➺ Cuatro.

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El corazón de la joven se negaba a calmarse.

No estaba completamente segura si era por qué Kagami se encontraba en los alrededores o por la sugestiva posición en la que habían quedado y entonces, atrapada entre el aroma a gasolina y el perfume del chico, fue que la realidad llegó a su cabeza de golpe. —Adrien, dejé las llaves puestas, dime que esta maldita puerta puede abrirse desde dentro.

—Maldita sea —Masculló él entre dientes, intentando mover los brazos sin éxito —Serás tonta, Dupain —Soltó un bufido, removiéndose en su sitio con la intención de alejarse de ella, sin embargo, la pared trasera del maletero se lo impidió —Si tan sólo me hubieses dejado enfrente podría intentar abrirlo desde dentro o algo así.

— ¡No, no! Tenemos que abrir de alguna forma, no quiero morir, no aquí y contigo. — Empujó la puerta con todas sus fuerzas, provocando al mismo tiempo una presión mucho mayor entre sus cuerpo— ¡¿Que vamos a hacer?! ¡¿No sientes que te falta el aire?!

—Antes que nada, debes calmarte —Respondió él con aparente calma, aunque en realidad comenzaba a sentirse tan angustiado como ella —Seguramente olvidaste también colocar el freno de mano y si continúas moviéndote así harás que el auto se vaya al carajo —Respiró profundo, luchando por no perder la poca calma que le quedaba —Llamaré a Nino para que venga y... —Debido a lo reducido del espacio, le costaba sobre manera mover su brazo libre para alcanzar su móvil del bolsillo de su pantalón —Puta mierda.

— ¿Qué sucede? — Cuestionó, a punto de sucumbir al pánico otra vez.

—No logro alcanzar mi móvil —Se removió ansioso, ejerciendo más presión entre sus cuerpos —Maldita sea.

— ¿D-dónde está? — Preguntó ella en un titubeo.

—En el bolsillo izquierdo de mi pantalón —Respondió en un susurro, apoyando el mentón a la altura de su cuello —¿Crees poder alcanzarlo?

Ella pasó su pequeña mano a su espalda, llegando a tocar el abdomen del chico y con una lentitud abrumadora, comenzó a descender.

Sintió la tela del jeans bajo sus yemas y vio sus esperanzas renovadas. —Ya casi... — Susurró, palpando con cuidado el aparato. —… Casi lo tengo…

Adrien se tensó en su sitio, sintiendo cómo ella recorría su abdomen y su entrepierna con los dedos, obligándose a contener un jadeo en el momento en que sujetó su miembro por encima del pantalón.

« Joder... ¿Debería de decir algo o...? »

Sonrió perversamente en medio de la penumbra y aprovechando la situación, empujó la pelvis hacia ella, ejerciendo así un poco más de presión.

— ¡Eso! — Alentó al chico mientras su mano rebuscaba. —Si pudieras moverte un poco más... Perfecto. — teniendo localizado su objetivo por sobre la ropa, se aventuró a meter la mano a lo que ella creía era el bolsillo del muchacho.

« Santa mierda... Se me está poniendo dura »

El Agreste respiró profundo, apoyando su frente contra la nuca de la muchacha mientras apretaba los labios al sentir cómo ella filtraba su mano bajo su pantalón y sus dedos delineaban lentamente la extensión de su falo.

—Creo que... Es más abajo... —Murmuró con voz jadeante aunque suave a la vez.

Marinette dejó de respirar, tanteando un poco más antes de convencerse de lo obvio. Aquello que tocaba era suave y demasiado cálido como para un teléfono celular.

Suspiró mientras la temperatura se subía hasta su rostro. — Adrien... este no es tu móvil, ¿cierto? — Tragó pesado.

—¿Se siente como un móvil?— Preguntó en un suave ronroneo, deslizando lentamente los labios por el lóbulo de su oreja —Podrías apretarlo para comprobar…

𝗥𝗨𝗗𝗘 𝗕𝗢𝗬 ┊Adrinette | Collab ft Jo_WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora