Capítulo 15 "El corazón de Darwin"

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El corazón de Darwin


-¿Quieres dejar de llorar sobre mi cama?-le pregunto con los brazos cruzados-Ella tiene vida social Darwin, no todo el tiempo tiene que responderte.

-Lo sé-suspira de manera dramática-Me siento como un cachorro bateado.

-Te ves como uno-afirmo.

-Pero, es que la extraño-dice y se deja caer contra mi almohada-Mierda, nunca creí extrañar su compañía.

-¿Te sorprende eso? A mí me sorprendió sentarnos con ella a comer después de tanto haber huido.

-Loco ¿no?-se ríe.

Asiento concordando con él.

-Ahora...-murmuro-¿Quieres bajarte de mi cama?

-Egoísta.

-No soy egoísta-frunzo el ceño-Pero el suelo no es tan caliente como un asiento. Y se me está congelando el trasero mientras tú estás muy cómodo ocupando toda mi cama.

-¿De verdad?-pregunta burlón.

-¿Quieres probarlo?-enmarco una ceja.

Niega sonriendo y se hace a un lado. Dejando de estar acostado estomago abajo como estrella.

Por lo general el suele quedarse mucho tiempo en mi casa, incluso a dormir. Así que no es extraño que él este a mi lado. Después de todo nos hemos criado como hermanos. Incluso la navidad y año nuevo la pasaba con él.

Lo que si fue extraño fue en la noche, cuando ambos sentados en la cama jugando videojuegos el sonrío de lado y puso pausa al juego para responder su teléfono que después de varias horas, por fin había sonado.

-Voy a traer comida-le digo y el asiente.

Cuando vuelvo con comida chatarra en las manos él sigue en el teléfono. Pongo todo en la cama y me siento esperando que acabe de responder pero cuando lo hace él me sorprende.

-Oye-murmura después de tanto silencio.

-¿Qué?

-De verdad siento que la amo.

Me sorprendo pero no le digo nada.


***


-Darwin, respira-dice Cris-Seguro debe haber una explicación.

Suelta una risa sarcástica.

-¿Una explicación? Yo te daré una maldita explicación-gruñe-La mierda que vi, es la mierda que es. No hay otra explicación.

-Darwin...

-¡No todo es un jodido cuento Cristina!-grita ya alterado-¡Y lo que vi, es lo que hay! ¡Ella...ella!-cierra los ojos-¡Joder!

Soy un espectador de todo. Incluso mi mano aprieta el teléfono que no puedo dejar de ver. Todo estaba bien, era una tarde de juegos como lo eran la de los sábados entre los tres.

Nos reíamos, conversábamos.

Al menos hasta que el teléfono de Darwin sonó. Al principio no lo entendimos, solo lo vimos dejar de sonreír y ponerse serio para luego pararse y soltar maldiciones. Cris fue la segunda en coger el teléfono. Su boca se abrió para luego volverse pálida y luego furiosa.

Pero más que eso, ella vio a Darwin y su rostro se mostró preocupado. Cuando él arrojo las cosas ella fue la primera en abrazarlo y tratar de calmarlo, soltando el teléfono en el proceso.

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