Capítulo 23🍷

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Me ducho para poder relajarme y despejar mi mente. Todo este misterio de Black me ha dado muchos problemas. La única razón por la que estoy aquí, según él, es porque soy suya, su dulce Maisie.

Dejo que agua de la ducha caiga sobre mi cuerpo. Me gusta demorarme un poco en la ducha, así que en menos de veinte minutos salgo.

Me pongo ropa cómoda, que consiste en una camiseta de algodón y shorts de algodón. Quería dormir, ni siquiera sabía si quería ir a cenar. Camino hacia mi cama y me recuesto, esperando caer en los brazos de Morfeo. Pero se me hace difícil, no puedo relajarme.

Tan solo recordar cada toque, cada caricia, lo que Black hace con su lengua que posea mucha pericia. Simplemente me enciende, me provoca, quiero más de eso, mi cuerpo quiere más. Las pocas veces en que he logrado captar su imagen es en la fiesta y cuando cenamos. Aunque no se ve su rostro, sigo sin saber quien es. Pero su cuerpo es atractivo, el de un hombre fuerte y bien dotado. No es exageradamente musculoso, pero si lo suficiente para que algunas camisas se ajusten a sus brazos y pectorales. A parte de tener un buen cuerpo, es inteligente, sabe lo que quiere y eso es un buen atractivo en los hombres, pero me tiene cautiva, así que eso lo tiene en una desventaja, pero eso no le quita la buena técnica que tiene para seducir a una mujer, para saber que decir en el momento correcto. Sabe los puntos más débiles de una mujer, aunque quizás, yo podría ser la antítesis de las mujeres con las que Black ha estado. Lo malo es que estaba cayendo en algo inefable.

Nunca nadie se había fijado en mí, en Maisie Wilde, la chica que no tiene tiempo para nada, a menos que se trate de su hermana pequeña y tareas de la universidad. Pero esa no era la única razón, habían más. Lo malo de estar en la universidad es que hay personas experimentadas, tanto en el ámbito sexual como en la vida. Eso me deja en desventaja. Por eso no me gustaban las fiestas de las fraternidades, siempre sale algún chico estúpido e inmaduro que apuesta a una virgen ó el típico chico que vive cerca de tu residencia y te utiliza sexualmente.

Tengo tantas cosas en mi cabeza que siento que va a explotar en algún instante.

Quiero salir de la habitación, quizás un paseo nocturno por los alrededores de la mansión me siente muy bien.

Me levanto de mi cama y me coloco mis Converse. Salgo de la habitación.

Todo está despejado, no hay ninguna luz que este encendida mas que la luz de la luna que se filtra por las ventanas. Camino, tratando de abrir cada habitación. Tal vez, con un poco de suerte, encuentre la habitación de "El desconocido". Abro cada puerta que este abierta. Hasta que llego a una que está con llave, pego mi oído a la madera de la puerta y escucho como Black habla por teléfono acerca de unos negocios.

¡Joder!

Ya no intento abrirla y camino de prisa hacia la habitación que ocupo. Me daría vergüenza que él se fijara en que ando husmeando por cada habitación, no me gustaría que pensara que soy una chismosa entrometida. Pero, ¿por qué me preocupo? Él me tiene aquí, en su mansión para él.

Por ir muy concentrada en mis pensamientos, no me fije si él me seguía. Una mano me toma por la cintura haciendo que mi espalda choque con algo duro, específicamente un pecho muy fuerte y firme. 

—¿A dónde ibas, dulce Maisie?—su aliento choca en mi oído. Deja un beso en mi cuello y se me hace un poco difícil controlar mi cuerpo.

—Yo...i...iba por u...un va...vaso de a...agua—mis nervios están al tope. Mis palabras apenas pueden salir de mi boca. Siento que me he quedado sin saliva.

Este es un buen momento para darme la vuelta y por fin verle el rostro. Lo intento pero él es más rápido, más audaz porque me coloca la venda en los ojos.

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