Gota en el Océano [Harmione]

23. Hacia La Mística

Hacia La Mística

Nacimos antes que el viento,
Más jóvenes que el sol.
La barca era la adecuada para navegar hacia la mística.
Ahora escucha a los marineros llorar,
Huele el mar y siente el cielo,
Deja a tu alma y espíritu volar hacia la mística.

Y cuando suene el cuerno de la niebla, volveré a casa.
Y cuando suene el cuerno de la niebla, quiero oírlo,
No tengo que tenerle miedo.
Y quiero sacudir tu alma gitana,
Tal como hacía en los viejos tiempos,
Y mágicamente flotaremos hacia la mística.

Y cuando suene el cuerno de la niebla, sabes que volveré a casa.
Y cuando suene el cuerno de la niebla, debo oírlo,
No tengo que tenerle miedo.
Quiero sacudir tu alma gitana,
Tal como hacía en los viejos tiempos,
Y juntos flotaremos hacia la mística.

(Van Morrison, "Into the Mystic")

Ron no podía recordar la última vez que se había sentido así con una chica, tan inseguro de sí mismo, tan inestable. Por lo general, él era el que tenía el control, soltando piropos y rezumando ingenio y encanto. Pero nada de eso funcionaría con una bruja como Luna Lovegood.

Ella no era del tipo de enamorarse con piropos. Era casi como si pudiera ver a través de él. Toda la mierda que usaba con las otras chicas no funcionaría con Luna. Entonces, durante la mayor parte de la noche, las palabras le fallaron cuando estaba cerca de ella. Por primera vez desde que podía recordar, era él mismo. No estaba tratando de ser alguien que no era y parecía gustarle a pesar de todo eso.

Al igual que Hermione, Luna encajaba bastante bien con su familia. Todos la tomaban como si fuera una de los suyos. Se había reído de los chistes de Fred y George. Incluso obsequió a Arthur con historias de cosas muggle que había visto en sus viajes, a lo que Arthur le hizo prometer que traería algunos artefactos que había coleccionado la próxima vez que los visitara. Los numerosos sobrinos y sobrinas de Ron también estaban locos por ella. Después de la cena, Luna tuvo toda su atención y les enseñó a hacer collares con corchos de cerveza de mantequilla. Los Weasley mayores observaron con asombro cómo sus hijos, por lo general bulliciosos, se sentaban absortos escuchando las instrucciones de Luna.

Ron incluso se ofreció a ayudar a pesar de que no tenía un hueso creativo o artístico en su cuerpo. Aunque por lo general no le gustaba que la gente se riera de él, no le importaba estar con Luna. Incluso se unió con comentarios de autocrítica.

—Entonces —dijo Ron cuando estuvieron solos—, supongo que no lo hice tan mal por ser mi primera vez, ¿eh?

Luna miró el collar alrededor de su cuello y se rio.

—Lo hiciste bien. Solo que no dejaría mi trabajo si fuera tú.

Ron rio.

—Sí, ¿te imaginas los titulares en los periódicos? "Jugador estrella de Quidditch se retira; persigue su carrera de joyero". Se burlarían de mi por siempre.

—Bueno —dijo Luna arrojando los corchos sobrantes en una canasta—, mientras te haga feliz, ¿por qué te importaría lo que piensen los demás?

Ron se encogió de hombros y se levantó del suelo y se sentó en el sofá.

—No lo sé. Realmente nunca había pensado en eso...

—Si me lo preguntas, te importa demasiado lo que piensen los demás —dijo Luna en voz baja—. En algún momento tienes que preguntarte: "¿Estoy viviendo mi vida para mí o para otra persona?"

—Es fácil para ti —argumentó Ron—, nunca te ha importado andar como una loca con esos collares y esos aretes extraños y ese sombrero de león en la escuela. Yo nunca podría haber hecho eso. Mis amigos me habrían molestado por el resto de mi vida... —Luna lo miró fijamente—. Lo siento —dijo, preguntándose cuál era su problema. Aquí estaba, tratando de impresionar a esta chica, y todo lo que parecía estar haciendo era arruinar las cosas—. Realmente...