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Para Carla los días eran interminables, simplemente dejó de insistirle a su madre, estaba resignada que no había nada que pudieran hacer ya, lo único que quedaba era esperar que esta tonta guerra terminara y Samuel volviera con bien a casa.

Carla no era del tipo religioso, pero las últimas noches pasaba rezando en su habitación por el castaño, no le importaba en realidad quien respondiera sus plegarias, siempre y cuando fueran respondidas, sus días eran monótonos y vacíos, las mañanas en la universidad y las tardes y noches dedicándose al manejo de las bodegas.

Estaba en su habitación revisando unas estadísticas cuando su móvil empezó a vibrar, lo tomó de su mesita de noche y vio el nombre de Lu en la pantalla, antes ni siquiera se habría molestado en responder la llamada, pero ahora respondía cada mensaje, esperanzada que alguna conversación la llevara a saber algo de Samuel.

L: "Hola cari, ¿cómo estás?"

C: "Hola Lu, ocupada así que sé breve por favor"

L: "Por dios Carla, puedes ser un poco amable, hace tiempo que no hablamos"

C: "Lo siento Lu pero tengo muchas cosas en la cabeza"

L: "Es sobre Samuel" - el corazón de Carla dio un brinco, dejó la laptop a un lado para prestarle atención a su amiga, esperaba buenas noticias, pero también malas.

C: "¿Qué ha pasado Lu?"

L: "Como bien sabes, Omar puede salir un día a la semana y ya que vivía con Samuel, pues tiene la llave de su piso" - el día libre Omar lo pasaba en su casa o con Ander así que había dejado de vivir en el piso de Samuel.

C: "Ve al grano Lu" - dijo de forma impaciente

L: "Bueno es que las cuentas han llegado y no saben qué hacer, el banco embargará todo y sacarán sus cosas, y bueno ninguno tiene un solo centavo para cubrir eso, así que pensé que tal vez tú podrías" - soltó Lu sin filtro, Carla cerró los ojos y soltó un largo suspiro, esperaba otra cosa, esperaba saber algo de él.

C: "Me haré cargo de todo Lu, envíame los datos para que Valerio se encargue de realizar todos los pagos, los agendaré para que nada se atrase" - el piso de Samuel era tan simbólico para Carla así que no permitiría que embargaran el lugar, además quería que el lugar permaneciera intacto para cuando Samuel volviera.

De la guerra y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora