Capítulo 3🍷

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Después de haber pasado el fin de semana siendo una mesera improvisada entre la mafia, vuelvo a mi realidad. Pude entregar mis tareas a tiempo, cosa que pensé que no haría, porque mi fin de semana estuvo muy ajetreado. Por suerte, el domingo llegué a casa algo temprano, para poder pasar el tiempo con Mía, ya que Eva, la vecina, se hizo cargo de mi hermana todo el fin de semana.

Después de la universidad, camino directamente a la escuela, para ir a recoger a Mía. Ella salía una hora después de que yo saliera de la Universidad, por esa razón no me asigne a muchos cursos este semestre. Lo bueno es que tenía cursos adelantados, así que no era problema.

Faltan unas cuadras para llegar a la escuela, cuando logro visualizar un automóvil negro, siguiéndome. Trataré de no ser paranoica, pero quizás ir con Kira este fin de semana a la mansión del jefe de la mafia, no había sido buena idea. O quizás solo era el auto de un padre de familia, que también va por su hijo a la escuela.

Comienzo a caminar muy rápido, un sudor frío me recorre por la frente. Paso las calles a toda velocidad, trato de disimular mis nervios y la velocidad con la que camino, pero veo que es inútil. Abrazo mis libros muy fuerte a mi pecho, los nervios recorren mi cuerpo.

No me gusta sentirme observada y mucho menos perseguida.

Los libros se caen al suelo, lo que me faltaba. Trato de recogerlos rápidamente.

El automóvil negro se estaciona junto a mí, mi respiración se detiene por unos instantes.

La puerta del automóvil se abre, dejándome ver a la persona que va en él.

—¿Pasa algo, señorita?—la voz de Víctor, el guardaespaldas de Asher, llega a mis oídos. Eso me calma en lo absoluto.

Dejo salir todo el aire que estaba conteniendo en mis pulmones.

—Nada, es...estoy bien—termino por decir.

—Que bueno—frunce el ceño—, ¿cómo dijiste que te llamabas?

—Maisie—termino de recoger mis libros más tranquila.

Víctor me sonríe muy reconfortante.

—¿Para dónde vas, Maisie?—pregunta.

¿Acaso no me estaba siguiendo? Creo que oficialmente me volví una paranoica.

—Voy a recoger a mi hermana, a la escuela.

—¿Tienes una hermana?—lo pregunta con suma sorpresa.

—Sí.

—Eso no lo sabía, Kira no lo había mencionado—concluye.

Me gusta ser muy reservada con muchas cosas, incluso hasta con mi hermana. Pero Víctor, al final de todo me inspiró confianza. La verdad, me daba un poco de temor que las personas de la mafia, se enteraran que tengo una hermana.

—Sí, es que yo suelo ser muy reservada y ella también—le explico.

—¿Quieres que te lleve a la escuela?

—No, no quiero ser una molestia.

—No, no es molestia—asegura—, sube.

Le obedezco y subo al auto. Jamás pensé subirme a un auto tan elegante y lujoso, no todos aquí poseen un audi  elegante.

Él pone en marcha el auto.

A veces suelo ser muy curiosa, así que no puedo evitar preguntar cosas.

—¿Ibas a hacerle favores a Asher y a Tristan?—me pongo dos dedos en mi sien en forma de pistola.

Víctor ríe sonoramente.

—Trabajo para ellos, pero no todo el tiempo tiene que ser así—parece que esas palabras se las dice más a él mismo que a mí—, no he matado a alguien, si es eso lo que querías saber.

Y sí, sí quería saber eso. No sé porque, pero eso me reconforta demasiado.

—Que bueno saberlo.

Charlamos unos pocos minutos más, hasta que llegamos a la escuela de mi hermana.

—Bueno, llegamos.

—Gracias por traerme, Víctor, que gentil de tu parte—agradezco muy amablemente su gesto.

—De nada, Masie—me responde—. Por cierto, tengo algo para ti—me avisa.

¿Algo para mí? ¿Qué será? Realmente no me esperaba esto.

—¿Así?—frunzo el ceño.

—Ten—me entrega una pequeña caja rectangular, toda la caja es de terciopelo azul, mi color favorito. La curiosidad me mata, ¿qué podrá ser?

Decido abrirla y para mi sorpresa es un collar de lo que yo deduzco, es un zafiro en forma de corazón. No sé si es genuino, la verdad, no me importa sí lo es o no. De igual manera está precioso. Nunca me habían regalado algo así, o mejor dicho, jamás había recibido un regalo de parte de un hombre.

—Está muy hermoso, gracias Víctor.

—No, Maisie, yo no te compré el collar—me dicen con una sonrisa—. Es de un admirador secreto.

¿Admirador secreto? En mis veinte años jamás he tenido un admirador secreto. Un chico jamás ha gustado de mí.

—¿Y puedo saber quien es ese admirador secreto? ¿lo conozco?—pienso en todos los chicos que conozco, pero ningún chico de la facultad conoce a Víctor.

—Todo a su tiempo, Maisie.

Me bajo del automóvil y le vuelvo a agradecer el pequeño favor. Él se despide de mí y se va para donde quiera que vaya.

Camino hasta la entrada de la escuela y puedo ver a Mía esperándome, sentada en una de las bancas del frente de la escuela.

—Hola, hermanita—la saludo.

—¡Maisie!—ella corre a abrazarme.

—¿Cómo te fue hoy, linda?

—Bien—ella hace un puchero—, ¿podemos ir a casa? Es que tengo hambre.

—Claro.

A pesar de que Mía tiene ocho años, ha llevado muy bien la situación de nuestros padres. Ella se va con ellos cuando son vacaciones, otras veces ellos vienen a visitarnos, pero nunca la abandonan. Ya casi serán las vacaciones, mi semestre terminará y Mía terminará otro año en la escuela. Mis padres ahorraron para que ambas fuéramos a Inglaterra a visitarlos por todas las vacaciones, pero prefiero que ellos ahorren para ir en Navidad y Año Nuevo. Seria demasiado gasto si yo voy en éstas vacaciones, prefiero que vaya Mía, que es la que más necesita de ellos.

—¿Podemos pasar comprando algo de pizza?—ella pone carita de angelito.

No tenía mucho dinero, pero haría cualquier cosa por ver feliz a mi hermanita.

—Está bien, Mía. Vamos.

Caminos por las calles de la ciudad. El aire frío se cuela entre mi suéter. Es de tela sencilla, así que empiezo a sentir frío. Veo que Mía vaya muy bien abrigada, no quiero que se vaya a resfriar.

—¿Sientes mucho frío?—le pregunto.

—No, Maisie.

Asiento y seguimos caminando hasta la pizzería.

Me fijo que un auto nos persigue y obviamente no es Víctor, este es un auto diferente.

Tomo de la mano a Mía y caminamos más rápido. Estaba muy paranoica, pero prefería prevenir antes que lamentar. Mía tiene una expresión de preocupación.

—¿Qué pasa, Maisie?—el tono de Mía es de preocupación.

—Es que tenemos que llegar muy rápido a casa, tengo tarea—miento.

Espero que ser la mesera de unos mafiosos y empresarios aliados a ellos, por un fin de semana, no me haya traído problemas.





Hola bizcochitos de wattpad. Este es mi nueva historia y espero les este gustando. Graciaa por leerme.

Besos derivados e integrados.

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