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La diferencia de horario de Madrid y Londres solo era de un par de horas, por lo que el mensaje de Samuel la pillaba a buena hora como para contestarlo, ese domingo Carla había decidido pasarlo encerrada en su apartamento pues debía trabajar en las decisiones que habían tomado con Yeray el día que se habían reunido para ver los planes y estado de las bodegas.

Estaba sentada en la cama, recostada en la cabecera y con su laptop en sus piernas trabajando cuando su móvil vibró, al ver la pantalla iluminarse con el nombre de Samuel y el anuncio de un nuevo mensaje, no pudo evitar sentir un escalofrío, anteriormente ya había recibido un mensaje corto de él en donde la saludaba con un simple "hola", esa vez había decidido ignorar el mensaje, pues no sabía que responder.

Esta vez tenía la cabeza liada, no sabía ni siquiera si debía abrir el mensaje, cogió su móvil fuertemente y lo estrechó fuertemente contra su pecho mientras cerraba los ojos y se mordía el labio inferior, pensando si debía o no debía hacerlo.

Samuel era su debilidad, si cedía no habría vuelta atrás, si decidía contestar, era abrir la puerta nuevamente y si decidía no hacerlo era cerrarla para siempre, ninguna de las dos eran buenas opciones, su mente inmediatamente regresó a ese momento de la despedida.

S:" Aceptarás visitas?"

C: "Depende, traerás macarrones?"

Tarde o temprano debía enfrentarlo y ciertamente prefería hacerlo desde la pantalla de su móvil que en persona, no porque no quisiera verlo, si no porque al tenerlo frente a frente no sería tan fuerte, solo de pensarlo atravesando esa puerta con un "tupper" de macarrones en la mano le dibujaba una sonrisa tonta en el rostro, así que decidió responder al mensaje.

C: Qué tal? Cómoestás? Te parece si hablamos mañana? Hoy estoy un poco atareada con unosinformes - con esto tendría un tiempo para imaginar distintos escenarios y asítener una respuesta para cada uno de ellos.

De la guerra y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora