Capítulo 41"La verdad detrás de un corazón roto (parte 1)"

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La verdad detrás de un corazón roto (parte 1)


-Pareces un muerto-comenta Darwin.

-Gracias, saber que soy familiar de un fantasma me ha subido el ánimo.

-Los rumores correrán muy rápido al verte.

Lo sabía y...

-Me vale mierda.

-Pareces estar cabreado.

-Me siento cabreado.

-Uhm, pues vale.

El remordimiento me golpea y con cabeza gacha, me arrepiento.

-Lo siento, no quise ser grosero.

-Lo sé, y te entiendo. Un corazón roto jode a cualquiera, ¿recuerdas mi etapa?

-Sí, te peleaste con casi medio equipo.

-Es porque la otra mitad la deje para ti, ahora aprovéchalo-le miro extrañado y ríe-Bromeaba, joder. No es que podamos darnos ese lujo ahora.

Se ríe de su propia broma mientras yo sacudo mi cabeza caminando. Me dolía la cabeza, me daba vueltas algunas cosas y movimientos bruscos hacían que estuviera de mal humor. Era irónica la situación, mientas Darwin todos le sonreían, a mí me daban malas miradas.

Aunque la sonrisa en su rostros le ayudaba, mientras que yo con mi ceño fruncido no es que lo fuera.

Ruedo los ojos cuando oigo que empiezan a susurrar. Este día no sería bueno, lo sabía. Y acerté, varias veces tuve que enmarcar la ceja cuando varias chicas murmuraban para luego ignorarlas. Y lo hacía bien, al menos hasta que Cris estando conmigo las oyó.

Entonces su temperamento estalló.

-¿Lo viste? Pobre...

-¿Pobre? ¡Ja! Solo se victimiza. Siento más pena por Abigail que tuvo que irse. Ese...

-Sí que tienes una lengua muy larga-masculla Cris y ella se sorprenden al vernos-Pero te felicito por al menos decirnos eso de frente.

-¿Eh? Y-yo, yo lo siento...no quise...

-¿No quisiste?-la chica no dice nada y Cris ríe-¿Ahora te disculpas? Qué graciosa eres.

Ruedo los ojos y tomo el brazo de Cris.

-Ya déjalo. Vámonos.

Cris con ceño fruncido me hizo caso y me siguió de mala gana. Solo nos detuvimos cuando la chica volvió a hablar.

-Como pudo dejar a Abigail por esa víbora.

Solté una risa. Me detuve y voltee dándoles una mirada fría que las hizo tensarse.

-Deberían cuidar sus palabras, no me molesta que hablen de mí, pero si me cabrea que hablen de quienes me importan. Háganlo dónde no se vean tan venenosas, es un consejo para ustedes.

Cris rio para luego mirarlas con desdén.

-Víbora ¿eh? Bueno, cuando te muerda me dices que tanto duele mi veneno.

Y con ello, dejó atrás a dos chicas pálidas y temblorosas. Suspire y negué.

-Ahora de verdad seremos los malos ¿eh?

Me miró y sonrió levemente.


***


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