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Cristian

El rechinar de las llantas, la caída inminente, todo en cámara lenta, veía el suelo acercarse mientras volaba por los aires, luego el sonido de ambulancias y un avión despegando para Suiza. Y allí estaba despertando en mi cama sin poder mover las piernas, pero debía ver las cosas positivas, había recuperado a mis amigos, había vuelto a Madrid y tenía una nueva oportunidad de hacer bien las cosas, de perseguir nuevos sueños.

Omar

"Mi hijo un maricón" mi padre gritaba sin poder ocultar su asco, mi madre lloraba y yo trataba de explicar que seguía siendo el mismo Omar de siempre, que los amaba y que lo que sentía por Ander no era un pecado, pero me repudiaban, me daban la espalda. "Omar, Omar" gritó Samuel desde afuera "se nos hará tarde tío". Un sueño, un maldito sueño.

Ander

Otra vez conectado a máquinas de hospital, mientras mi madre duerme en una maldita silla y Omar desperdicia su tiempo conmigo, a mi padre le importa una mierda. Cáncer otra vez, vuelvo a cortar mi cabello y a faltar a clases. "Ander cariño, dejé yogurt y fruta en el desayunador, debo llegar temprano al colegio a revisar unas cosas, nos vemos luego", respiré profundamente y toqué mi cabello, tenía cabello.

De la guerra y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora