Capítulo 44🍷

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Mafias, leyes y tratos (Parte 1)

Omnisciente

Un ángel ha sido corrompido por la maldad, por la lujuria, por los placeres carnales.

Tan bella, tan inocente, Maisie, pero te viste envuelta por ellos. Él se tu supo seducir, te tiene en sus manos y lo que haces tú es ofrecerle de tus jugos de la forma más sucia. Esto es insano, perverso y oscuro.

Pero a ella le gusta como la toma con su salvajismo mientras ella gime, grita y llora por más. Llegó siendo un alma pura que poco a poco está siendo manchada.

Ella es muy inteligente, ella es capaz de muchas cosas, incluso, en su pasado, ella una era de las mejores del combate cuerpo a cuerpo.

Ella y Maisie eran las mejores, junto con Blake, hasta ese día.

Todo pasó tan rápido, hackearon el sistema y boom: todo había acabado en un abrir y cerrar de ojos.

Pero quizás no era el fin, en ese momento sí, pero ahora todo es diferente. Lo que ocurrió desencadenó muchas cosas: secretos, mentiras y traiciones.

No hay que hablar de ello, no hasta que sea el momento correcto o al menos hasta que los secretos salgan a la luz, las mentiras sean descubiertas y las traiciones sean realizadas. Todo es un proceso, para ellas, para ellos.

Esta historia es de la dulce e inocente joven que duerme en los brazos de su captor, del cazador que la he querido por algunos años. Sí, lo sé, es muy enfermizo y hasta cierto punto, repulsivo.

Maisie descansa sobre el cuerpo de Black, mientras que él le da pequeños besos en las heridas. La primera vez que la vio tuvo cierta sospecha de quién era, hasta ahora tiene un poco de información, no sabe si es certera, pero lo mejor es asegurar algo y ahora ella está ahí.

En sus brazos.

El hecho que le negaran cierto conocimiento para "protegerla" es un error. Porque quién niega conocimiento no te protege ni te hace ningún bien, al contrario, te vuelve ignorante.

—Es mía —sentencia Black—. Ya no la toques.

—No importa, creo que lo mejor es que en su momento ella decida —él enreda sus dedos en largo cabello castaño oscuro.

—Yo no hago eso, sabes como funcionan las cosas y más en la organización —la acerca más a su cuerpo. ¿Quién diría que el cazador se enredaría con su presa? Bueno, ambos cazadores.

—Me importa una mierda las putas reglas que tenga la organización. La quiero y punto —él no habla de ese querer sentimental, habla de algo más perverso y oscuro. Incluso, sus ojos no despegan de su cuerpo desnudo.

—Mi padre anda en busca de su familia, ya sabes como son ellos —le informa.

—Y si la encuentra, ¿qué pasará? —ambos se miran. Azul y gris— ¿Llevarás a cabo una de las leyes del Pacto de acero?

—Quizás sí, quizás no. Todo depende como vayan las cosas —una sonrisa ladeada y triunfal se forma en el rostro de Black—. Creo que incluso puede ser mi hembra. Mi mujer, la que puede traer toda mi descendencia si todo sale o es lo esperado.

De repente él palidece y una ira se va formando en su interior. Realmente siente la necesidad de querer matarlo y arrancarle el corazón, literalmente.

Pero no puedo, los unen demasiadas cosas.

—Ni una mierda, te dije que no y punto —él hace todo lo posible por contener su ira.

—Maldita sea —sisea Black, se acomoda mejor en la cama para poder encararlo mejor—, te dije que no te estoy pidiendo permiso.

—Espero que la hermandad te lo tome muy...

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