Feel Lost

*24*

By Bill:

Thomas era un completo imbécil, ¿se creía que me podía tratar como su putita?, pues estaba muy equivocado. Yo no me habría portado muy bien cuando me contó su pasado, pero tampoco lo atrabanqué contra la pared y lo besé a la fuerza, puedo ser tolerante hasta cierto punto, pero se pasó. Joder, es que era muy impulsivo, ¿no pudo preguntar tranquilamente que era lo que había pasado con Andreas?, y a todo esto, ¿a qué jugaba el rubio? ¿Por qué me beso de pronto si en la vida había hablado con él antes de que Thomas llegara a la escuela? ¿Y vino a plantarme el beso justo cuando lo iba arreglar con Tom? ¡Vida, deja de ponerme obstáculos por favor! Tal parece que vivo en una telenovela turca, solo falta que en mitad del drama aparezca un cartel que diga Konieck; a no espera, eso es ruso.

Estornudando como un enfermo entré en mi habitación, había hecho mucho frío estos días. Me sentía con fiebre; el colmo, ahora me caía catarro.

Decidí darme una ducha caliente y acostarme un ratito a dormir, me hacía falta despejar la mente. Tomé mi toalla y al momento en que me iba a desvestir tocaron a la puerta.

—¿Quién es? —dije rezando para que no fuera Tom.

—Soy yo cariño —ufff, falsa alarma.

—Pasa mamá —le respondí más tranquilo.

Simone Kaulitz entró en la habitación con su usual aura de tranquilidad, mi mamá era un ser sumamente calmado, creo que el único que la alteraba a veces era yo.

—Hola, bebé, ¿te ibas a bañar?  —preguntó viéndome con la toalla en la mano.

—Sí, no me siento muy bien que digamos.

Se acercó tocando mi frente de manera preocupada.

—Estas un poco caliente, te voy a traer una pastilla.

—No, tengo una en la gaveta —dije rápido— ¿a qué viniste mama?

No piensen mal, amo ver a mi madre, pero casi nunca se aparece a estas horas en mi habitación. Ella sabe que en cuanto llego de la escuela paso un tiempo encerrado, ya sea haciendo tareas o escribiendo canciones.

—Estoy un poco intrigada por la actitud que estás tomando con Tom y viceversa —lo que temía— ¿Quieres hablar de ello?

Gran dilema, ¿debería contarle todo sobre mi relación con Tom a mi madre o me callaba?... buff.

—Mamá, es complicado —caminé hacia la cama y me senté, automáticamente caminó sentándose a mi lado— Se podría decir que, emm.

—¿Tú y Tom están juntos? —preguntó de forma cuidadosa.

No respondí con palabras, solo asentí.

¡Dios, era vergonzoso! La sangre se me subió a la cabeza, sentía como la vena de la frente me palpitaba. Pasaron los segundos y mi madre no omitía ningún comentario.

Giré para verle la cara, jesucito, no apartaba la vista de mis ojos, me daba la impresión de que había hecho algo mal.

—D-di algo —dije rompiendo el incómodo silencio.

Continuó mirándome con expresión neutra.

—¿Estas molesta?

Negó.

—¿Entonces?

Tomó aire y lo expulsó despacio.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?

¿Perdón? ¿Cómo quería que se lo dijera? Mamá a tu hijo le gusta que el rastudo de la casa le de duro duro contra el muro. Le daría un infarto si se lo digo de esa forma.