Feel Lost

*5*

By Tom:

Estoy sentado frente a la puerta del baño, esperando a que Billy termine. Lleva casi una hora metido dentro, pero no me preocupo, eso es normal en él.

A pesar de haber pasado una gran tarde persiguiendo ardillas y restregándome en el pasto había algo que me incomodaba. Bill se estaba comportando muy extraño, como si estuviera molesto. Lo estuve observando gran parte del tiempo que estuve en el parque, no podía apartar la mirada, era como un ser completamente diferente a los demás... o sea estaba el mundo y aparte existía él solo.

No sé si mi fidelidad estuviera influyendo en mis sentimientos hacia él, pero sentía que era una persona muy especial, y por desgracia parecía que era el único que lo notaba.

Todo el tiempo se la pasó sentado al lado de su amiga, a pesar de notársele incómodo la miraba como me miraba a mí, con ternura y  cariño, pero con un brillo diferente en sus ojos...la miraba con amor.

Sabía que era lo que iba a suceder, Bill le diría que le gustaba.

Hacía días que practicaba conmigo las distintas maneras de declararse, el pobre siempre terminaba tartamudeando, en esos momentos es cuando quisiera ser humano para poder tranquilizarlo diciéndole que todo iba a ir bien, que pasara lo que pasara me tenía a mí.

Al final se acobardó y no le dijo la verdad, se veía triste. Para contentarlo le lleve una ramita y lo miré con ojos juguetones, pero solo logré una pequeña caricia y que el camino a casa estuviera envuelto en un aura pesada.

Volví a la realidad en cuanto la puerta del baño se abrió y un Bill con una toalla envuelta a la cintura y un torso húmedo apareció.

A pesar de estar demasiado delgado su figura te atrapaba, se veía tan frágil...tan sexy.

—Tomy ¿qué estás mirando? —me dijo Bill frunciendo el ceño.

"Jope, Tom ¿se puede saber que estás pensando? Eres un perro pervertido" — pensé mientras subía la pata y me tapaba la cara— "¡Qué vergüenza, hasta se me calló la baba!"

Al ver mi extraño compartimento, se me acercó y comenzó a hacerme cosquillas en la panza.

—¿Qué haría yo sin ti? —dijo

Se me encogió el corazón, por mi mente pasó aquella noche nevada en la que un pequeño ángel disfrazado de niño me salvó la vida. Yo era el que no podía vivir sin él, de solo pensar en un futuro sin mi Bill se me nublaba la vista.

Me sentía como un tonto pensando todo el día en Bill, preguntándome que estaría haciendo y con quién. ¿Qué pasaría si se hiciera novio de Ginny? ¿Se olvidaría de mí?

Pasados unos cuantos minutos bajé a la sala junto a Simone quien me acababa de llenar mi cuenco de comida.

Me deleité con el sabor a carne de mis cereales y volví a recordar el suplicio que pasé en las calles, últimamente estaba muy nostálgico.

—Mamá, me voy —dijo Bill desde la puerta de entrada.

—Espera un momento —dijo Simone dejando el vaso de agua que estaba tomando sobre la mesa— Recuerda, no tomes nada raro, no te pases con la bebida, si pasa algo malo escríbeme al móvil, lo tendré cerca.

—Mamá voy a una fiesta de cumpleaños no a un bar.

—No hay mucha diferencia —le respondió con una media sonrisa en los labios— Felicita a Georg de mi parte y sobre todo pásalo bien.

—Que siiii.

—Ah y procura no pasarte de cariñoso con alguna muchachita no vaya hacer que...

—¡Bueno me voy!