Feel Lost

*11*

By Thomas:

Ansioso, es como me siento en este momento. Voy a conocer a las personas que pasarán los próximos años a mi lado, debería tener cuidado, no me puedo permitir que en algún momento se me vaya la cabeza y comience a actuar como un perro, de seguro me mandarían a un manicomio.

Gordon parecía un buen hombre, te daba una sensación de que podías confiar en él (aunque me dijo que saldría pronto del hospital y pasó como un mes para que se cumpliera su palabra)

Estacionó el auto al frente de una casa, estaba tan nervioso que me temblaban hasta las cejas.

- Llegamos -anunció.

Le di una ligera sonrisa y salí del coche.

La casa tenía dos pisos, era sencilla y comparada con las demás del vecindario más pequeña. Alrededor, pegadas a las paredes de la misma tenían flores muy bien cuidadas. Miré a mi derecha y leí el nombre que ponía en el buzón "Kaulitz"

Una ola de sentimientos recorrió todo mi cuerpo y recordé la risa de un niño.

"¿Kaulitz?"

Me giré, tomé la mochila en donde traía mis pocas pertenencias y el peluche que me regaló el hijo de Gordon, me podía haber desecho de él desde hacía tiempo, pero había algo que me lo impedía.

- ¿Listo?

Asentí y caminamos hacia la puerta de entrada.

Lo primero que vi al entrar fue un gran cartel ligeramente inclinado en donde ponía "Bienvenido Thomas"

"Qué lindo gesto"

Gordon me guió hacia el centro y me presentó a su esposa e hijo.

- Tom, ella es mi mujer Simone -comenzó Gordon a presentarme.

- Hola, Thomas -caminó los pocos pasos que nos separaban y me estrecho las manos en un gesto fraternal- es un placer tenerte en nuestra casa.

Aquella mujer a pesar de su edad se notaba que había pasado bastante trabajo en su vida, las manos las tenía llena de cayos y su mirada reflejaba sabiduría.

- Muchas gracias y prefiero que me llamen Tom -respondí en un tono bajo para que no pareciera grosero, la verdad, ya me había acostumbrado a que me llamaran de esa forma, además era más corto.

Sonrió con los ojos.

- Y él es Bill -señaló Gordon.

Paralicé al verlo, cuerpo esbelto, piel muy blanca, ropa negra ajustada, cabello negro peinado en punta con laca, piercing en la ceja, labios pintados con un ligero brillo y sus ojos... ¿cómo me pude olvidar de sus ojos delineados en negro a la perfección?

Recuerdos comenzaron a llegar de manera apresurada, parecía una película en donde solo estábamos él y yo, algunos más nítidos que otros, pero recuerdos, al fin y al cabo. Prometí en un pasado protegerlo, cuidarlo hasta que mis huesos pasaran a ser polvo y osé siquiera olvidarme de él. Olvidé a la persona que salvó mi vida, a la que le debo todo. Sé que ahora empecé por completo desde cero, cuerpo diferente, vida diferente, pero eso no quita lo que siento por el ser que se encuentra delante de mí, la persona más especial en mi mundo. Por otro lado, ahora tengo la oportunidad de hacer crecer nuestra relación, no solo ser mascota y dueño, podíamos llegar a ser verdaderos amigos.

Era imposible sacarme de la alegría inmensa que estaba sintiendo. Alcé mi mano para que me la estrechara, para poder sentir su tacto por primera vez.