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Pasaban en el puente sobre el río Gromejón que atravesaba el poblado de Caleruega, Carla había decidido pasar unos días allí con Samuel, Valerio y Cayetana se quedarían en Madrid, creía que la quietud del lugar sería algo positivo para ambos, especialmente para Samuel, además quería cerciorarse que todo estaba en orden en los viñedos.

El municipio de Caleruega se encontraba en la provincia de Burgos, por lo tanto, todos los vinos producidos allí contaban con la denominación de Origen de vinos Ribera del Duero, eran fundamentalmente tintos, aunque también producían algunos rosados, por lo que las parras eran de un colorido impresionante, las uvas Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec colgaban con un fuerte color púrpura y rebosantes de calidad, era una vista cautivadora.

Samuel iba con la frente pegada en la ventana del automóvil, una media sonrisa se dibujaba en su rostro, mientras Carla solamente deslizaba sus dedos por la pantalla de una tableta electrónica, había pasado tantos veranos en el lugar que no parecía impresionada por la vista, sin embargo, los extensos campos de labranza, las pequeñas montañas de piedra caliza que rodeaban el lugar, el río, las parras cargadas de uvas, estaban enamorando al castaño.

S: "¿cómo puedes estar viendo la pantalla con esta vista?" - dijo sin apartar su vista de la ventana.

C: "Estoy muy atrasada y no es algo que no haya visto antes"- respondió la rubia, también sin despegar su vista de la pantalla.

S: "Esto es demasiado hermoso como para que prefieras trabajar" - replicó nuevamente.

C: "Es hermoso por que trabajo para que así sea" - respondió, sin embargo ésta vez no se resistió y dirigió su mirada hacia Samuel, se infló de ego y felicidad al ver a Samuel admirar su legado, todo allí había sido erigido por su familia, y ahora ella lo manejaba con bastante éxito. "Pero tienes razón, es hermoso"

S: "Lo es"

El clima era cálido, pero la casa tenía una temperatura agradable, era grande, elegante, el mobiliario y decoración era elegante, una fachada blanquecina y techo de tejas color rojizo, evocando un estilo colonial muy propio de España, una cúpula central que iluminaba la sala con luz natural, varias habitaciones, una enorme cocina y todas las comodidades.

Los empleados estaban listos para recibirlos, Roberto, el chofer bajaba las maletas con ayuda de Samuel, el chico había insistido tanto en ayudar a Roberto que éste no tuvo de otra más que permitirle hacerlo, a Carla esto no le sorprendía, así que solamente asintió cuando su chofer volteó a verla como preguntándole si debía dejarlo ayudar o no.

Adentro el ama de llaves y otros empleados aguardaban la llegada de la rubia y su acompañante, la comida estaba servida, pues esa había sido la instrucción de Carla, además estaban listos para recibir el equipaje y ubicarlo en la habitación que utilizarían, Valerio, Cayetana y Victoria solían utilizar el ala opuesta, pero Carla y Samuel utilizarían la nave principal de la propiedad, al igual que el dormitorio más grande, ese que solían usar sus padres.

Chuletillas de cordero a las brasas acompañadas de papas, ensalada de rúcula y una de copa Cabernet Sauvignon fue el menú, Eva era una cocinera excepcional, y las chuletillas eran muy típicas de la región de Burgos, comieron y conversaron tendidamente por un par de horas, luego de terminar, Samuel se dispuso a darse un baño, mientras que Carla se acomodaba en la oficina para seguir trabajando.

"La señorita Carla está en su oficina" dijo una de las empleadas al ver a Samuel caminar desorientado por la sala, se ofreció amablemente a llevarlo pero él prefirió inspeccionar la casa, quería conocerla y así evitar perderse en el futuro, además las pinturas que colgaban en las paredes lo tenían hipnotizado, así pasó casi toda la tarde, se detenía frente a los cuadros por largos minutos para capturar todos los trazos del artista.

C: "Lamento haberte dejado solo tanto tiempo" - dijo mientras lo abrazaba por la espalda. "Aunque creo que ni si quiera has notado mi ausencia" - afirmó, pues el castaño estaba detenido frente a una pintura que colgaba en uno de los pasillos.

S: "Creo que ya sé que quiero hacer" - dijo Samuel mientras apretaba los brazos de Carla contra su cuerpo. Habían tocado ese tema en una de sus tantas conversaciones en Londres, ella le había preguntado si había pensado en el futuro, Azucena le había otorgado su certificado de graduación, así que podía inscribirse en la universidad si así lo quería, o bien tomarse un descanso, Carla lo apoyaría sin importar la decisión que tomara.

C: "¿Qué has decidido?"

S: "Quiero pintar, por lo menos hasta que empiece el nuevo ciclo en la universidad"

C: "Es una magnífica idea cariño" - respondió mientras depositaba un beso en la espalda de Samuel, le encantaba la idea, sabía sobre la fascinación de Samuel por la pintura y también había visto ya algunas de sus obras, era algo que él no podía dejar de hacer, solía dibujar en todo lo que encontrara, lo hacía en las servilletas de los restaurantes, incluso en los escritorios del instituto.

S: "Crees que pueda encontrar materiales aquí, hay muchos paisajes que me gustaría pintar" - preguntó mientras giraba para encontrar a una Carla sonriente.

C: "Mañana le pediré a Roberto que te lleve al centro de la ciudad y podrás comprar todo lo que necesites" - contestó.

De la guerra y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora