1. La Viajera Reacia

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Hermione Granger estaba de pie con los brazos cruzados mirando la maleta abierta y vacía en su cama. Su compañera de piso, Lavender Brown, se sentó al borde de la cama con una expresión divertida en sus bonitos rasgos.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Lavender, mirándola.

—Pienso que tal vez esta no sea la mejor idea —respondió Hermione—, dos meses es mucho tiempo, ¿no es así? Estamos realmente atrasados, ya sabes, y este probablemente no sea el mejor momento para que me vaya a tomar unas vacaciones largas como estas, y ya puedo imaginarme el desastre que la horrible Pansy Parkinson dejará en la oficina. Tal vez les envíe una carta diciéndoles que he cambiado de opinión.

Cerró su maleta y caminó hacia su escritorio para escribir la carta cuando Lavender saltó de la cama y la agarró del brazo.

—¡No harás tal cosa, Hermione! —exclamó Lavender, agarrando el brazo de su amiga—. ¿Sabes cuántas personas darían su brazo derecho para irse de vacaciones por dos meses?

—Lo sé —dijo Hermione, relajando su postura. Se dejó caer sobre la silla de su escritorio—, pero, no son completamente unas vacaciones. Aparentemente, voy a ir a trabajar en ese artículo.

Lavender puso los ojos en blanco.

—Un artículo académico —Cuando vio la expresión de dolor en el rostro de Hermione, rápidamente añadió—: Lo cual es un gran honor y estoy muy orgullosa de ti...

—Mentirosa —dijo Hermione, riendo a pesar de sí misma. Le arrojó un suéter doblado a su amiga.

—¡Oye! —Lavender dijo riendo—. El punto de empacar es meter la ropa en la maleta, y no tirársela a tu mejor amiga, señorita mandona.

—Claro —dijo Hermione, poniéndose de pie y caminando con determinación hacia el armario y tirando de las puertas. Había algunos vestidos, pantalones, camisas y suéteres simples. La ropa casual era la regla del día. Ninguno de estos conjuntos parecía un guardarropa para una isla tropical y exótica.

—¿Que debería llevar? —preguntó, mirando fijamente su ropa.

Lavender estaba a su lado y le sonrió maliciosamente. 

—Nunca puedes equivocarte con las tres S.

—¿Las qué? —preguntó Hermione, haciendo una mueca de confusión.

—Honestamente, es un milagro que tengas novio —dijo ella, rodando los ojos—. Las tres S, mi querida e ingenua amiga, son sexy, seductora y sensual.

—¡Lavender!

Antes de que Hermione pudiera detenerla, Lavender comenzó a revolver entre la ropa de Hermione. Su nariz se arrugó con disgusto. 

—Y las tres faltan en tu guardarropa.

Aunque ciertamente no podía ver la cara de Hermione ya que estaba de espaldas a ella, Lavender sabía que su amiga probablemente estaba sacudiendo la cabeza.

—Hermione, no puedes ir a las islas con suéteres de lana y cordero —dijo, finalmente volteándose para mirar a su amiga—. Para alguien tan inteligente, no tienes sentido de la moda. ¡Es por eso que eres tan afortunada de tenerme, porque resulta que tuve una idea brillante!

—¿Cuál? —preguntó Hermione.

—Puedo prestarte mi ropa de verano —dijo Lavender, con una expresión de emoción en su rostro—, entre tus cosas y las mías, te haremos lucir fantástica.

—No lo sé —dijo Hermione, pero Lavender ya había desaparecido de la habitación—. Lavender —llamó, pero ella no respondió. Todo lo que Hermione pudo escuchar fue el sonido de su amiga arrojando cajas al suelo. Hermione se echó a reír mientras se apoyaba en la silla de su escritorio. No había nada que complaciera más a Lavender que un proyecto de moda o belleza y Hermione se estremeció al pensar qué tipo de trajes sugeriría Lavender. Aunque eran mejores amigas, sus estilos no podrían haber sido más diferentes. Mientras que Lavender siempre está al tanto de las últimas tendencias y estilos, Hermione generalmente opta por lo que sea más cómodo.

Gota en el Océano [Harmione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora