se disolvió en risotadas, mientras que él seguía pasmado, sin entender la reacción de su hijo.

—No lo entiendo —sacudió la cabeza—, pensé que él sabía que nosotros sabíamos.

Según ellos, era bastante obvio, su hijo no era "amanerado" ni nada parecido, pero de todas formas lo sabían.

Siempre observaban a sus hijos de cerca, asegurándose de que todo estuviera bien con ellos, entonces, obviamente notaron que tras el inicio de su desarrollo hormonal, Murad miraba de la misma manera apreciativa tanto a chicas como chicos.

—Anda tú a saber qué le pasa —Mal se sostenía el estómago, debía dolerle de tanto reír—, estos chicos casa día se vuelven más raros.

—Anda tú a saber qué le pasa —Mal se sostenía el estómago, debía dolerle de tanto reír—, estos chicos casa día se vuelven más raros

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Acabamos de entrar en la cuenta regresiva para el final de esta historia 🎉🎉🎉
Faltan diez capítulos para el final.

Relatos de una familia real (Primera versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora