De la guerra y el amor

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Por otro lado, Cayetana empacaba una pequeña maleta para pasar el fin de semana con Valerio, estaba muy entusiasmada, aún no habían definido cuál era el estatus de su relación pero el fin de semana parecía perfecto para conversar todo lo que se había quedado en el tintero y reparar el daño, y tal vez empezar de cero, sin mentiras.

Valerio estaba dispuesto a ser mejor, estaba poniendo todo su empeño en lo concerniente a los viñedos y también en la escuela, y había invitado a pasar el fin de semana en Caleruega a Cayetana para arreglar las cosas e intentarlo nuevamente.

Había conversado con Carla con respecto a la invitación hacia Cayetana y ella había accedido sin ningún pero, al parecer Valerio era el único que podía acceder a la Marquesita, como cariñosamente la llamaba, aunque la verdad, únicamente hablaban de los vinos y nada más.

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Poco más de cuatro horas duraba el vuelo que Cristian debía abordar para regresar a Madrid, su tratamiento había terminado, usaría permanentemente una silla de ruedas, pero luego de varias sesiones con una psicóloga había aceptado la situación.

Carla había conversado con él para ponerlo al tanto de los últimos acontecimientos en Las Encinas, ciertamente Cristian lamentaba mucho el final de Polo, pero de cierto modo era una forma de cerrar ese círculo que tanto dolor había traído a todos.

Su primera parada, el piso de Samuel.