Capítulo 24 "Cartas"

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Cartas


-¿Dónde está Cristina?-pregunto a Darwin apenas abro la puerta y no la veo.

-Hola, pésimo amigo me hace feliz tu entusiasmo al verme.

-Lo siento.

-Sí, con tu cara hasta yo siento tu desesperación-lo miro mal y se ríe-Pero la verdad es que no lo sé-se encoge de hombros-Dijo que vendría más tarde.

-Bueno, entonces sigo en blanco-me quejo caminando hacia la sala.

-¿Qué? ¡¿Y yo no podré ayudarte?!-grita ofendido detrás de mí.

-Sin intenciones de ofenderte Darwin pero no.

-Que digas eso no reduce la ofensa.

-Y que hayas salido con muchas chicas no hace que sepas como conquistarlas. Solo basta con que les hables y listo.

Sonríe divertido y se deja caer en un sofá.

-Nunca lo necesite, tengo carisma para encantar a cualquiera. Soy muy extrovertido, ¿qué te puedo decir?

Mi teléfono suena y contesto la llamada.

-¿Cris?

-¡Hola! ¡Lo siento! Llegaré tarde, la instructora me tuvo más tiempo que el de costumbre y recién me voy a cambiar.

-Tranquila.

-¿Ya han tenido alguna idea?

-No, ni una sola.

-Sabía que Darwin solo sería un Troll grande y estorboso.

-¡Te he oído bruja insensible!

La línea se queda en silencio para luego soltar una carcajada.

-¡No me importa! En fin, ¿Rosas?

-Ya le he dado-le digo recordando el lirio.

-¿Dulces?

-No creo que sea bueno que le diabetes-opina Darwin.

-No le va a dar una fábrica, troll.

-Esta tan colado por ella que no se sabe.

-Idiota-mascullo y se ríe.

-Mmm déjame pensar... ¡Ya sé!-grita haciendo que me queje por mi oreja.

Pongo el teléfono en alta voz por el bien de mi audición y proceso lo que dice.

-¿Qué?

-Cartas.

Frunzo el ceño.

-¿Cartas?

-Sí, así le enviarás un mensaje.

-Pero para eso ya existen los teléfonos. Tal vez te quedaste en el antaño bruja-se burla Darwin.

-Pero eso no es romántico, troll anticuado. Hazme caso, Alan. Escríbele una carta, tal vez no romántica pero si una donde le digas que la cuenta empieza y que si ella no va a empezar como estaba establecido, tú lo harás.

-Así tendrás la iniciativa-afirma Darwin.

-¡Ding! ¡Ding! Acertaste-se ríe Cris-Es como si fueras el cazador y ella tu presa. Con las mujeres es mejor cuando las tomas por imprevisto y les sorprendes, eso hace que lo memoricen y de cierta manera entres en su corazón.

-Oh, que linda. ¿Así quisieras que te conquistaran Cris?-le molesta Darwin y me río.

-¡No! Yo tengo estándares más altos.

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