Capítulo 17 "La fiesta"

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La fiesta


-Dime ¿por qué rayos quieres hacer una fiesta?-pregunto sentado.

-¿Por qué yo no podría hacer una fiesta?-responde mientras se recoge el cabello.

-Es un jueves Cris ¿entiendes? Nadie irá. No me quejo pero tampoco te entiendo.

-Solo quiero hacerla y ya.

-Eres tan sabia-ironizo.

-Y tú tan imbécil.

-Como que cada vez pierdes el filtro de las malas palabras ¿eh?

-Déjame-se ríe-tal vez sea porque en casa solo hablo monosílabos cuando esta mi madre.

-Tu padre....

-No quiero hablar de eso-me corta moviendo la raqueta.

Asiento dudoso. Pero entiendo que es un tema sensible de tocar para ella.

-Bien, entonces-me paro del banco y muevo la raqueta-¿me puedo seguir quejando de la fiesta?

-Claro-sonríe y camina hacia su lugar-aunque lo haces solo porque tu pequeña Abi nunca va a las fiestas ¿verdad?

-No lo sé, no me fijo en ella.

-Ya-rueda los ojos-claro.

-Lo digo enserio.

-Yo también te creo-se ríe-Enserio.

-Cristina-me quejo.

-Solo lanza la pelota-dice y de mala gana lo hago, por primera vez en la vida la devuelve con un golpe limpio. Me sorprendo y ella forma una sonrisa burlona-Te he dicho que he mejorado.

-Un golpe-me burlo-Uno de miles que has fallado.

-La victoria viene de la práctica, así que espera y verás. Yo ganaré algún día una partida.

-Algún día-murmuro-algún día.


***


-¡Alan!-grita y me tenso por instinto cuando sus brazos rodean mi cuello por la espalda-Te estaba buscando, quiero contarte algo.

-¿Qué hiciste?-le pregunto de inmediato.

-¿Yo? Nada-se ríe-Tranquilo, respira. Solo debo decirte algo que oí.

-¿Ahora eres un mini Darwin?-bromeo y ella deja de abrazarme para verme mal. Me río-Solo bromeaba. Aunque ambos si fueron acosadores.

-Como si tú no lo hubieras hecho con ella-masculla con ironía-Ahora que lo pienso debimos llamarnos el trío de acosadores ¿Qué dices?

-No me pegaba el nombre-aseguro-Porque yo no seguía a nadie las veinticuatro siete.

-Ajá-murmura-¿Sabes? creo que todos fuimos unos tontos. Teníamos a muchos detrás, pero nuestros ojos se posaron en quienes nunca los tuvieron en nosotros.

Parece pensativa e incluso suena algo decaída pero no le puedo decir nada. Después de todo parece que no importa cuanto lo niegue. Ellos siempre vieron que para mí, ella era diferente.

No me molesta, solo que negarlo es más fácil que aceptarlo. Y esta vez no es porque sea cobarde, solo que me he dado cuenta que eso hace las cosas más simples entre ambos.

-Pero no es por lo que vine-dice recuperando su sonrisa-Adivina que he oído.

-¿Qué has oído?

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