¡En definitiva no podía hacerlo!
No podía besarlo y luego fingir que nada había pasado.
Sería una completa locura que no iba a llevar a cabo.
—Deja de decir tonterías y suéltame, yo puedo caminar perfectamente —gruñó Valentina tratando de ocultar sus sentimientos reales.
La verdad era que todo ese ambiente familiar que los estaba rodeando la ponía de los nervios.
Las fracciones de Blaze cambiaron de golpe enseguida.
— ¡Vengan ya! —gritó Alex desde la cocina.
Con la mandíbula apretada Blaze la dejó en el suelo a la vez que la fulminaba con la mirada.
—Más te vale que no le hables a Alexander de esa forma Valentina o te juro que...
— ¿Por qué tardan tanto? —gruñó el pequeño canino frente a ambos.
Otra vez por raro que pareciera ese pequeño la había hecho sonreír.
Es tan lindo...
—Mamá está cansada ¿Recuerdas Alex?
Alex pareció avergonzado y asintió antes de correr a traer una silla para ella cosa que hizo que se enternesiera.
—Siéntate mami, papi hará el chocolate.
Acto seguido miró a su padre y Valentina por primera vez en su vida se rió al ver el gesto del niño.
Él pequeño tirano estaba mandando a su padre.
—Venga —dijo Valentina antes de que Blaze protestara con toda la razón del mundo—. Yo voy a hacer ese chocolate.
Acto seguido Alex la miró con los ojos brillantes de alegría.
—La mamá Firefly también nos hace chocolate cuando vamos a su casa.
La afirmación inocente no hizo más que darle a Valentina una puntada en el corazón.
También.
Él me está comparando con la mamá de una de sus amiguitas.
Y en cualquier comparación que hicieran dónde estuviera ella y la mamá de alguien por supuesto siempre saldría perdiendo Valentina.
Yo no sé cómo ser mamá.
Ella respiró hondo tratando de no salir corriendo de allí fijando su vista en lo que estaba haciendo dejando sus pensamientos que solo la martirizaban.
Al levantar la vista curiosamente Blaze lucía tenso mientras Alex parloteaba una vez más sobre la tal Firefly lo cual a ella le pareció extraño.
—Así que ¿Quién es Firefly? ¿Una amiguita tuya de la escuela?
Alex hizo una mueca triste pero al verla a los ojos sonrió otra vez.
—No mami, yo no tengo amigos en la escuela.
Ella se sintió afligida de esta respuesta porque básicamente de niña ella era igual, siempre había sido seria porque su papá lo había querido así, ninguna niña se acercaba a ella porque decían que era demasiado fría y creída como para tener alguna amiga, que se creía más que todo el mundo.
Si realmente hubieran conocido la verdad.
De no ser por Callista ella nunca hubiera tenido amigas de verdad y sin embargo ella la había traicionado y entregado al enemigo.
Parece que esas niñas tenían razón, soy demasiado fría y no merezco nada más que mi soledad.
—Firefly es una amiga de papi, es muy buena conmigo —continuó Alex sacándola de sus pensamientos.
Blaze seguía con una extraña expresión en el rostro y rápidamente Valentina se dio cuenta de que tal vez está Firefly era mucho más que su amiga, por eso lucía incómodo.
Como si a mí me importara su vida amorosa.
Gruñó ella interiormente pero la realidad era otra muy distinta.
—Bueno, está listo espero les guste —dijo ella antes de servirles.
— ¡Es mucho mejor que el que hace la mamá de Firefly! —exclamó feliz Alex después de probarlo.
¿Era normal que alguien que nunca había tenido lazos con nadie más que con su hermana sintiera algo tan repentino por esta pequeña personita?
Es mi hijo...
No, no lo es, yo nunca he visto por él.
—Me hace muy feliz que te guste Alex.
El niño le sonrió y Valentina sintió la pesada mirada de Blaze sobre ella poniéndola sumamente nerviosa.
—Definitivamente, deliciosa... La bebida —aclaró él pero ella tuvo la ligera impresión de que ciertamente no estaba hablando del chocolate caliente.
Y sus ojos cargado de un destello insinuante se lo confirmaron.
¿Es posible que 340 todavía quiera...?
No, es absurdo.
¿Qué clase de hombre masoquista sería?
—Papi ¿Podemos jugar monopoly con mami?
Valentina tomó un sorbo de su chocolate tratando de no derretirse cada vez que Alex la llamaba mami con esa pequeña voz dulce.
Ni siquiera le prestó atención en sí a lo que respondió Blaze pero ambos la miraban como si esperaran una respuesta de su parte.
— ¿Qué dices? —preguntó Blaze con voz ronca.
Sus ojos me indicaron que debía aceptar a cualquier cosa que me hubiera dicho.
—Lo siento, no te escuché ¿Puedes repetirlo?
Él la fulminó con la mirada está vez.
—Alex te pidió jugar al monopoly —respondió molesto y Valentina supo que él creyó que estaba ignorando al ilusionado niño que la miraba.
—Yo... No sé jugar al monopoly —respondió avergonzada pero como siempre Blaze no creyó que era verdad, pensó que aquella no era más que una excusa para no hacerlo.
—Yo te enseño mami —respondió Alex mientras Valentina ignoró la sonrisa maliciosa que se formó en los labios de Blaze.
Él pensó que para ella sería un martirio esto.
Pero resultó ser todo lo contrario.
Blaze no podía apartar la mirada de Valentina extrañado de que ella luciera tan relajada en aquel juego con Alex, incluso quedó cautivado más de una vez cuando ella inconsciente le sonreía al niño pues aquella sonrisa nunca antes la había visto en su rostro.
Parecía tan en paz que lo puso muy incómodo.
¿Por qué estás actuando de esta forma?
Gruñó Blaze en su interior.
Se sentía confundido pero se dijo que no se dejaría engañar por ella y que siempre se mantendría en guardia.
—Vienes tú 34... Blaze —le dijo ella a punto de decir su número.
Inevitablemente él le gruñó y se levantó de su silla queriendo dejar a un lado ese juego tonto que estaba manteniendo Valentina para engañarlo.
—Es tarde, dejemos el juego para luego, mañana Alex tiene clases.
—Pero papi...
—Hora de dormir —dijo el cortando la protesta de su hijo.
Alex hizo rápidamente una mueca y Blaze contuvo las ganas de reír.
—No seas malcriado, Valentina va a leerte un cuento para que duermas ¿Verdad? —le preguntó a ella malicioso sin embargo se dio cuenta que ella no frunció el ceño o se enojó.
De hecho cuando Alex le preguntó si era cierto ella solo sonrió y asintió dejándolo perplejo.
— ¿Cuál quieres que te lea?
Alex respondió pero en ese momento Blaze no supo qué era lo que le había respondido porque Valentina se inclinó para tomar los vasos donde les había dado el chocolate dándole un buen ángulo de su trasero.
Maldición, no.
Se reprendió Blaze con molestia.
No escuchó nada más solo vio cuando Valentina se fue con Alex a su habitación.
— ¿Por qué tengo pensar en ella de esa forma? —gruñó rabioso.
Valentina los había dejado a ambos sin importarle nada, con una fría y falsa promesa de que volvería por él con su hijo cuando lo que hizo fue entregarlos a ambos y dejarlos en ese infierno.
No me importa que ella me haya dejado, ¿Pero a su hijo?
Ella merecía sufrir por los años que su cachorro había sufrido por ella y él mismo iba a encargarse de que lo hiciera pero también se aseguraría de que Valentina nunca se separara de Alex y si por algún motivo la veía haciéndole una mala cara a su cachorro la haría pagar.
Alex no merecía más dolor en su corta vida.
Con la excitación además de la rabia ardiendo en sus venas Blaze recordó que su cachorro estaba solo con esa mujer en la cual a pesar de ser la madre de Alex no confiaba.
Caminó rápido en su búsqueda molesto.
Al entrar en la habitación de Alex la vio una vez más inclinada cobijando al cachorro para después depositar un instintivo beso maternal en su frente pues ya Alex estaba dormido.
Blaze contuvo las ganas de gruñir fuerte para no despertar al cachorro sin embargo no dejaba de molestarle lo falsa que estaba siendo.
¿Qué es lo que quieres lograr Valentina?
—Sal de la habitación, necesitamos hablar.
Ella pareció sobresaltarse por su presencia aunque él no le creyó.
Valentina se puso a la defensiva enseguida sabiendo por la mirada de él que nada bueno se avecinaba.
—Yo...
Blaze la sorprendió tomando su brazo acercándola a su pecho.
—No sé qué es lo que estás tramando Valentina pero desde este mismo momento te digo que si de alguna forma le haces daño a mi cachorro vas a sufrirlo el doble —gruñó cuando ella estuvo fuera de la habitación de Alex.
—Suéltame —le dijo furiosa ella tratando de soltarse de su agarre—. Yo nunca le haría daño a un niño.
—Lo llamaste bastardo —le recordó él furioso.
Valentina apartó la mirada culpable y Blaze la soltó.
—No lo dije en su presencia.
— ¿Esa es tu excusa? —rió él amargamente—. No sé ni siquiera para que te pregunto eso, solo espero que lo tengas claro.
—Yo yo espero que tengas claro que... No importa, solo dime ¿Dónde está mi habitación?
Él arqueó una ceja antes de cruzarse de brazos.
— ¿Tu habitación?
Ella lo miró molesta.
—Si, mi habitación.
—No creerás que yo voy a dejarte dormir en una habitación que no sea la mía.
— ¡¿Qué estás diciendo?! ¡Yo no voy a dormir contigo! —chilló histérica antes de que él tapara la boca con su mano.
La mantuvo así arrastrándola hasta la habitación que compartirían.
Al entrar cerró la puerta detrás de él después de soltarla.
—No voy a hacerte nada, dormirás aquí sencillamente porque no voy a dejar que escapes ni siquiera durmiendo.
—No voy a escapar así que me voy a otra habitación.
Ella trató de pasar por su lado pero él la detuvo enseguida atrayéndola una vez más a su pecho.
—No hay otra habitación Valentina, solo está así que cámbiate y acuéstate, nadie va a salvarte de dormir conmigo.
La voz de Blaze sonó tan seductora que Valentina se echó a temblar enseguida.
—No me toques, bestia. Si me pones a escoger entre dormir contigo y dormir en el suelo prefiero lo segundo —soltó casi temblando de terror.
No supo cómo lo hizo pero se apartó de él.
Ella no había intimado con ningún hombres desde... Aquella vez.
Ni siquiera con Keith había llegado tan lejos.
— ¿Bestia? —escupió él furioso—, quizás va siendo hora de que está bestia te quite esa soberbia y altivez.
Entonces antes de que pudiera protestar Blaze la cargó como un saco de papas en su hombro.Chicosss.
¡Feliz año nuevo!
Siento haberme tardado tanto tiempo para actualizar esta linda novela, comenten si les gustó el capítulo.
Estaré tratando de actualizar más a menudo, gracias por leer 💓.
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Blaze (5)
FanfictionCuando Valentina Kafieri Gautier dio a luz a su hijo, no pudo mirarlo ni siquiera, lo aborrecía por ser fruto del acto más bestial que una mujer podía recibir, la violación. Ni siquiera sabía de quien era su hijo pero no le importaba, solo quería qu...