Había corrido como si el diablo persiguiese su alma, su respiración se hacía más pesada con cada paso que daba, su corazón latía frenético bajo su pecho, sus ojos ardía por las lágrimas contenidas mientras que su mente repetía las ocasiones en que las nuevas especies le habían hecho daño en su vida.
Escuchaba los rugidos de la bestia detrás de ella y supo que estaba perdida, él sencillamente estaba jugando a cazarla porque ningún Nueva especie era más lento que un simple humano.
No pudo soportar por más tiempo sus lágrimas y las dejó correr libres por sus mejillas dificultándole la visión.
- ¡Detente! -rugió él detrás de ella sin embargo Valentina ni siquiera giró a verlo, estaba aterrada más que nada.
- ¡Aléjate de mí! -chilló ella espantada.
- ¡Tienes que parar humana!
Pero ella siguió su carrera hasta que sus pies ya no tocaron el suelo y se sintió en el aire.
El terror la golpeó aunque ya no pudo hacer nada más, estaba cayendo, solo cerró los ojos y esperó el golpe final.*
Blaze estaba más que furioso al enterarse del escape de Valentina.
¿Cómo mierda le había permitido ir sola cuando sabía lo desesperada que estaba por largarse?
Rugió y removió su cabello una vez más fuera de control.
Estúpidamente había pensado que ella no escaparía otra vez.
Había querido pensar que su duro corazón se había ablandado un poco aunque fuera solo por Alex, pero ella nunca sería la madre que su hijo necesitaba.
¿En qué había estado pensando?
-Blaze lo siento mucho -se disculpó por enecima vez Firefly-. No entiendo qué pasó, ella estaba aquí y de un momento a otro corrió a la zona salvaje.
Esta afirmación cortó la respiración de Blaze de inmediato.
Su único pensamiento fue que algún macho podría tomarla o hacerle daño por ser humana.
Toda la rabia y el odio abandonó su cuerpo mientras un sudor frío lo recorrió.
- ¿Por qué no me lo dijiste antes? -gruñó haciendo que la hembra lo mirara confusa-. Haz me un favor, cuida de Alex, voy por ella.
Las fracciones de Firefly se endurecieron y Blaze vio la molestia en sus pupilas.
-No entiendo ¿Por qué vas a buscarla? Ella se fue porque quiso.
Blaze ignoró su respuesta y en su lugar le preguntó a ella.
- ¿Puedes cuidar de Alex?
La hembra suspiró antes de asentir y eso fue todo lo que necesitó él antes de correr a la zona salvaje a buscarla.
Maldita mujer.
Y maldito fuera él por querer protegerla del modo en que quería.*
Cuando Valentina abrió los ojos lo primero que hizo fue gritar horrorizada y cómo no hacerlo si despertaba con unas pupilas aleonadas sobre ella además de que el hombre estaba olisqueando su vientre, el sujeto rápidamente tapó su boca con su gran palma a la vez que sus labios se ladeaban con sorna.
No tuvo más remedio que temblar bajo su agarre mientras una vez más en el día sus ojos se llenaban de lágrimas aterrorizadas.
-No puedo reconocer al macho al que hueles pero te llevaré con él, estas a salvo humana.
Ella no se creyó ni un momento sus palabras.
Temblaba como un papel bajo el helado viento.
-No llores hembra, no voy a hacerte daño, ya dije que voy a entregarte a tu macho.
Apartó su palma de ella y la miró fijamente haciéndola estremecer.
Esto no la tranquilizo.
Lo miró reconociendo sus rasgos felinos.
¿Cuántas veces un nueva especie no le había dicho que no la lastimaría y simplemente terminaba haciéndolo de todos modos?
-Déjame ir -balbuceó tratando de contener el llanto.
Si ellos se daban cuenta de su dolor, abusaban mucho más rápido, podían oler mi temor.
-Ya te dije que te entregaré a tu macho, voy a llamar a las oficinas para decir que te encontré.
Advirtió pero ella no le hizo caso alguno.
Su mente enseguida trazó un plan de escape.
Miró a su alrededor y observó una lámpara la cual tomó sin vacilación.
Lo vio hablar por teléfono, supo que ese era el momento. Se levantó de la cama ignorando que su pie dolía como el infierno y cuando llegó detrás de él sigilosa aplastó la lámpara contra su cabeza que se hizo pedazos de inmediato y tan rápido como eso sucedió corrió en busca de su libertad.
El macho gruñó dentro de su casa entonces Valentina supo que no le había causado mucho daño, corrió con más fuerza adolorida hasta que su pierna resbaló y el olor a sangre llegó al lugar.*
- ¡Maldición! -rugió Blaze lleno de furia y aunque no iba admitirlo, terror.
Estaba aterrado.
Como pudo corrió en dirección del centro médico de la zona salvaje.
Al llegar al sitio le pidió a Write que lo llevara a la habitación de Valentina y en cuanto la vio sobre la cama el alma le volvió al cuerpo.
Respiró tranquilo sin embargo sus puños y mandíbula seguían tensos.
Maldita mujer.
Le había dado un susto de muerte cuando lo habían llamado para decirle del accidente casi perdió la cabeza.
Ni siquiera podía explicar lo duro que había sido escuchar que ella estaba herida.
Gracias a Kindness que la había encontrado habían podido atenderla, no podía pensar que hubiera pasado si un macho la hubiera encontrado en lugar de él.
Probablemente hubieran tenido que matarlo porque nunca permitiría que dañaran a Valentina, después de todo era la madre de su hijo ¿No?
Solo se trataba de eso.
Pero mientras la contemplaba dormir Blaze llegó a la conclusión de que se estaba mintiendo a sí mismo.
-No otra vez -maldijo-. No voy a caer otra vez contigo Valentina -susurró.
Ella estaba segura allí así que se dio la vuelta para salir de la habitación e ir por su cachorro a la casa de Firefly, a la mañana siguiente vendría a ver cómo estaba Valentina, pero un quejido de su boca lo detuvo y entonces se dio la vuelta para verla.
Sus ojos lo miraban adormilados mientras sus labios temblaban levemente.
Blaze supo que tenía frío.
-Blaze, viniste.
Se acercó a ella sin mediar palabras con un profundo ceño fruncido en su rostro.
Cuando estuvo frente a ella se quitó su camiseta haciendo que Valentina lo mirara temerosa e incluso asqueada.
Su expresión lo hizo enfurecer pero él no se detuvo.
- ¿Qué haces? -preguntó por medio de un susurro.
Blaze se acostó a su lado en la pequeña casa acercándose lo más que podía a ella.
La delgada tela de la bata del centro médico dejaba ver sus pezones erectos que enseguida se aplastaron contra el pecho de Blaze cuando esté la empujó más cerca de él.
Ella pudo sentir su nada discreta erección rozando su vientre y después de un jadeo volvió a preguntar lo mismo.
-Mantenerte caliente.
Valentina lamió sus labios y Blaze pudo escuchar el acelerado ritmo de su corazón.
-Tranquila, solo cuido a la madre de mi hijo... A menos que tú quieras que te mantenga caliente de otras formas.
Sus ojos brillaron con burla pero en ellos también había excitación, rabia y desafío.
Por un momento Valentina se planteó aceptar su reto pero antes de volver a hablar sus labios ya se movían salvajes contra los de él.
¿Lo impensable?
Simplemente que el primer paso no lo había dado él sino ella y para qué mentir, no estaba arrepentida de ello.¡Feliz día del libro!
❤️
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Blaze (5)
FanfictionCuando Valentina Kafieri Gautier dio a luz a su hijo, no pudo mirarlo ni siquiera, lo aborrecía por ser fruto del acto más bestial que una mujer podía recibir, la violación. Ni siquiera sabía de quien era su hijo pero no le importaba, solo quería qu...