Feel Lost

*18*

By Thomas:

—¡Bill! ¿Qué está haciendo?

—Simone me juego lo que quieras a que se está peinando.

—Gordon, no te burles de tu hijo.

—No lo hago solo estoy dando un pequeño comentario, Tom ¿por qué no te vas acomodando en el auto?

—Claro —me dispuse a salir de casa cuando un ruido de algo callándose hizo que detuviera mi avance.

Una maleta había rodado por toda la escalera y en lo alto de ella estaba Bill con dos más en las manos y una mochila enganchada al hombro.

—Una ayudita me vendría bien —dijo con esfuerzo.

—Tom, ayuda a Bill a subir todas las maletas.

—¿Qué? —me mordí labio inferior tratando de aguantar la risa al ver la cara y oír el grito de estupefacción de Bill.

—Nos vamos solo un fin de semana tesoro, no necesitas tanto equipaje —dijo Simone.

—Por supuesto que lo necesito —ignorando a su madre continuó bajando.

—Bill Kaulitz da media vuelta hacia tu habitación y organiza la ropa necesaria en tu mochila.

—Mamá —protestó Bill dando una patadita en el suelo.

—Ahora.

He descubierto que una madre molesta da demasiado miedo. Simone no era una persona fácil de rabiar, pero Bill a veces la sacaba de sus casillas cada vez que le entraba la vena inmadura.

Derrotado y con cara tristona fue subiendo despacio.

Imagínense un pingüino con dos maletas y una mochila tratando de subir una escalera, pues así de ridículo era como se veía Bill.

En cuanto dejé de reírme fui a ayudarlo. Nos pasamos alrededor de media hora tratando de que cupiera el contenido de las tres maletas (tuve que bajar yo a recoger la que se había caído por la escalera) en la mochila, al final como es lógico Bill tuvo que resignarse a dejar gran parte de la ropa en casa. Yo solo llevaba tres cambios de muda, mi pijama y dos bóxers, tenía suficiente con eso.

Al terminar bajamos y nos montamos en la parte trasera del carro, Simone iba de copiloto y Gordon conducía.

El viaje iba a ser largo ya que la casa quedaba a fueras de la cuidad en donde vivíamos. Me puse los audífonos y le di play a mi reproductor de música. Giré la vista hacia la ventanilla mirando las calles transitadas de personas, algunos chequeando las vitrinas de las tiendas y otros simplemente paseando.

La semana había sido un completo aburrimiento, siempre había estado entusiasmado con la escuela pensando que iba a ser súper divertida, que hablaría con los colegas, iría a fiestas y sobre todo estaría más tiempo con Bill.

Tengo colegas y me llevo bien con ellos, hay fiestas, pero no voy por miedo a que pase algo similar a lo de Ginny. Paso tiempo con Bill, demasiado diría yo, sobre todo en los baños haciendo, bueno...nuestras cosas. Me sorprendió notar que aquellos imbéciles ya no molestaban a Bill, sin dudas Andreas era un tío al que respetaban porque acataron la orden de alejarse de Bill sin oponer resistencia. Hasta ahora todo era muy bonito, pero había un gran problema...las clases.

¡Estoy harto de las clases! siempre termino el día agotado mentalmente y si dijera: "No ya terminé, ahora a descansar", pero ¡no! Después de un día agotador Andreas, por órdenes del director, va a la casa ayudarme a repasar contenido de cursos anteriores.