Se arregló lo mejor que pudo para Blaze, sin poder creer si quiera estar considerando quedarse en ese lugar que tanto le aterraba.
Pero cuando pensaba en dejar a Alex un dolor se instalaba en su pecho dejándola prácticamente sin aliento.
¿Podría irse sin mirar atrás como ya lo había hecho cuando su pequeño nació?
¿Sería capaz de dejarlo incluso después de verlo y saber que el la quería?
Porque realmente Alex lo hacía.
Sus ojos inocentes la buscaban siempre por toda la habitación cuando ella no estaba, desesperado, como si realmente pensara que ella lo había dejado.
No obstante el pensar en estar cerca de otros nuevas especies que no fuera Alex, Blaze o Salvation la ponía de nervios.
Hoy sería la prueba final.
Ir al bar de la zona salvaje era la prueba que necesitaba para saber qué hacer cerca de un macho nueva especie.
De solo pensarlo las náuseas la golpearon.
Cerró los ojos e inspiró profundo tratando de controlar la relación.
—Valentina, Salvation nos está esperando. Blaze le dijo que nos vería allá.
Ella asintió para ir detrás de su amiga.
—Descuida, sé que estás preocupada por Alex pero mi hermana Tabbee lo cuidará como a su hijo, no tienes de que preocuparte, aquí todos nos cuidamos los unos a los otros, no desconfiamos de nadie.
Esas mismas palabras fueron una bofetada para Valentina pues al entrar al bar todos mantuvieron su mirada fija en ella con recelo.
Un nudo se hizo en su vientre intensificando su pánico, sus piernas temblaron pero trató de que nadie lo notara.
Recordó su vida dentro de ese lugar y como fingió ser fuerte y valiente, indiferente a lo que su padre llamaba bestias... Como había tratado a Blaze...
— ¿Estás bien pequeña bruja? —preguntó Salvation mientras Valentina se limitaba a asentir.
—Estoy bien.
Él pareció dudar de su respuesta pero no añadió nada más.
—Sal y yo vamos a bailar, podemos hacerte un espacio.
—No —negó ella, lo último que quería era traer más atención o su dirección—. Esperaré a Blaze aquí, además no quiero hacer mal tercio.
Ángela negó enseguida con la cabeza.
—No lo eres...
—Ya ve Angie.
La aludida le dio una sonrisa y se fue con el macho.
Valentina ignoró la mirada mientras se concentraba en la música.
Durante años el baile era lo que la hacía sentir viva.
Lo único que lo lograba.
Hasta ese día... El día que Blaze había capturado su atención no se remontaba al que ella había concebido a Alex, se trataba de mucho antes salvo que para ese entonces ella dudaba albergar alguna clase de interés hacia un... ¿Animal?
Ya no le parecía correcto utilizar ese término, Blaze había tomado a su hijo y lo había protegido de todo y todos, incluyéndola.
Eso lo hacía más hombre qa muchos de los que conocía como por ejemplo su padre.
Un sentimiento de desasosiego la golpeó porque sabía que aún estando allí le pertenecía a Kafieri y cuando menos se lo esperara él regresaría a hacerle un daño peor.
¿Qué de todos modos estaba haciendo allí jugando a la casita?
Solo lograría hacerle mucho más daño a Alex, porque Blaze no la quería.
¿Verdad?
Solo debía volver a casa y hacer como si el tiempo no hubiera pasado, como si fuera la misma Valentina de antes, no debía crear ningún lazo con el niño.
Se levantó solo para poder irse pero una mano la detuvo enseguida así que no pudo dar un paso más.
La aversión la recorrió de pies a cabeza y giró la cabeza tan rápido que su cabello chocó contra la cara del hombre.
Sus rasgos para su sorpresa no fueron las de una nueva especie sino de un hombre normal salvo que su belleza no era típica, sus pómulos eran marcados pero no demasiado como las de los machos especies, sus ojos eran de un bonito color oliva que la miraban con curiosidad y sus labios eran carnosos sin embargo Valentina no se sintió atraída por él.
—Baila conmigo —pidió con tono ronco pero no seductor.
Había algo extraño en ese hombre pero aún así no sintió miedo de él al contrario, cosa que la extrañó.
Enseguida se vio aceptando la mano de él quien enseguida la arrastró a la pista de baile.
Sus manos pronto estuvieron en la cintura de Valentina mientras ella se movía junto con él al compaz de la música.
—Valentina —Habló en el oído ya que de no ser así no lo escucharía por la música—. Es un placer conocerte, soy...
Pero antes de que continuara un gruñido resonó ocasionando que todas las miradas se posaran en ellos.
Una vez más Valentina giró la cabeza encontrándose con los ojos de Blaze que solo mostraba una cosa.
Furia.
Sus incisivos podían verse amenazando en silencio al hombre que la había invitado a bailar y pronto ambos dejaron de tocarse.
Cinco segundos después Blaze envió al humano al suelo con un golpe brutal.
Valentina gimió horrorizada pero si la escuchó a Blaze no le importó.
En su mente solo estaba acabar con la amenaza y dicha amenaza era ese humano.
Sin que nadie pudiera evitarlo Blaze golpeó una vez más al humano hasta que Valentina gritó.
— ¡Basta! ¡Solo bailabamos!
Tan rápido como lo dijo Blaze se volvió hasta ella y gritó de vuelta.
— ¡Eres mía!
A pesar que captó la posesividad en sus palabras ella no temió.
Alzó la cabeza petulantemente como solía estar en la F.N.E y lo miró con fastidio.
— ¿Quieres seguir comportándote como un imbécil? —gruñó—. Pues hazlo lejos de mí.
Culminó para después darse la vuelta para salir de ese lugar.
Todos los ojos estaban sobre ellos pero esta vez no se sintió intimidada.
De alguna manera sabía que Blaze no dejaría que nadie le hiciera daño.
No logró salir muy bien del lugar cuando Blaze la levantó y apoyó su cadera en su hombro ocasionando que Valentina gritara furiosa ante el leve mareo que experimento.
Golpeó su espalda sin cesar mientras lo proclamaba un perfecto estúpido.
— ¡Soy el único macho con quien puedes bailar!
Increíblemente llegaron rápido a casa y Blaze la hizo deslizar por su cuerpo hasta que apoyó los pies en el suelo, solo cuando cerró la puerta detrás de él.
— ¡Me voy! —gritó ella irracional lanzándose a la puerta.
Pero el brazo fuerte de él la detuvo pues se interpuso frente a ella y la puerta.
Valentina lo miró a los ojos y casi tembló.
Él estaba furioso.
Tanto que ella temió por su seguridad.
—Nunca en la vida Valentina —gruñó como un animal herido—. Nunca, vuelvas a dejar que otro hombre te toque, la siguiente vez que pase no me detendré y lo mataré.
»¿Lo escuchaste?
Eres mía.
Antes de que ella pudiera protestar o decir algo más, Blaze tomó su cintura acercándola a su pecho y la arrastró a un tórrido beso que la dejó sin respiración, sus labios la devoraban, su lengua se introdujo en su boca robándole incesantes jadeos.
Era tan perfecto que incluso olvidó su furia y le echó los brazos al cuello devorándolo como él lo hacía.
A su ritmo, como si le hiciera el amor con su lengua.
Valentina estaba extasiada y profundamente tentada a desnudarlo en ese preciso momento.
—Por favor —dijo ella mediante un gemido lleno de placer.
Sus ojos se conectaron y el cuerpo de Valentina se derritió ante el mínimo roce de sus nudillos.
¿Cómo podía él ponerla así?
Blaze por su parte escuchó la desesperación de su súplica sin embargo su rabia no había desaparecido, estaba malditamente furioso, celoso.
Necesitaba controlarse.
Control, maldición.
Pensó.
Y controlarla a ella de la misma forma porque si seguía frotándose contra su cuerpo la tomaría jodidamente sobre la puerta y no sería nada dulce.
—Valentina...
—Por favor Blaze —rogó desesperada por él de una manera tan primitiva que la asustó pero esto evitó que siguiera tocándolo y revolviéndose contra él.
—Estoy furioso Val, si te tomo no seré suave.
—No quiero que lo seas.
Su voz seductora con esa afirmación fue todo lo que necesitó para lanzarse una vez más a su boca, su mano se aferró a su cabello y su brazo la cargó haciendo que ella enrollara sus piernas alrededor de su cintura correspondiendo tan caliente como necesitaba.
Pronto la espalda de Valentina estuvo precionada contra la puerta a la vez que deslizaba sus manos por su pectorales rasguñandolos levemente.
De repente Blaze la alejó de su beso con los labios enrojecidos y los ojos ardiendo de deseo.
Valentina estuvo convencida de que si hubiera tenido los pies en el suelo se hubiera caído gracias a sus piernas temblorosas.
—Baila para mí, Val —Rogó él—. Como aquella vez en mi celda, baila para mí.
Ella sistió que detrás de dicha petición había algo más profundo, más íntimo.
Hizo que la bajara para después tomar su inmensa y llevarlo en dirección a la habitación que ambos compartían en completo silencio, rápidamente hizo que Blaze se sentara en la cama entonces comenzó a deshacerse de su ropa para la sorpresa del nueva especie.
Inició quitándose el vestido.
Enseguida Blaze gruñó en aprobación, trató de levantarse pero Valentina lo detuvo de inmediato.
—Tócame y no sigo —advirtió y Blaze arqueó una ceja sin embargo nse movió.
Blaze se deleitó con su piel tersa admirando las suaves curvas de su cuerpo.
Ella era perfecta.
Valentina ajena a sus pensamientos, comenzó a bailar como hacía muchísimo tiempo no lo hacía, deslizándose por la habitación bajo la mirada intensa de Blaze.
Se sintió poseída por la pasión.
Su corazón se agitó y sus pupilas se encontraron, entonces ella no se pudo detener, caminó en dirección de Blaze y una vez más se besaron.
Se sentó a horcajadas de él aferrándose a su cuello a la misma vez que Blaze la sostenía con ambos brazos.
De un momento a otro todo fue jadeos y placer.
Blaze le arrancó el brasier y tomó uno de sus pezones en su boca chupándolo a su antojo mientras que con su otra mano pellizcó el otro pecho causándole un leve pero doloroso placer.
Valentina gimió presa de la pasión echando su cabeza hacia atrás revelandole el cuello blanquecino.
Blaze enseguida la miró bajo sus tupidas pestañas y abandonó su pecho para dejar un montón de besos en el cuello erizando su vello en el proceso.
Fue en ese momento cuando le rasgó las bragas y con un pulgar acarició su clitoris ocasionando que Valentina gruñera en el proceso.
—Mataré a quien sea que vuelva a tocarte Val —gruñó.
La reacción de ella fue mover sus caderas entorno a sus bóxers.
Blaze se había desecho de su ropa cuando la vio bailando.
—Estás demasiado vestido.
La mano de ella se coló por su bóxer para su sorpresa y ella ahogó su gemido con un beso.
Acarició su miembro erecto y lo aferró a su palma masturbándolo con lentitud a la vez que mordió su labio inferior, se sentía especialmente atrevida esa noche.
Sin pensarlo demasiado hizo que su oene hiciera contacto con su húmeda vagina y ambos gimieron ante esto.
La cabeza de su miembro se introdujo lentamente en ella hasta que de golpe se empujó hasta que estuvo completamente dentro de ella.
Valentina rasguñó sus bíceps cerrando los ojos.
Se sentía extasiada y tan llena.
Pero lo mejor de todo fue como Blaze comenzó a moverse en su interior arrancándole gemidos, uno tras otro.
Blaze la miró y pensó en cuan hermosa era Valentina.
—Blaze...
Blaze la hizo levantar con una rapidez increíble, se quitó los bóxers e hizo que Valentina estuviera de rodillas y sobre sus manos en la cama.
—Tn perfecta...
Al ver su redondo trasero no pudo contenerse y dio una palmada suave ante la cual Valentina saltó pero no perdió su posición.
Una vez más acarició con su pulgar su clítoris mojado.
— ¿Quieres esto Valentina? ¿Jodidamente lo quieres?
Quería escucharla decir que sí, lo necesitaba.
Ella miró sobre su hombro echándole una mirada seductora.
—Si Blaze, ahora, te necesito.
Escucharla gimiendo su necesidad por él fue todo para que su cordura se quebrara.
Blaze la cubrió con su cuerpo entonces entró en ella una vez más.
Trataba de no ser rudo pero estar encerrada en su estrecho calor era la perdición.
Sus brazos se aferraron a su cintura marcando un ritmo constante.
— ¿De quién eres, hermosa?
Siguió moviéndose contra su vagina sin detenerse mientras Valentina gemía.
—Tuya Blaze, solo tuya —gimió aferrándose a las sábanas.
—Nunca más dejarás que otro hombre te toque ¿Verdad?
Blaze aferró sus dedos a su clítoris moviéndolo sin detenerse a la vez que la follaba con más fuerza.
— ¡Nunca! —gimió mordiendo su labio inferior—. ¡Blaze, sí!
—Eres mía contrario a lo que digas Val, este animal que te está haciendo gritar es tu compañero.
Su voz era sexo puro e hizo que Valentina se arqueara.
— ¡Tuya! —jadeó esta vez.
Ya era tarde para arrepentirse.
Blaze finalmente la había llamado su compañera ¿Y ella qué había hecho?
Aceptar.El siguiente capítulo estoy pasándolo, hoy mismo lo subo, tranquilos.
Espero que les guste este capítulo.
PD: Mientras esperan el capítulo XVIII de Blaze pueden ir a mi perfil y buscar mi libro llamado Efecto Mörder es muy importante para mí que me apoyen, muchas gracias por leer siempre. 💓
![](https://img.wattpad.com/cover/115863094-288-k174575.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Blaze (5)
FanfictionCuando Valentina Kafieri Gautier dio a luz a su hijo, no pudo mirarlo ni siquiera, lo aborrecía por ser fruto del acto más bestial que una mujer podía recibir, la violación. Ni siquiera sabía de quien era su hijo pero no le importaba, solo quería qu...