INEFABLE

Capítulo 20🍷

Antes de que pueda verlo, de saber quien es, alguien me cubre los ojos con la venda, así que las esperanzas de conocerlo se desvanecen.

—¿Qué pasa, hermanita?—pregunta Black a la mujer.

Al escuchar eso, me quedo en shock.

Son sus hermanos, no sabía que Black tenía hermanos.

Creo que van a matarme o un miembro de mi familia. Por culpa de mi egoísmo, ahora ellos están en riesgo. Bueno, Black dijo que nunca me dañaría, pero siempre exagero un poco. No pensé muy bien antes de actuar o quizás sí, pero fui egoísta. Esto puede traer consecuencias, para mí y mi familia. Tengo miedo de lo que pueda pasarles, no quiero que ellos terminen en un ataúd a tres metros bajo tierra por mi egoísmo. Solo pensar eso me provocan ganas de llorar. Mi madre, mi padre, mi hermana, no quiero que nada malo les pase.

No sé si estoy exagerando con ello, pero de por sí, cuando una persona está en manos de otras la amenazan. No me ha pasado, pero no lo descarto tampoco.

—Eso debería preguntártelo yo a ti, ¿qué pasa, hermanito?—dice ella, lo último con un sarcasmo notable.

Edward hace pasar a Black.

—Un día de estos nos vas a meter en serios problemas—dice Edward—. A veces no piensas muy bien las cosas, Black.

—Creo que tenemos que hablar—dice la hermana de Black—, a solas.

Antes de retirarse, escucho como Black se acerca a mí.

—Tú—me entrega algo que parece ser mi ropa interior y otra bata, no puedo evitar sentir vergüenza—, ve a darte una ducha—su respiración está muy irregular a causa del enojo—. Tenemos que hablar después, Maisie.

Uno de los guardias me guía por unas escaleras, luego un pasillo, hasta que llegamos al baño.

Abro la puerta y por fin entro.

Este baño es un poco más pequeño que el de Black pero eso no le quita lo lujoso.

Me recojo mi cabello porque solo pienso lavarme mi cuerpo.

Dejo que el agua tibia caiga sobre mi cuerpo, quisiera estar por mucho tiempo así. Pero Black está molesto, quizás quiera mi cabeza en una bandeja de plata y eso no me permite relajarme del todo.

Salgo y rápidamente me cambio.

Meto guardo la ropa que traía puesta en un pequeño bolso que Black me dio.

No me gusta estar otra vez en bata de dormir y menos que ésta solo tenga tirantes y sea corta, ¿será que esto es parte de su venganza?

Me pongo otra bata extra encima para cubrirme.

Un guardia, me espera fuera del baño. Era de esperarse, ahora estará más alerta y atento conmigo. Creo que no me quitará ni un ojo de encima. Me coloca la venda en mis ojos, nuevamente.

Regreso a la sala.

—¡Es una niña, Black!—dice su hermana.

Se escucha todo, absolutamente todo. No sé en que lugar están, pero supongo que ha de ser en el estudio.

Camino rápidamente a donde se escuchan las voces de ellos. El guardia me sigue. Por suerte, no me caí en em intento.

Llego al estudio, según yo, y me quedo muy cerca de la puerta.

—¡No es una niña!—dice Black—, tiene veinte años.

—Pero es muy joven para ti, Black, ya no eres un adolescente, madura de una vez—le dice Edward.