Capítulo XIX

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Finalmente Valentina le había contado casi todo lo que había vivido en F.N.E omitiendo algunas partes dolorosas que estaba segura no importarían.

Blaze le había preguntado que cómo era posible que él nunca hubiera sentido el aroma de su dolor, a lo que ella respondió:

—Mi padre me obligaba a llevar un perfume especial que bloqueaba sus sentidos, ustedes nunca podrían oler sus intenciones y una vez más yo fui su conejillo de indias para probarlo, aún tengo el perfume y casi por instinto lo uso.

—No quiero que vuelvas a usarlo —dijo él después de unos segundos—. Si sientes dolor quiero saberlo para curarte, para darte placer y hacerte feliz, nunca me ocultes tus sentimientos Valentina, para mí es muy importante hacerte feliz.

Ella no pudo más que derretirse ante sus palabras y Blaze se aseguró de cumplirlas al pie de la letra durante esas semanas que habían compartido juntos.

No podía negar que cuando estaba lejos de él los demonios volvían a atacarla pero una vez que Blaze estaba cerca podía aliviar su miedo con tan solo una mirada.

Alex era otra cosa.

Casi no podía estar lejos de él, adoraba ver su sonrisa, el modo que la miraba pero su parte favorita del día eras como la llamaba mamá.

Aún la palabra la hacía estremecer sin remedio.

Él era la cosita más dulce y tierna que había visto en su vida, pensar estar lejos de él era simplemente inconcebible.

Ese día después de haberlo ido a buscar a la escuela de las especies lo había llevado al río, este era un ritual al que se habían acostumbrado con rapidez.

— ¡Mami, ven a bañarte conmigo!

Valentina sonrió negando con la cabeza.

—Disfruta tu cariño, yo voy a verte nadar u rato más.

Alex sonrió mostrándole sus incisivos sin embargo Valentina ya había aceptado como era su pequeño y nada ni nadie cambiaría su amor por él.

—Que rápido crecen ¿No? Vale, hace tan solo unos años tu eran tan pequeña como él, sin embargo tu no eras una pequeña bestia —dijo detrás de ella una voz que heló sus sentidos.

No era posible, no podía ser cierto.

Quizás todo se debiera a su imaginación.

¿Verdad?

Él no podía estar allí atormentándola, jugando con ella una vez más.

Se había librado de él ¿No?

Blaze le había jurado mantenerla a salvo, él era una pesadilla personificada.

No obstante cuando se dio la vuelta deseando que solo se tratara de un juego causado por su subconsciente él estaba ahí, parado con una siniestra sonrisa bordeando sus labios.

—Nunca pensé que fueras una traidora mi pequeña Valentina —dijo antes de acariciar su cara y tomar un mechón de pelo en sus manos haciéndola estremecer de asco y miedo—, aquí, revolcándote con ese animal, criando a una bestia que pronto te atacará ¿No me escuchaste Valentina? ¿Las lecciones no fueron suficientes? Las nuevas especies son animales que caminan en dos patas, traicioneros que siempre te han hecho daño, es por eso que vengo por tu bastardo medio animal, voy a salvarte mi pequeña, ¿Eso es lo que quieres verdad, Vale? Tú no eres como Callista, ella siempre ha sido estúpida y débil, tú no cariño, ven conmigo, nos llevaremos a la pequeña bestia y no volverás a estar más cerca de las nuevas especies nunca más.

— ¿Cómo entraste? —preguntó con voz débil mareada y abrumada con su presencia.

—Te conseguí una casa para que volvamos a ser la familia de siempre cariño, sabes que eres mi bebé Valentina —continuó él ignorando su pregunta.

Blaze (5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora