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Esta vez Beatriz no salió tan rápido como la primera vez, y eso tenía a Carla descolocada, ese mensaje que había estado buscando enviar sería postergado, ¿qué le diría?, no tenía cara para enfrentarlo, no sabía qué palabras podía utilizar para darle consuelo a Samuel, pues era ya casi una realidad que sería reclutado, además prefería hablar con él con una buena noticia, una buena noticia que parecía no llegar, pues su madre seguía sin salir de su habitación.

Después de minutos que parecieron horas, Beatriz salió al balcón en donde aguardaba Carla recostada en la baranda y con la mirada perdida hacia la ciudad, apretaba fuerte su móvil, esperando que su madre le diera una respuesta positiva y así poder hablar con Samuel inmediatamente.

Pero las noticias no eran buenas, no había más favores que cobrar, y muchas de las personas que podían ayudar no respondían la llamada de la marquesa, de cierto modo era comprensible, todos los altos mandos en España tenían cosas más importantes que salvar del alistamiento militar de un chaval de barrio.

La marquesa abrazó a su hija y depositó un beso en su frente, Carla sabía perfectamente lo que eso significaba, era una señal de que su madre la consolaba por la respuesta negativa que había obtenido.

B: "Igual lo intentaré mañana cariño"

C: "Gracias mamá"

B: "Será mejor que vayamos a descansar, ha sido un día largo" – Y así lo hicieron, ambas se dirigieron a sus respectivas habitaciones, ciertamente había sido un día para olvidar.

De la guerra y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora