La semana pasó lenta, demasiado a comparación de las anteriores. Sin embargo, para Marinette los exámenes resultaron sorprendentemente mucho más llevaderos junto a Adrien.
No podía mentir al decir que su presencia no le afectaba, porque lo hacía y había subestimado demasiado a su autocontrol puesto que las ganas de lanzarse sobre él a cada instante eran simplemente abrumadoras, sobre todo cuando le tenía tan cerca, leyendo y resolviendo problemas con su típica elocuencia que en el pasado tantas veces le molestó. Sin embargo, en esos instantes no lograba otra cosa más que hacerla suspirar y fantasear.
Aquel chico resultaba la mayor distracción, como también el mayor motivante.
Quería un futuro junto a él, quería que las cosas funcionaran como lo habían planeado y se esforzaría por ello, por él, por ambos.
Durante aquellos tediosos días no les dio tiempo a la intimidad, ni mucho menos a más que estudiar, Adrien ponía límites claros cada vez que los azules se perdían en sus labios, descubriendo la tentación que se escondía en su mirar y la chica aceptaba las condiciones que ella misma se había encargado de poner en sus sesiones de estudio.
“No besos, ni provocaciones.” Y con aquella regla, sellaron una semana cargada de frustración tanto emocional como sexual.
El viernes llegó por fin, así como el último examen para ambos. La joven dió un desempeño particular y salió del salón deseosa de hundirse en los brazos del chico y dormir todo lo que no había dormido los días anteriores.
Le vio a lo lejos, descansando su espalda contra la pared del pasillo mientras mantenía una amena conversación con Kagami y Alya.
Lejos de incomodarla o molestarle la situación, le alegraba saber que Kagami no optó por alejarse o evitar al rubio, después de todo, mucho más allá de los sentimientos involucrados en el pasado, Adrien la consideraba una amiga y ya sin celos de por medio, Marinette descubrió que tras la tenaz primera impresión que Kagami irradiaba, se escondía una chica bastante elocuente que para esos instantes ansiaba llamar también su amiga.
Avanzó hacia el grupo con su bolso a rastras, iluminándose su mirada al encontrar los radiantes verdes de Adrien sobre ella mientras él mismo se apresuraba a su encuentro. — Lo siento por hacerte esperar, el último texto era imposible. — Comentó lastimera, descansando la frente en su pecho a la vez que Adrien dejaba un pequeño beso sobre su cabello. — ¿Qué tal te fue a ti? — Cuestionó, sabiendo la respuesta apenas la confianza se apoderó de las facciones contrarias.
—Muy bien... Estudiar contigo me sentó de maravilla —La envolvió en un suave abrazo, acariciando su espalda en una actitud tierna y mimosa —Por fin estamos libres de exámenes ¿Te apetece celebrar?
— Por el momento lo que me apetece es dormir. — Confesó divertida en una media sonrisa, dejándose embargar por la calidez que la cercanía del chico le transmitía. — Puedes ir tú a las carreras si quieres, yo aún tengo que trabajar en mi carta de recomendación.
Adrien suspiró, descansando el mentón sobre la cabeza de la bella pelinegra.
—Sabes que estoy retirado de las carreras... Temporalmente —Respiró hondo, impregnando sus fosas nasales con la fragancia de Marinette —Vamos a tu casa, dormimos un poco y después yo mismo te ayudo a redactar ¿Te parece? —Ella levantó el rostro para mirarlo y al ver su expresión, supo que el orgullo de su chica había salido a flote —Vale, puedo al menos leerla y darte mi opinión.
— Sería ideal... — dejó salir un bostezo sobre la palma de su mano, tomó la del rubio para comenzar a avanzar hacia las chicas y luego de una rápida charla, ambos se dirigieron a la salida para marcharse a casa.
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𝗥𝗨𝗗𝗘 𝗕𝗢𝗬 ┊Adrinette | Collab ft Jo_White
FanficÉl es adicto a la velocidad, ella a llevar las cosas con calma. ¿Pueden dos almas opuestas complementarse entre sí?