¿Qué rayos significa carmesí?

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- Rebbeca, ¿estás bien? No has probado un bocado de tu cena.

Ella es mi mamá. Se llama Ana y es la mujer más dulce y comprensiva que haya conocido jamás.

- Lo siento, mamá, no tengo hambre. Me voy a mi cuarto.

Mi nombre es Rebbeca, aunque no uso ese nombre. Y mi vida en la escuela es... ¿cómo decirlo...? complicada.

- Lola, ¿hiciste tu tarea? - el maestro Trolton, de literatura. El anciano más amargado y odioso que hay.

- Sabe que pierde su tiempo conmigo, abuelo. Le he dicho que nunca caeré en su trampa para mantenernos ocupados. - empecé a masticar mi goma de mascar de manera notoria para molestarlo.

- Oye, Lola, ya hablamos de esto. Nada de goma de mascar en el aula. - me contestó, en un tono cansado.

- Me importa un reverendo comino lo que me diga. - entonces hice una bomba y la exploté y continué masticando. Amaba sacarlo de quicio.

Puede que parezca que soy rebelde, contestadora y fría, añadiendo que siempre visto de negro e ignoro a todo el mundo. Casi podrían decir que soy emo. Pero la verdad es que soy androfóbica, por eso me comporto de manera tan cortante más con hombres que con mujeres, pero ellas también me dan igual.

Mi comportamiento de odiosa insoportable es solo una fachada para mantenerlos a todos alejados. En el momento en el que un hombre intenta tocarme, todo se vuelve una locura. Empiezan mis ataques de pánico y entonces nunca sé qué hago en esos momentos, solo sé que nunca los vuelvo a ver... Con respecto a mi nombre real, nadie lo conoce. Para todos soy Lola Wood.

La razón por la que soy androfóbica es que cuando tenia 7 años, mi papá intentó abusar de mi mientras estaba borracho y mi mamá estaba trabajando. Me resistí con mucha insistencia y mi mamá llegó a tiempo para detenerlo. Llamó a la policía y entonces el está cumpliendo una condena, mientras yo no puedo estar cerca de un hombre a más de 1 metro de distancia, aunque tampoco esto nadie lo sabe. No tengo amigas ni nadie con quien hablar, la verdad es que soy muy, muy solitaria.

- Oye, ¿me prestas tu lápiz un momento? Ya guardé los míos y olvidé anotar algo. - se volteó a hablar conmigo el chico que, porque llegó tarde a clases ese día, se sentó frente a mí.

- Pídeselo a alguien más. Yo no tengo porqué cargar con tu pereza. - le contesté con frialdad.

- E-esta bien. No tienes porqué enojarte... - respondió, mirándome como si fuera un toro con 3 cuernos y una sonrisa nerviosa, y se volteó para hablar con otra chica.

Ese chico se llama Louise. Sus amigos y todas las que estan tras él le llaman Luii. Es demasiado dulce y simpático, por eso pienso que debe ser el peor de todos. Tiene el pelo color rojo, haciendo perfecta combinación con su piel ligeramente bronceada y sus ojos verdes esmeralda.

Pero su perfecta imagen y figura no quita que sea hombre y que le tenga más miedo a él que a cualquier otro del salón.

Estúdio en una preparatoria de Estados Unidos, en un ignorado rincón de Orlando, Florida. Por eso todos mis compañeros son "gringitos". Yo, en cambio, soy extranjera. Soy la unica con el pelo negro y de piel trigueña.

Llegó la hora de receso y yo estaba sola, sentada en mi mesa, apartada, como de costumbre.

- Oye, Lolita, escuché que le faltaste el respeto al maestro Trolton... Así que ¿siempre serás igual? La misma fría, violenta y-... - me abordó un muchacho en el comedor. Le interrumpí antes de que pudiera seguir.

Saqué un bolígrago y presioné para que saliera la punta en forma de amenaza - piérdete, o haré que ésto entre por donde no te llega la luz del sol.

Si el cielo fuera carmesí. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora