La brisa nocturna caló sus huesos y la hizo abrazarse a sí misma.
Las noches de primavera no deberían ser así de frescas, no en esas fechas. — ¿De verdad no quieres que te de uno de mis abrigos? — Alya insistió y cuando Marinette estuvo a punto de ceder, el claxon del automóvil de Adrien se hizo presente entre el silencio de la noche. — No te preocupes, apuesto a que el auto tiene calefacción.
— O siempre puedes pedirle a Adrien que te abrace. — La chica rió de su propia broma y Marinette meció su cabeza divertida.
— Estoy segura que preferiría prenderme fuego antes que darme calor con su cuerpo.
— Que cosas dices. — Subió las manos a su cadera y suspiró con algo de preocupación. — Me gustaría poder acompañarlos...
— Pero tienes que quedarte aquí y servirme como coartada, ¿recuerdas?
— Cualquiera diría que no quieres más que una noche a solas con Adrien. — Marinette sacó la lengua en un gesto de disgusto.
— Eso jamás pasará. — Abrazó a su amiga como agradecimiento, corriendo luego en dirección al automóvil. —. ¡Si mamá llama, dile que ya estoy durmiendo! — Gritó ya desde mitad de la calle, Alya asintió a la distancia y luego volvió a entrar a su hogar.
— ¿Qué tal todo? — Saludó Marinette al entrar al vehículo, haciendo un esfuerzo sobrehumano por no suspirar el exquisito aroma que se extendía hasta por las esquinas más recónditas.
—Todo bien, supongo —Adrien mantuvo la mirada al frente mientras sus manos se aferraban al volante de su auto. Aún le resultaba increíble que fuera a ser el profesor particular de quien creyó hasta entonces su más grande contrincante, al menos en el ámbito escolar. —Por cierto ¿Le has dicho a tu amiga que tiene que guardar mi secreto? —Ladeo un poco el rostro, encontrando su mirada con la de la chica, sorprendiéndose al notar lo bella que lucía esa noche, en especial cuando sus verdes descendieron por su cuerpo, centrándose en sus largas y torneadas piernas, mismas que lucían sumamente sensuales debajo de su falda —Yo... No quisiera tener problemas.
— No te preocupes, Alya puede ser la jefa del periódico escolar, pero también es mi amiga. — Bajó el vidrio, nutriéndose de la brisa que débil golpeaba en su rostro, ahuyentando lo que a partir de ese punto, relacionaría con el exquisito aroma de Adrien. — Tu secreto está a salvo con nosotras. — Agregó, dándole la espalda.
Él la contempló por unos segundos más, finalmente emprendiendo la marcha, conduciendo hacia la autopista que los llevaría a las afueras de la ciudad.
—Espero que así sea —Masculló él entre dientes, deslizando su dedo por el panel de la pantalla de su auto con la finalidad de poner algo de música que amenizara un poco el ambiente. —Nino siempre ha sido mi mecánico y creí tener mi doble vida bajo control —Agregó, optando finalmente por poner una estación de radio en línea al azar —Pero ahora que su novia y la mejor amiga de ésta me descubrieron... No sé cómo mierda sentirme al respecto.
— Si te hace sentir mejor, tampoco sabía que pensar cuando te vi bajar del auto. — Admitió, dirigiendo su vista al frente. —. Es como si fueras otra persona... — Explicó, pasando el cinturón por su pecho. —. Y para serte sincera, se me hace curioso como logras equilibrar tu problema de bipolaridad. — Lanzó en son de broma, causándole una carcajada a su contrario.
—¿Bipolaridad? No entiendo a que te refieres —El pisó un poco más el acelerador, circulando por una calle semi desértica que serviría de atajo para llegar a su destino —Solo soy un chico común dedicado a lo que hace, no le veo lo bipolar a eso —La miró de reojo mientras una divertida sonrisa curvaba sus labios —En cambio el que tu me odies y luego me quieras como tu profesor de conducción... Si que me resulta bipolar.

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𝗥𝗨𝗗𝗘 𝗕𝗢𝗬 ┊Adrinette | Collab ft Jo_White
FanfictionÉl es adicto a la velocidad, ella a llevar las cosas con calma. ¿Pueden dos almas opuestas complementarse entre sí?