Gota en el Océano [Harmione]

21. Cuando Me Enamore

Cuando Me Enamore

Cuando me enamore,
Será para siempre,
Si no es así, nunca me enamoraré.

En un mundo agitado,
Como este,
El amor termina antes de empezar,
Y muchos
Besos a la luz de la luna,
Parecen demasiado fríos al calor del sol.

Cuando entregue mi corazón,
Será completamente,
O nunca lo entregaré.

Y cuando sienta que tú te sientes igual,
Será cuando me enamore de ti.

(Nat King Cole, "When I Fall In Love")

Era casi medianoche y Harry estaba completamente despierto. Debido a que tendrían un gran día mañana, Hermione sugirió que se fueran a dormir temprano. Él había estado totalmente de acuerdo, por supuesto, pensando que una buena noche de sueño era lo que ambos necesitaban. Si tan solo hubiera podido conciliar el sueño.

Hermione, por otro lado, estaba profundamente dormida a su lado, una sonrisa de satisfacción en su rostro. Se veía tan tranquila y pacífica. Deseaba que se pudiera decir lo mismo de él. Pero, había estado mirando al techo por lo que parecía una eternidad.

Mañana realmente iba a ser un gran día para los dos. Harry estaba planeando mentalmente cómo le mostraría el castillo y los terrenos de Hogwarts. Su entrevista estaba programada para las 11 de la mañana y pensó que llegarían temprano para poder darle un gran recorrido. Después de la entrevista, él... Bueno, eso era lo que lo mantenía despierto esta noche.

Era una gran decisión. Era el tipo de pregunta que podía hacer o deshacer una relación. Y cuando lo preguntara, quería hacerlo de tal manera que ambos recordaran ese momento por el resto de sus vidas.

"Estoy pensando demasiado en esto."

Suspiró y volvió la cabeza hacia la mesita de noche donde el despertador mostraba la hora actual... 12:01 AM

No sería tan tarde en las Ábaco. De hecho, serían alrededor de las 10 PM. Sirius probablemente estaría en el Café Oceana, haciéndole compañía a Eva. Suavemente apartó las mantas y se levantó de la cama con cuidado de no despertar a Hermione.

Necesitaba a su padrino ahora más que nunca.

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Sirius trataba de no reírse de la expresión en el rostro de su prometida mientras Maureen relataba una historia sobre una de las bodas de su prima.

—Fue una ceremonia realmente hermosa —decía Maureen—. Tenía alrededor de doce damas de honor y doce padrinos de boda. Ah, y cuatro damas de honor honorarias.

—¿Damas de honor honorarias? —Sirius no pudo evitar preguntar.

Maureen asintió.

—¿Qué diablos es una dama de honor honoraria? —le preguntó Sirius. Eva lo pateó debajo de la mesa, pero él optó por ignorarla—. ¿Es alguien que no fue lo suficientemente buena como para llegar al título de dama de honor?

Maureen puso los ojos en blanco.

—No, solo imagínate que tienes dieciséis mejores amigas. Y digamos que solo puedes tener... Siete damas de honor. Bueno, tus otras nueve amigas se sentirán excluidas, ¿no? Así que las haces damas de honor honorarias para compensarlo...

Sirius la miró pensativo.

—Así que estas otras nueve chicas simplemente no pasaron el examen, por lo que son relegadas al estado de segunda clase, ¿no es así?