𝗥𝗨𝗗𝗘 𝗕𝗢𝗬 ┊Adrinette | Collab ft Jo_White

➺ Quince.

Vio el auto del chico llegar casi de inmediato y no tardó ni dos segundos en bajar e ir a encararlo. El rubio la imitó. 

No oyó los llamados de Luka, mucho menos sus propios pensamientos. 

Adrien les venía siguiendo quizás desde hacía cuánto tiempo y aquello más que enfadarla, le causaba una curiosidad enorme que no descansaría hasta saciar. — ¡Me estabas siguiendo! — Acusó, apuntándole con su índice a una distancia prudente, deteniéndose sobre el asfalto mojado. 

—¡Y tu eres una imprudente! ¡¿Acaso te has vuelto loca?! —Adrien levantó la voz, plantándose a escasos centímetros de ella —¿Porqué mierda aceleraste?! ¡Te pusiste en peligro!

—¿Y hasta ahora te atreves a reclamar? —Preguntó Luka con voz serena, deteniéndose junto a Marinette —Tú la has arrastrado a todo esto. 

—¿Pero qué...?

—¿Qué hacías siguiendonos? —Volvió a preguntar el pelinegro y sus facciones se endurecieron. 

—Eso no es tu maldito asunto.

—Claro que lo es.

Ambos jóvenes se miraron en silencio por un considerable periodo de tiempo. La tensión estaba en el aire y el ambiente casi podía cortarse con algún cuchillo. 

Mientras tanto, la adrenalina seguía recorriendo el cuerpo del ojiverde, sintiéndose contra las cuerdas mientras sus gemas buscaban las de su compañera. 

—Solo quería asegurarme de que no hicieras ninguna estupidez.

— ¿A qué te refieres exactamente con estupidez? — Se cruzó de brazos y ladeó su cabeza con cierta gracia. — Para tu información, puedo cuidar perfectamente de mi misma. 

— Se ve que puedes cuidar perfectamente de ti misma. — Mencionó Luka a su lado, su tono cargado de ironía. 

Ella giró hacia el chico, sonriendo de la pura incredulidad que aquella traición le había causado. — ¿disculpa? ¿Me perdí de algo? Creí que estabas de mi lado. — Elevó sus cejas, pidiendo explicaciones mudas a las facciones cabreadas de Luka. 

— No Marinette, no estoy de tu lado, casi nos matas hace dos segundos. — Adrien sonrió cual ganador. — Tampoco del tuyo. — Aclaró al fijarse en su expresión. — No estás haciendo más que convertir a Marinette en una criminal, ¿crees que es divertido corromperla de esa forma?

Los ojos del rubio se abrieron por completo y separó los labios incrédulo.

—¿Qué...? —Frunció el entrecejo, clavando su molesta mirada en Marinette —¿Él lo sabe?

La chica se mordió el labio, intercambiando su mirada entre ambos jóvenes. 

Negó, susurrando entre dientes. — Claro que no... 

— Si que lo sé — Se apresuró a decir Luka, dejando sus ojos en blanco. 

— ¡Luka! — Reprendió ella, pisando el suelo con fuerza. 

— Ya Marinette, no es la gran cosa. — Se encogió de hombros, barriendo con sus azules al Agreste. — No me importa lo que hagas con tu vida, Adrien, mucho menos si vas y juegas a ser el chico malo. — Dejó su índice en el pecho del joven, hundiéndolo con fuerza. — Pero deja a Marinette fuera de tus tonterías, es una buena chica y vas a acabar destruyendola.

Aquellas palabras se clavaron como dagas en el pecho de Adrien, quien miró con pesar a su compañera de clase. Aunque odiara admitirlo, aquel joven tenía razón.

 Marinette era una chica asombrosa en todos los sentidos. Astuta, encantadora, dulce, tierna, decidida, inteligente y con un gran futuro por delante.