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"¿Enviarás eso?" preguntó un oficial de mayor rango al ingresar al dormitorio y ver a Samuel sumergido en la escritura, "¿Puedo hacerlo?, pensé que no se permitía la comunicación" preguntó Samuel con extrañeza, pues no tenía idea de que podía enviar cartas, "no se permiten las comunicaciones electrónicas, puedes ir a la oficina central y preguntar por Josué, él te indicará cómo proceder" continuó explicando el oficial, Samuel no pudo evitar sentirse nervioso, ¿en verdad quería enviar esa carta?.

El oficial siguió dando indicaciones, pues la misión no había terminado, solamente cambiaría el rumbo, al siguiente día debían levantarse temprano para entrenar y también conocer los pormenores de la nueva operación, al terminar, Samuel agradeció a su superior por la información y este solo asintió dejando nuevamente a los jóvenes soldados nerviosos por los días venideros.

Samuel firmó la carta, la dobló en tres y caminó hacia la oficina administrativa, un chico que parecía de su misma edad lo recibió, le entregó un sobre y estampillas, pero cuando consultó por la dirección de correspondencia Samuel necesitó un tiempo, no sabía la dirección de Carla, así que decidió darse por vencido.

El chico al ver el rostro decepcionado de Samuel, le dijo "por qué no se la envías a alguien más para que se la haga llegar a la chica", la carta no había sido tan personal, Josué debía leer el contenido de todas las cartas para cerciorarse que no se estaba filtrando información sensible, "la enviaré a mi casa" respondió Samuel con la esperanza de que Omar la recibiera y de alguna forma la hiciera llegar a su destino.

Al llegar la noche avanzó hacia el área en donde se encontraban los heridos, buscaba a su nuevo amigo, Alex se encontraba en una camilla intentando levantarse, un grito desesperado alerto a todos, incluido Samuel que corrió en dirección a su amigo.

S: "¿Qué sucede Alex?"

Al: "¡Mi pieeee!" - gritó con desesperación, era desgarrador escucharlo gritar una y otra vez, incluso parecía que se quedaba ya sin voz, Samuel bajó la vista y entendió todo, el pie derecho de su amigo había sido amputado.

S: "Tranquilo tío, todo va a estar bien, aquí viene un médico" - dijo Samuel intentando consolarlo.

El médico se acercó y colocó anestesia y un sedante en la vía del chico, pronto hizo efecto y Alex estaba nuevamente dormido, el médico al ver a Samuel le explicó que una granada había amputado el pie, así había llegado por lo que tuvieron que cauterizar la herida, cuando Samuel había cargado a Alex ni si quiera se había percatado que el chico había perdido su pie con la explosión.

...

Una semana había pasado ya desde ese evento caótico, Alex se recuperaba bastante bien, estaba empezando a aceptar su nueva realidad, Samuel lo visitaba todos los días por la noche luego de terminar los entrenamientos, además pronto Alex sería enviado devuelta a Madrid, pues era imposible que siguiera sirviendo en el ejército con su condición.

De la guerra y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora